El miércoles 1 de abril de 1931, Paraná se conmocionó con el incendio de una conocida librería e imprenta que integraba el circuito de firmas dedicadas al rubro, que se había consolidado en las primeras décadas del siglo XX. La intervención del cuerpo de bomberos evitó víctimas y una tragedia mayor.
Griselda De Paoli
Especial para EL DIARIO
A fines del siglo XIX y comienzos del XX, la mayor demanda para el trabajo editorial -ligada fuertemente a la existencia de una imprenta- se hallaba en general en la publicación de memorias ministeriales, códigos, leyes, constituciones, los mensajes del Ejecutivo y otros textos resultados de la acción del Estado. Sin embargo esto no obstaculizaba la edición de folletos, libros, publicidades, almanaques.
En Paraná las imprentas, librerías y con frecuencia editoriales, crecieron junto con la población y con el proceso de alfabetización impulsado particularmente desde la fundación de las Escuelas Normales, que amplió el público demandante de lecturas.
Debemos sumarse a lo anterior que el desarrollo de la Primera Guerra Mundial hizo que muchos de los libros que canalizaban en Argentina editoras europeas, dejaran de llegar al país, abriendo una instancia favorable para la generación de imprentas y editoriales tanto en Buenos Aires como en el interior.
Algunas de las imprentas que editaban libros, también lo hacían con diarios y ampliaban su oferta como papelerías, venta de artículos de escritorio, incluso, en el caso de la imprenta y librería que nos ocupa hoy, inició la venta de máquinas de escribir.
En el segundo decenio del siglo XX, en Paraná se incorporan a las tareas gráficas, los talleres del periódico La Acción, ubicado entonces en calle San Martín 326/28, y que antes figuraba como imprenta Gutemberg, cuyo nombre aparece en varios documentos del Estado. También se suma El Diario (1914).
Pero además estaba la librería e imprenta de don Domingo Predassi, vecina de La Acción (San Martín N° 332) y poco más allá la Sociedad Anónima Artes Gráficas, (San Martín Nº 266 ). Luego, con la misma dirección, La Mañana. Ya para 1913 deben contarse también el Boletín Oficial e Imprenta de la Provincia (creado por ley Nº 2487), que en gran parte capítalizó la tarea de las demás imprentas, sin que ello implicara una disminución de su relevancia en la vida ciudadana.
La pérdida de una de ellas, sin duda, fue impactante para los vecinos que la vieron consumir en un terrible incendio que sacudió a la ciudad y que el periodista de EL DIARIO relata minuciosamente, subtitulando cada instancia.
RELATO DEL HECHO
El jueves 2 de abril de 1931 la portada de EL DIARIO titulaba con una tipografía destacada: “Un voraz incendio destruyó la Imprenta y Librería Predassi. Por un momento se creyó que el siniestro se propagaría a las casas vecinas. Se ignora cuál fue el origen del fuego.”
“El formidable incendio que alarmó seriamente al vecindario, se produjo en la mañana de ayer en la imprenta y librería propiedad de don Domingo Predassi, situada en calle San Martín a cuadra y media de la plaza de Mayo”, continuaba.
En el desarrollo de la noticia, se explicaba que “Los bomberos con la cooperación de una compañía del 3 de ingenieros y el personal del ferrocarril, evitaron que el fuego se propagase a las casas vecinas, entre ellas la del diario La Acción y a la planta alta del edificio incendiado. Estos debieron trabajar duramente tres horas y media, pues el incendio comenzó a las 15 y 45 lográndose terminar a las 19.15.”
EL LUGAR
La crónica continuaba precisaba que “el fuego se produjo en el negocio de librería e imprenta de propiedad de D. Domingo Predassi, establecido hace muchos años en esta capital. En el ramo, era una de las casas más acreditadas de Paraná.”
En cuanto a la pérdida ocasionada por el siniestro, se señalaba que era “de consideración. La casa estaba asegurada contra incendios por valor de 80 mil pesos en varias compañías”.
Luego se brindaban detalles de la planta edilicia de la propiedad incendiada. “La parte del edificio que ocupa la librería y sus distintas dependencias, la constituye un amplio salón dedicado al taller de imprenta, el salón del negocio y otras dependencias. En la planta alta está la pensión del señor Noveli. Ese edificio es propiedad de D, Alerto Torres Gómez”.
DETALLES
El texto publicado en EL DIARIO continuaba con un subtítulo destacado -Diversos aspectos ofrecidos por el siniestro de ayer- a continuación del cual se mencionaban detalles y una sucinta cronología del suceso.
“Alrededor de la hora 6,45 una persona que transitaba por el lugar, observó que del sitio donde se encuentra el negocio, se desprendía una gruesa columna de humo”.
“De inmediato se solicitaron los servicios del cuerpo de bomberos. Entre tanto, el personal del ferrocarril enterado también de lo que ocurría, se aprestaba a concurrir con la bomba, como así también una compañía del 3 de ingenieros compuesta por 30 hombres al mando del teniente Roberto Tatés. Varios oficiales del ejército cooperaron en la tarea de atacar el fuego.”
La crónica informa que al tomar conocimiento del siniestro, “el cuerpo de bomberos, no tardó en llegar con todos los elementos necesarios para combatir con eficacia el fuego y evitar la propagación del incendio, pues este ya se había adueñado de toda la casa. Conjuntamente con los bomberos llegaron los soldados y la bomba del ferrocarril.”
“A ambos lados del edificio incendiado se encuentra el edificio de la Sociedad Española donde está instalado nuestro colega La Acción y la otra actualmente se encuentra deshabitada, las que se salvaron del incendio por la decisión con que se comportaron los bomberos.”
En la lucha contra el fuego, “los bomberos fueron dirigidos por el jefe del cuerpo señor Warlet. Mientras que los soldados y el personal del ferrocarril luchaban tesoneramente contra las llamas.”
“No tardaron en producirse derrumbes que comenzaron por el techo. A éste le siguió el corredor de la planta alta, parte de la escalera y otros más que provocaron el justo temor del numeroso público estacionado en las cercanías. Pero, felizmente, gracias a las medidas de previsión adoptadas no hubo que lamentar desgracias personales.”
“Fueron salvados del siniestro -concluye el texto- diversos útiles de librería, las máquinas del taller de imprenta y la caja de fierro en cuyo interior contenía la suma de … y las pólizas del seguro. La pérdida ocasionada por el siniestro es total y la policía ha iniciado ya la instrucción del correspondiente sumario”.