domingo , 22 diciembre 2024
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Dos mosquitos generan problemas para la salud

La fumigación mata el mosquito adulto, pero para terminar con las larvas hay que descacharrar en patios y balcones.
Es pública y notoria la coexistencia en gran parte del país de dos tipos de mosquitos, el aedes albofasciatus y el aedes aegypti, y su consecuencia lógica, la creciente subida de casos de las enfermedades que transmiten: encefalitis equina y dengue, respectivamente. En ambos casos, los vecinos tienen un papel importante que cumplir para evitar la propagación de las enfermedades que transmiten.

Ante este panorama, especialistas insistieron en la necesidad de eliminar criaderos en los hogares, reducir la exposición al aire libre, utilizar ropa clara y que cubra la piel y aplicarse repelente, además de recomendar la consulta médica ante la presencia de síntomas como fiebre y dolor corporal.

“En el país, este verano estamos asistiendo a la coexistencia de dos enfermedades transmitidas por mosquitos, vehiculizadas por dos vectores distintos: el aedes albofasciatus o mosquito de la inundación, transmisor de la encefalitis equina del oeste (EEO), y el aedes aegypti, transmisor del dengue, chikungunya y zika”, explicó la médica infectóloga Leda Guzzi.

La novedad de este año en la Argentina fue el resurgimiento de la encefalitis equina. “Este virus se conoce ya desde hace casi un siglo, lo cierto es que en la Argentina no existía ningún caso humano desde hace al menos 30 años”, indicó, por su parte, la médica infectóloga Cristina Freuler.

La especialista describió que “el mosquito aedes albofasciatus pica preferentemente a las aves que son quienes tienen el virus en su sangre, de esa forma el mosquito las contagia y ellas a su vez transmiten el virus al mosquito; fuera de este ciclo, pica a caballos y, en ocasiones, a seres humanos, que es lo que está sucediendo ahora”.

Y añadió que “muy raramente pica a otras especies: hace unas semanas la Argentina reportó una oveja infectada, lo cual es una extrañeza en el mundo entero; por otra parte, ningún animal ni ser humano puede transmitir la enfermedad directamente, siempre se necesita al mosquito como intermediario”.

En noviembre pasado el Senasa detectó EEO en caballos y hasta el 22 de diciembre se reportaron 1.187 brotes en equinos distribuidos en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Formosa, Santiago del Estero, Río Negro, La Pampa, San Luis, Catamarca y Salta.

El 28 de ese mismo mes, el Ministerio de Salud emitió una alerta para realizar vigilancia por su posible transmisión en humanos, y hasta el 22 de diciembre se habían notificado 63 casos sospechosos en 10 provincias y se confirmaron 12 casos: todos requirieron hospitalización.

“En la gran mayoría de los casos la infección será asintomática, es decir nuestra inmunidad se hará cargo de defendernos sin que siquiera nos enteremos. En algunos casos tendremos síntomas similares a cualquier enfermedad viral”, describió Freuler.

Con malestar

En los casos sintomáticos, a los 2-10 días de haber sido picados (período de incubación) aparece fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general, síntomas que desaparecen en forma espontánea a la semana aproximadamente.

“En un porcentaje bajo (2-3%) el paciente puede presentar un cuadro de encefalitis (inflamación del cerebro) que puede ser grave. Esto ocurre principalmente en lactantes y personas de edad avanzada”, detalló.

En las últimas semanas, regiones de la zona central del país presentaron un aumento de los mosquitos aedes albofasciatus transmisores de esta enfermedad.

“Los llamamos ‘mosquitos de inundación’ justamente porque desarrollan sus larvas en charcos o cuerpos de agua temporarios que se inundan a partir de las lluvias”, indicó Sylvia Fischer, investigadora del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (Iegeba, Conicet-UBA) y en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Fischer explicó que aedes albifasciatus es un mosquito adaptado a distintas condiciones climáticas, “así que no es que ahora hay muchos porque es verano, sino porque las condiciones de precipitaciones acumuladas después de un período de sequía favorecieron que se produzca este desarrollo sincrónico”. Fue antes de indicar que probablemente el aumento de casos de encefalitis esté asociado con su proliferación.

Si bien el uso del repelente es recomendado para evitar las picaduras de los mosquitos de inundación, Fischer alertó que “no es que sea tan extremadamente efectivo para estas especies de mosquitos; lo recomendable es que se baje el nivel de actividad al aire libre y que, en caso de hacerlas se utilicen ropas de manga larga como para cubrir y generar una barrera física en la mayor parte del cuerpo y evitar las picaduras”.

Cerca del río, se recomienda el uso de repelente para evitar la picadura del mosquito de la inundación.

Un viejo conocido

Respecto al dengue, entre el 1 de enero y el 24 de diciembre de 2023 (últimos datos disponibles a nivel nacional) se registraron 128.129 casos autóctonos, 1.775 importados y 7.477 estaban en investigación; en tanto que desde fines de noviembre se registraron 3.444 casos de los cuales el 96,5% se notificaron en la región del noreste.

“Una particularidad que tuvo 2023 es que se batió un récord de casos autóctonos de dengue y dadas las condiciones climáticas de temperatura y humedad hubo casos todo el año, incluso en la temporada invernal; desde fines de noviembre los casos comenzaron a aumentar”, describió Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología.

La especialista recordó que el mosquito que transmite el dengue, el aedes aegypti, “tiene hábitos domiciliarios, es eficiente para picar en lugares frescos y oscuros; es bastante sensible a los repelentes y cuando pica, suele ser imperceptible”.

El dato preocupante es que registraron casos de dengue sin antecedente de viaje, siendo las provincias del noreste las que tuvieron más reportes.

Aunque la mayoría de las infecciones por el virus dengue son asintomáticas o generan manifestaciones leves, en algunos casos puede agravarse e incluso ser letal.

Los síntomas más frecuentes son fiebre (>38.5°C), cansancio, dolores de cabeza y detrás de los ojos, dolor muscular, dolor articular, lesiones en la piel (tipo sarpullido) con importante picazón, diarrea y, aunque menos frecuente, el sangrado por nariz o encías.

La consulta médica debe realizarse ante la aparición de fiebre en personas que residen o han transitado en zonas de transmisión activa de virus o con presencia del mosquito aedes aegypti, dentro de los 15 días previos al inicio de los síntomas.

En ambos casos la comunidad puede contribuir en la erradicación de los lugares donde los mosquitos se reproducen. “Estos mosquitos se desplazan poco, apenas a unos 150-200 metros del lugar en el que nacieron; es decir que si tenemos muchos mosquitos en casa debemos buscar dónde se están criando: cacharros que juntaron agua de lluvia, algún juguete que quedó tirado, macetas, troncos huecos, etcétera”, subrayó Freuler.

Aguas turbias

Con la crecida del río Paraná sumado a las últimas precipitaciones y las altas temperaturas se pudo avistar una gran presencia de mosquitos tanto en la costa como en las casas particulares. Especialistas indican que las especies de insectos que aparecen cuando el río aumenta su caudal o con las lluvias abundantes, no necesariamente son Aedes aegypti, sino que se los denomina “mosquitos de inundación”, los huevos depositados en charcos eclosionan, por lo que se puede ver una mayor cantidad. La única manera de protegerse es con el uso de repelente.

La doctora en Biología e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Marina Stein, explicó que el Aedes aegypti se puede criar en recipientes artificiales en los patios de la casa, a diferencia de las especies que se crían en charcos y se presentan en los parques o en la costa del río, que son molestos y ávidos de alimentarse de sangre.

“El mayor caudal del río no va a traer más mosquitos, lo que va a hacer el mayor caudal es desbordar e inundar sectores de las orillas del río que sean de tierra que estén deprimidas y allí puede haber huevos de estas especies. Con las precipitaciones actuales se forman charcos y ese huevo eclosiona”, explicó Stein.

Los llamados “mosquitos de inundación”, son parientes del Aedes aegypti. Las hembras depositan sus huevos en la tierra húmeda, en su interior está el embrión que para completar su desarrollo tarda unas 48 horas, si el huevo no es inundado, puede permanecer en latencia hasta por un año. Por lo que es posible que las larvas que antes estaban depositadas en este tipo de sectores hayan nacido y por esa razón se ve mayor presencia.

“Las especies que ahora nos están molestando son de dos géneros principalmente, una vez que el charco es inundado y permanece por más de una semana sumado a las temperaturas elevadas, completa su desarrollo hasta llegar a la fase adulta. Las hembras después de la cópula con el macho buscan alimentarse de sangre humana y por eso pican”, dijo la entrevistada.

Con el fenómeno El Niño, las precipitaciones abundantes favorecen la existencia de este tipo de criaderos que son temporarios. Las hembras de mosquitos de ninguna especie depositan los huevos en aguas que están en movimiento, lo hacen en superficies húmedas o en aguas quietas. Al igual que tampoco van a asentar en suelo arenoso, sino que lo hacen sobre tierra y en sitios con sombra, por lo que no van a estar en las playas, sino sobre la costa del río.

Por la presencia del Aedes aegypti, debe señalarse que la fumigación no es suficiente para eliminar el mosquito, ya que nuevamente se vuelven a regenerar. La aplicación de insecticidas es una medida destinada a eliminar los mosquitos adultos, pero no exterminan los huevos ni las larvas, por lo que el insecto se vuelve a reproducir. Por lo que la única manera de erradicarlos es con la utilización de repelente de manera correcta, evitando colocar en heridas abiertas y renovarlo cada dos horas.

Jornada de prevención

Promotores ambientales de la Municipalidad recorrieron distintas zonas de Paraná para prevenir la proliferación del mosquito transmisor de la enfermedad. Fumigación casa por casa y recolección de todos aquellos elementos que los vecinos desechen, son dos acciones clave.

La descacharrización y limpieza de patios es el método más efectivo para evitar la proliferación del mosquito transmisor del dengue. En ese sentido, hay que revisar con frecuencia los recipientes, contenedores o bebederos de agua de las mascotas que haya en las casas, porque es una de las acciones para evitar que el mosquito lo convierta en criaderos de larvas.

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