La crisis económica ha chocado de frente con el fútbol no rentado y el dirigente entrerriano Fernando Spiazzi compartió su pensamiento al respecto, pidiendo que no dejen solos a los clubes que practican este deporte de manera amateur.
El futbol es ese deporte que levanta pasiones, que explica lo inexplicable, que permite tener alegrías en medio de tantas tristezas, que pone un tamiz de igualdad sobre tantas diferencias y que permite de que de tanto en tanto el pobre le pueda ganar al rico, sobran ejemplos de esta frase rebuscada.
La realidad que el futbol está dentro de una sociedad que cada vez más resigna su poder adquisitivo, como siempre repito como frase de Perogrullo “es futbol no es una isla”, está dentro de una sociedad que sufre de los cambios que propone la economía y el sistema social.
Más allá de la pasión inexplicable del hincha y de este deporte, el combustible para alentar el equipo tanto de local como visitante es el dinero que vale la entrada y el viatico que se necesita para ir al estadio o cancha donde juegue tu equipo.
La situación se presenta muy compleja en esta parte del año, imposible no, porque “imposible no existe en el manual del dirigente deportivo”, que intenta agudizar el ingenio para poder competir en cada liga donde este participa.
Para que la gente que está afuera de la línea comprensiva de lo que un club necesita para jugar, lo explicaremos de manera sencilla, desde diciembre a febrero donde inician todas las pretemporadas el dinero que necesita el club para funcionar “es el ciento cincuenta más de lo que gastaba hace dos meses”.
Por lo general el sistema deportivo se estructura desde la base de los aportes de los socios, aportes privados, ayuda municipal o provincial, aportes genuinos del club como un espectáculo o un bono contribución.
Los dirigentes tienen asumido que de local en la organización de una fecha es válido no perder, son casos muy contados en la provincia de Entre Ríos los que de local pueden hacer una diferencia sustancial con los ingresos de los hinchas, y que de visitante se solicita ayuda municipal para la colaboración con el combustible.
Como llegamos a esta situación de alerta máxima, el principal motivo es el aumento de los costos fijos para poder participar en un torneo federado, observemos que las naftas aumentaron más del 130 por ciento en los últimos tres meses, ese precio se traslada en forma inmediata a los viáticos de los jugadores para practicar, los precios de los colectivos o combis para viajar, viáticos de los árbitros para cobrar y la hora de servicio de la policía para brindar seguridad en los estadios, observemos que los elementos deportivos pelotas, conos, redes, indumentaria aumentaron más del 150 por ciento desde el año pasado y que los precios de los árbitros, técnicos y grupos que comandan los equipos cuestan un cien por ciento más caros.
Nos quedan pocas respuestas, la realidad que trasladar a la cuota de socios la variación de la inflación es muy difícil, provocara que sean muchos más los renunciantes que los pagantes, entender que se puede trasladar todos los costos al hincha en el precio de la entrada es prácticamente nulo, necesitamos de más gente en las canchas, de más hinchas que posibiliten el crecimiento de los clubes y eso implica un sentido de pertenencia y para que eso ocurra el hincha tiene que disfrutar de los partidos de su equipo.
La idea natural de los equipos de futbol de los años 80 desapareció es muy difícil solicitar ayuda a los jugadores (hay ligas que proponen que los jugadores paguen la entrada), hoy la seguridad de los jugadores y al posibilidad de que ocurra un accidente del cual nos tengamos que lamentar, hace que la vara este muy alta en cuestiones de seguridad (ambulancia en cancha, con enfermero o médico, pago de seguro contra riesgos, seguro de responsabilidad civil espectador, control de entradas y demás).
Un club está repleto de responsabilidades, un club como persona jurídica y el administrador como persona física al estar a cargo de la asociación, nadie quiere quedar como responsable de una acción penal por acción u omisión, pero esto motiva inversiones que para los clubes representan el 20 por ciento del presupuesto anual de la institución.
En los años 80 con una sociedad más deficiente en cuanto a normas, cargábamos un equipo completo en un camión o dos camionetas y partíamos alegremente a competir a otros departamentos, como lógica después de la aparición de hechos que motivaron el pago de jugosas indemnizaciones y por el factor riesgo esto dejo de existir, los jugadores se compraban sus propios pares de zapato y se organizaban rifas entre los mismos para camisetas y pelotas, por lo general el DT era el cantinero del club o un amigo con tiempo de sobra que se convertía en armador de equipos, esta sociedad desapareció y yo no digo que esto estaba bien, manifiesto por el contrario que todas estas inversiones, porque el deporte no es un gasto es una inversión que beneficia a toda la sociedad se trasladó a los clubes.
En una columna anterior llamada el dirigente deportivo, yo escribía de las cuestiones que resigna un dirigente de un club o de una liga, para intentar sacar la institución a flote, en mi caso particular tengo cuatro hijos y siempre me recuerdan porque papá nunca nos acompañaste en las decisiones más importantes de la infancia, nunca les respondo y miro para adentro mío y la explicación es simple estaba en el club viendo como jugar.
Volviendo al hoy tendremos que agudizar el ingenio como nunca antes, golpear más puertas, atraer más sponsor, vender más bonos, solicitar a los municipios y a la provincia más apoyo, porque caso contrario no podremos participar.
No es la hora de mirar para otro lado, la cuestión de que se practique el deporte más popular de todos, el cual donde Argentina es Campeón del mundo, es cosa de todos, aquí no están solo los dirigentes, tenemos que entender que todos debemos resignar algo y eso incluye a todos, el ajuste no lo podemos pagar solamente los clubes, si esto ocurre muchos chicos que practican deportes se irán a otro lado a otro ámbito conviviendo con la mugre de donde los clubes los sacamos.
Soluciones mágicas no existen para nada, eso solo se ve en los cuentos con finales felices, la única posibilidad es trabajar, gestionar, consensuar, buscar, escuchar y hacer, debemos interpretar que la única manera de jugar es bajar los costos fijos, árbitros – policías – viáticos, jugadores, por ahí pasa la cosa, si no lo entendemos que todos de alguna manera debemos resignar, dejaremos un futbol para pocos, un futbol para ricos, con los pobres mirando la fiambrera.
La seguridad debe entender que los costos con el nuevo aumento de naftas que se viene pueden llegar a consumir un total de doscientas entradas por partido, los árbitros que es tiempo de negociar para poder jugar y el jugador que debe colaborar para que el espectáculo se desarrolle.
Deje para el final el aporte zonal, comunal, municipal o provincial, el deporte es un derecho social, es una obligación del estado de la provincia de Entre Ríos, dotar de las herramientas para que los clubes puedan contener los deportistas, no se trata solo de dinero, leyes, normas, aportes para que los clubes se sientan acompañados.
Los clubes de fútbol amateur están en alerta máxima, no nos dejen solos en esta lucha, es tarea de todos que los formadores de mejores personas no desaparezcan.
Vamos a salir de la comodidad del sillón y aportar el granito de arena por ese club que formó a su hija, hijo, nieto o a usted mismo, para que no deje de existir.