Dirigentes provinciales del PRO propician una renovación en la conducción partidaria nacional que no es sólo generacional, sino que incluye otra forma de liderazgo. El colectivo, que manifestó su postura a través de una carta pública, propone a Mauricio Macri como presidente del partido. Uno de los firmantes de la misiva, el entrerriano Eduardo Caminal, desarrolla los fundamentos de la propuesta.
Si bien los medios nacionales/porteños han interpretado que se trató sólo de un apoyo explícito a la figura de Mauricio Macri, la carta que firmaron dirigentes de una veintena de distritos proponiéndolo como presidente del PRO encierra otra realidad: hay una generación de líderes que desde las provincias están reclamando sentarse en la mesa chica de las deliberaciones y las decisiones centrales.
La madurez para hacerse cargo de ese recambio dirigencial tiene en el caso de Entre Ríos ejemplos claros, como el hecho de haber logrado desplazar al peronismo en municipios clave como Gualeguaychú y Concordia y de haber arribado a la Casa Gris, de la mano de Rogelio Frigerio, referente y guía del PRO.
Es más, pese a las dificultades surgidas a nivel nacional con la alianza Juntos por el Cambio entre las elecciones generales y el balotaje, en Entre Ríos se ha mantenido aquella experiencia multipartidaria, dominada por el PRO y los distintos agrupamientos dentro de la UCR. En efecto, pese a la mayoría de los vaticinios, ha habido gestos concretos de Frigerio para que la coalición se sostenga, lo que fortalece la presencia simbólica del PRO, en tanto partido al que le toca protagonizar el proceso.
En fin, que si cuando ese valor estratégico está ausente corresponde la crítica, es sensato subrayarlo cuando se hace presente. “En Entre Ríos conservamos la alianza de Juntos por Entre Ríos y nuestra vocación es mantener y fortalecer este frente porque eso nos da músculo político para realizar las transformaciones que tenemos que hacer, en los municipios y en la provincia”, dijo Eduardo Caminal a EL DIARIO. El dirigente es presidente del distrito Entre Ríos del PRO y Jefe de Gabinete en el municipio concordiense. Lo que sigue es un apretado extracto de lo conversado.
–¿Qué significado político tiene la carta publicada en medios nacionales, más allá de la declaración puntual de que Mauricio Macri debe ser el presidente del PRO?
–Los presidentes del PRO de las distintas provincias nos empezamos a juntar vía zoom para analizar la situación general y la del partido en particular. Así surgió esta convicción de que en el interior hay dirigentes con el volumen suficiente para involucrarse con la conducción.
La carta que firmamos fue una señal de eso: manifestamos que en las provincias hay cuadros políticos con el desarrollo suficiente como para ocupar cargos relevantes en el Consejo Directivo Nacional. La vocación de este grupo es dar esa discusión.
–¿Qué se pretende, concretamente?
–Que el interior del país tenga mayor participación en las decisiones que tome la conducción nacional.
–¿Por qué Macri es el dirigente adecuado para este momento?
–Ante todo, el ex presidente Macri ha manifestado que lo anima el interés de presidir el partido. Pero, además, creemos que sintetiza de la mejor forma esta nueva versión de liderazgo, en la que los dirigentes del interior queremos estar sentados a la mesa, ser protagonistas.
Entendemos que para este momento que vive la Argentina, el equilibrio de Mauricio Macri, su visión estratégica y su lectura global es lo que mejor le puede pasar al partido.
Quisimos ocupar el espacio y, desde el interior, proponer un modelo de conducción y un conductor que nos escuche. Entiendo, en ese sentido, que la acción política en la que nos embarcamos tuvo éxito.
–El del 2023 fue un año electoral intenso, ¿qué evaluación hace de lo sucedido en general y del desempeño del PRO en particular?
–El año pasado fue terriblemente intenso. A los partidos políticos, incluido el PRO, hay que empezar a darle otra visión. La sociedad fue muy contundente y eligió a Javier Milei, que era un outsider de la política, que no contaba con estructura partidaria y hasta le costó confeccionar lista en distintos distritos.
Pese a ello, la sociedad se expresó, quiso patear el tablero y se decidió por algo distinto a lo que venía sucediendo. Este mensaje todavía resuena en todos nosotros, tanto en los partidos tradicionales como en nosotros, que somos una construcción más reciente. Es claro que, para la ciudadanía, no veníamos haciendo las cosas de la manera correcta. Ha sido un claro llamado de atención.
Por eso, este grupo de dirigentes del interior, que somos más jóvenes, tenemos la vocación de ser parte de lo que viene.
En estos años, habrá que hacer un equilibrio muy grande porque, por un lado, hay que acompañar con mucha responsabilidad la gestión del Presidente de la Nación, sencillamente porque argentinos somos todos y necesitamos que a la sociedad le vaya bien. Y, por el otro, tampoco podemos mimetizarnos, convalidando todas y cada una de las decisiones que resuelva el equipo de Milei.
–Una especie de acompañamiento crítico…
–Sí, tendremos que tener equilibrio para que al Presidente le vaya bien y que el PRO, mientras acompaña, protagonice con firmeza y contundencia los debates de ideas en el Congreso, para influir y modificar para mejor los proyectos que se envíen para su consideración. Este es el enorme desafío que tenemos por delante.
–El PRO es un partido que viene consolidándose en la provincia, con una presencia ostensible en los gobiernos provincial y municipales. ¿Qué estrategia debe darse para potenciar ese crecimiento?
–Compartimos esa idea de que venimos creciendo. Es cada vez mayor la red provincial de responsabilidades institucionales que están en manos de dirigentes del PRO. Pero, además, hay un grupo numeroso que va adquiriendo experiencia política y de gestión, lo que potencia lo numérico.
El PRO saca provecho del liderazgo indiscutido de Rogelio Frigerio, de su capacidad, de su consejo, de su visión. Hoy, además, es el Gobernador de la provincia. Esa influencia de Rogelio como conductor nos ha permitido crecer y la intención es continuar en ese camino.
Ahora, la estrategia para potenciarnos es que en los municipios en los que el PRO es protagonista, en aquellas comunidades en los que dirigentes nuestros ocupan lugares relevantes, ya se trate de intendentes, viceintendentes, concejales o cargos de importancia en los equipos de gobierno, se haga una buena gestión.
Así la sociedad podrá ver que nuestra estructura política, desde Juntos por Entre Ríos, hemos hecho bien las cosas. Es así de sencillo: si ese desafío sale bien, el electorado nos seguirá acompañando.
A nivel provincial pasa lo mismo: si la gestión del Gobernador es exitosa, todos los partidos que integramos este espacio en Entre Ríos saldremos consolidados y seguiremos creciendo. De lo contrario, si no estamos a la altura, la sociedad nos dará la espalda y así será casi imposible que los partidos se consoliden.