Las tareas comenzaron en la Base Esperanza y durante la actual campaña antártica se espera que el equipo de cuatro técnicos realice el relevamiento de la Base Petrel. Permitirá profundizar el conocimiento científico de esos espacios y consolidar la presencia soberana en ese territorio.
Un equipo de técnicos del Instituto Geográfico Nacional viajó este verano a la Antártida equipado con un vehículo aéreo no tripulado (dron) capaz de realizar relevamientos aerofotogramétricos para comenzar un proyecto de actualización cartográfica de las bases argentinas en el continente blanco, lo que permitirá profundizar el conocimiento científico de esos territorios y consolidar la presencia soberana en ese territorio.
Las tareas comenzaron el 26 de diciembre pasado en la Base Esperanza y durante la actual campaña antártica de verano se espera que el equipo de cuatro técnicos pueda también completar el relevamiento de la Base Petrel.
El proyecto surgió del trabajo colaborativo entre el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) y la Dirección Nacional del Antártico (DNA), y es llevado adelante en el terreno por el equipo conformado por el suboficial mayor Sergio Martínez, el suboficial principal Manuel Villalba, el sargento ayudante Jorge Insaurralde y el sargento primero Diego Liste del Servicio Geográfico Militar.
Los vuelos se realizan con el Vehículo Aéreos No Tripulados (VANT) eBee PLUS que tiene un tamaño de pixel de 2,33 y una resolución a 120m de 2,8 cm/pixel.
DETALLES
El responsable de este servicio, conformado por 39 militares con formación técnica que pertenecen a la Dirección General de Investigación y Desarrollo del Ejército Argentino, es el teniente coronel Facundo Casasola, ingeniero geógrafo de la Facultad de Ingeniería del Ejército que además cuenta con una maestría en Aplicaciones Espaciales para Alerta Temprana y Respuesta en Emergencias dictada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) entre otras especializaciones.
En diálogo con Télam, Casasola contó que “las imágenes que produce el VANT tienen una excelente resolución espacial de cerca de 5 centímetros cuadrados por píxel, lo que nos da mucha precisión sobre la superficie que es algo necesario para elaborar un Modelo Digital de Elevación”.
“La última vez que se hizo un relevamiento de este tipo en las bases antárticas de Argentina fue hace unos 40 años y el objetivo ahora es aprovechar la tecnología disponible para actualizar esa cartografía y entender más y mejor el comportamiento topográfico de esos territorios”, señaló.
El ingeniero militar indicó que “las imágenes de alta resolución permiten generar curvas de nivel para modelar las curvas del terreno y confeccionar una cartografía con una escala de precisión similar a la que podría tener un plano, estos insumos son vitales para investigaciones científicas sobre la biología, la geología, el medio ambiente o el cambio climático en el territorio antártico”.
“Esta tarea demanda de condiciones climáticas que permitan llevarla adelante, tiene que haber poco viento para no afectar la estabilidad del VANT y no tiene que haber nubes que generen sombras que puedan ser interpretadas como elevaciones o depresiones del terreno; cuando hacemos un trabajo de este tipo en cualquier provincia se estima que en una semana de despliegue vamos a tener apenas una jornada adecuada para volar, pero en la Antártida eso es aún más complejo”, remarcó.
En ese sentido, apuntó que “como es un proceso que está atado a disponer de buen clima, se planificó que este relevamiento se realizará a lo largo de las próximas campañas. Este verano ya se completó el trabajo en la Base Esperanza y ahora en equipo va a ser desplegado en base Petrel donde esto es muy importante porque se está reactivando su aeródromo, y está previsto que el próximo verano se haga el mismo trabajo en las bases San Martín y Carlini, aunque queda sujeto a modificaciones de acuerdo a las posibilidades logísticas”.
“El procesamiento de todas las imágenes se hace cuando el equipo regresa con los datos, estimamos que vamos a tener pronto algunos productos preliminares, y que los modelos digitales de elevación podrían completarse durante el segundo semestre del año; este trabajo no sólo va a ser una herramienta para conocimiento científico de la Antártida, sino que es además una reafirmación de soberanía al poder producir mapas del territorio que consideramos propio”, completó Casasola.
Julio Mosle (Télam)
Cartografía de la Antártida. Foto: Servicio Geográfico Militar