1844
Asesinato del gobernador delegado Cipriano J. de Urquiza
Como a las 2 de la tarde, una partida de cincuenta malhechores capitaneada por Pedro Martínez (a) Rodas, ataca la casa en que reside accidentalmente el gobernador delegado Cipriano J. de Urquiza, ubicada frente a la plaza principal de Nogoyá. Después de defenderse y de ser herido, Urquiza logra huir hacia la calle en donde es alcanzado por los asesinos que lo matan a balazos y lanzadas, para degollarlo finalmente, hecho lo cual asaltan a varias casas de comercio.
El suceso impresiona hondamente a Entre Ríos, no habiéndose encontrado hasta hoy los indicios de su inspiración. Martín Ruiz Moreno, en su “Contribución a la Historia de Entre Ríos”, se pregunta: “¿Quién fue el principal autor de esa conspiración y asesinato?”, para con testarse: “Hasta hoy no hemos podido hallar la prueba, que no deje lugar a ninguna duda”.
El general Urquiza, hermano de la víctima, imputa el hecho al gobernador de Santa Fe, y al gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. La prensa rosista los imputa a “los Madariaga”, que con fuerzas correntinas habían invadido a la provincia.
Cipriano José de Urquiza, nace en Gualeguaychú, el 25 de abril de 1789; cursa estudios en el Colegio San Carlos de Buenos Aires; actúa al lado del general Francisco Ramírez de quien es medio pariente pues en primeras nupcias casó con una López Jordán; es ministro general de la República de Entre Ríos, autor de sus reglamentos y redactor de la “Gaceta Federal”, primer periódico aparecido en la Provincia; ocupa una banca en la Legislatura provincial y se le nombra diputado nacional al Congreso de 1826. Desde 1842 desempeña las funciones de gobernador delegado.
1871
López Jordán derrotado en Ñaembé
La invasión militar dispuesta por el gobierno de la Nación a Entre Ríos, para dominar la primera revolución del general Ricardo López Jordán, se encuentra agotada llegando a perder el control de la Provincia. Después de casi un año de lucha, fracasa en su propósito. Los ejércitos nacionales se encuentran inmovilizados frente a la sorprendente actividad del caudillo.
López Jordán pretende sacar ventajas de esta situación desplazándose hacia Corrientes para vigorizar sus fuerzas con nuevas incorporaciones y malograr los propósitos del general de Vedia y del gobernador de esa provincia, Baibiene, que organizan un nuevo ejército. Pero la suerte le es adversa. En Ñaembé, en un terreno que no conoce y con tropas mal dispuestas, es sorprendido y derrotado. La victoria gubernativa se consumó, mediante sangrienta lucha, por la oportuna presencia e intervención del teniente coronel Julio A. Roca, quien con tropas nuevas y frescas, apresura el triunfo. El ejército entrerriano se dispersa en tanto que el caudillo, acompañado por una columna de 1.700 hombres, se retira a la Banda Oriental para internarse en el Estado de Río Grande del Sud, Brasil.
La derrota, aún con efectos catastróficos, no logra entibiar ni apagar los ardores autonómicos del pueblo entrerriano que, con idéntico infortunio, vuelve a las andanzas revolucionarias en 1873 y 1876.
© Es una producción del Archivo General de Entre Ríos – Secretaría de Turismo y Cultura. Su reproducción es libre citando la fuente.
