Si decimos perro, enseguida se nos viene a la cabeza amor, compañerismo, ternura. Pero si buscamos un sinónimo de perro, muchos nos dirán una frase del tipo “el mejor amigo del hombre”. En esta nota te contaremos los beneficios de tener un perro en nuestras vidas.
Mariano Strekir (*)
Especial para EL DIARIO
Estos peludos, además de darnos amor, cariño, diversión y una presencia confortable, nos ofrecen diversas formas de mejorar nuestra salud mental y física. Más en detalle, está comprobado que vincularnos con un perro permite liberar oxitocina, incluso mucho más que cuando hablamos e interactuamos con un humano.
Probablemente, el lector se preguntará qué es la oxitocina. Se la suele llamar la hormona del amor. Es considerada un neurotransmisor y, por lo tanto, está implicada en comportamientos relacionados con la confianza, el altruismo, la generosidad, la formación de vínculos, los comportamientos de cuidado, la empatía o la compasión.
En los últimos años se han realizados varios estudios donde se comprobó que tener un perro como mascota impacta positivamente en nuestras vidas: desde relacionarnos hasta realizar deportes.
Repasaremos ahora los beneficios de tener un perro.
Acariciar a un perro, jugar con ellos, salir a pasear o el simple hecho de recibir su cariño son todas acciones y actividades que reducen notablemente los niveles de estrés de una persona. Científicamente se comprobó que esto se debe a que tener un perro limita la hormona relacionada con el estrés: el cortisol.
También puede ser la excusa para hacer ejercicios. Esta es una de las grandes ventajas a diferencia de otros animales. Los perros necesitan si o si realizar actividad física que los mantenga activos y sanos, por lo tanto, salir a caminar o correr con el perro o jugar en el jardín son oportunidades para estar en movimiento.
Dialogar
Además, promueve una vida social activa. En efecto, salir a pasear con el perro brinda mucho más que la posibilidad de hacer ejercicio, ya que es una gran oportunidad de conocer gente nueva o fortalecer relaciones.
Los parques y plazas son lugares excelentes para encontrarte con esa gente que comparte el mismo amor por las mascotas. Incluso, se puede planear encuentros con amigos y sus mascotas para que unos y otros puedan socializar con su especie.
Los perros ejercen asimismo un apoyo terapéutico y emocional: son los animales que más se usa para las Terapias Asistidas con Animales (TAA) y eso se debe a los beneficios tanto sociales como emocionales.
Para muchas personas que padecen alguna discapacidad, pasaron por algún trauma o sufren de problemas como la depresión, está comprobado que un perro puede contribuir significativamente tanto en su recuperación como en el desarrollo de su vida diaria.
Otro de los grandes beneficios de tener un perro está relacionado con los niños. Y es que la compañía de un perro ayudará a los más chicos a crecer acompañados de unos valores envidiables como pueden ser la empatía y el sentido de la responsabilidad, así como el amor incondicional que le ofrecerá su primer mejor amigo.
Además, los estudios demostraron que los niños que crecen con un perro en casa desarrollan un sistema inmunitario más fuerte, lo que le ayudará a ser menos sensible a diversos tipos de alergia.
En todos los casos, a la hora de tomar la decisión de tener un perro, conviene pensar que significa asumir todas las responsabilidades que esto implica: alimentarlos, higienizarlos, vacunarlos y llevarlos al veterinario.
Por eso, estar a cargo de una mascota ayuda a fomentar el compromiso y responsabilidad de una persona. Hay que tener en cuenta que estos peludos son más que una simple compañía: son una lección de vida.
En definitiva, tener un perro es lo mejor que le puede pasar al ser humano. Son nuestros mejores amigos porque, además de su amor incondicional y fidelidad, nos brindan bienestar y salud.
(*) Educador canino
