La música electrónica es una de las vertientes más recientes de la música. Los sonidos generados desde las consolas -sin la intervención de instrumentos musicales- son una vía para convocar a adeptos a estas novedosas exploraciones sónicas. En estas reuniones el centro de la escena lo ocupan el pinchadiscos, su computadora y la consola. Devenido intérprete -por imperio de la tecnología-, factotum y alma de la fiesta, el disc-jockey pone lo mejor de su inspiración y creatividad para mezclar patrones rítmicos y melódicos que se reiteran en loops interminables. Genera así un cóctel compuesto por bases, pistas y efectos, que conduce a los oyentes a un estado extático, y los hace consonar con los sonidos a través del cuerpo, como fruto de una cautivante expresión estética.