domingo , 22 diciembre 2024
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Perro peligroso, ¿se nace o se hace?

La influencia del tutor condicionará el comportamiento del perro. Foto: Juliana Faggi.

Más allá de los preconceptos existentes, la peligrosidad de un perro se construye de manera múltiple. El tipo de educación que se le brinda desde un primer momento y el adiestramiento determinan en buena medida cómo se comportará.

Mariano Strekir (*)

Especial para EL DIARIO


Durante mucho tiempo, la pregunta sobre si los perros potencialmente peligrosos nacen o se hacen ha sido objeto de debate en la comunidad científica y entre los amantes de los animales.

La agresividad en los perros es un tema complejo y multifactorial que puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales. A continuación, proporcionamos algunos puntos clave en relación al tema.

Es importante señalar que la etiqueta de “potencialmente peligroso” no significa que todos los individuos de estas razas sean agresivos o representen un peligro. La agresividad en los perros está influenciada por diversos factores, incluyendo la genética, el ambiente, la socialización y el manejo por parte de los propietarios o tutores.

Muchos expertos en comportamiento canino y defensores de los derechos de los animales argumentan que la estigmatización de ciertas razas no es justa ni precisa, y que la responsabilidad de prevenir comportamientos agresivos recae principalmente en la educación responsable de los propietarios y la socialización adecuada de los perros, independientemente de su raza.

Es importante destacar que las listas de Perros Potencialmente Peligrosos varían según la legislación y las regulaciones locales, pero podemos circunscribirlas a las siguientes razas: Pit Bull Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Staffordshire Bull Terrier, Tosa Inu, Akita Inu, American Staffordshire Terrier, Bullmastiff, Doberman Pinscher, Dóberman, Mastín Napolitano, Presa Canario, Dogo de Burdeos y Bull Terrier.

Algunas razas han estado involucradas en casos de ataques o mordeduras, y estos incidentes han contribuido a la percepción pública de que algunas de ellas son más peligrosas, por su tamaño, y por la fuerza y el potencial de daño que causa su ataque. Pero podemos observar que un caniche o un pinscher mini tiene más antecedentes por ataques a personas y registrados a nivel nacional en accidentes; además, los Pitbull eran llamados antes los “perros niñeros”, una raza que era perfecta para convivir con niños y familias numerosas, por su carácter dócil y gentil.  En fin, tenemos historiales de que algunas razas son aptas para la convivencia con niños, pero tenemos que ir más al fondo de qué paso y por qué se fueron perdiendo títulos de perros de familia para formar parte de una lista de perros peligrosos. Pues todo se debe a la mala conducta de los criaderos y tutores, ya que esto puede conducir a habilidades sociales deficientes y a una posible agresión del perro; llegando así a una estigmatización mediática, dado que la cobertura muchas veces resalta incidentes con ciertas razas por sobre otras, contribuyendo y creando una imagen distorsionada de su peligrosidad.

Prevenir

Para evitar problemas de comportamiento de nuestros perros, es importante un entrenamiento que utilice métodos positivos para fortalecer un vínculo sano con el tutor.

La socialización temprana y la exposición del cachorro a diversas situaciones, personas y otros animales ayuda a desarrollar una actitud positiva hacia su entorno. Esta socialización no debe detenerse después de la infancia, es una tarea que debe extenderse a lo largo de la vida del perro para ayudar a mantener un comportamiento equilibrado.

En el mismo sentido, es importante evitar situaciones que puedan provocar estrés o miedo en el perro; realizar ejercicios y estimulación mental; y establecer límites claros, ser un guía para tu perro, no proporcionarle maltratos, sino establecer un idioma amigable para entenderse.

Eventualmente se puede considerar un adiestramiento profesional, para que su educación sea limpia y guiada para ser un perro apto para la sociedad.

Conviene no olvidar que dentro de la Argentina rige el listado señalado anteriormente. Por esta razón, esos perros deben salir a la calle con bozal y con collar. Además, el paseo debe ser siempre con correa y en compañía de su tutor.

Insistimos, la agresividad en los perros no se puede atribuir únicamente a la raza a la que pertenece, porque interviene una combinación de factores genéticos y ambientales.

Como se ve, la educación y la socialización son aspectos clave para fomentar un comportamiento saludable en todos los perros, independientemente de su raza.

Así, la percepción de ciertas razas como más peligrosas puede deberse en parte a estereotipos y prejuicios, y es importante abordar este tema de manera integral.

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