El paranaense Mariano Werner analizó lo que fue la primera fecha de la temporada del Turismo Carretera en El Calafate. “No hay excusas, el error es mío. Le pido disculpas al equipo y los sponsors”, indicó el campeón defensor.
Mariano Werner estrenó el título de campeón de Turismo Carretera en El Calafate a bordo de su flamante Ford Mustang. Contra lo que se especulaba antes del estreno de los autos de Nueva Generación, el piloto del Fadel Werner Competición tuvo una actuación muy destacada: logró la pole position, ganó su serie y llegó a liderar la final, hasta que un trompo lo privó de cerrar un fin de semana que pintaba perfecto. Con un auto que había probado por única vez el domingo previo.
Fiel a su costumbre, el tricampeón demostró una rápida adaptación al nuevo modelo. Así anotó rápidamente otro hito en su rica trayectoria –y en la historia del TC- al darle al Mustang Mach 1 la primera clasificación y serie al modelo americano que llegó a la categoría junto al Chevrolet Camaro, Dodge Challenger, el Toyota Camry y el Torino moderno.
“No esperaba esto, es un sueño. En el primer ensayo en La Plata estaba seis puntos el auto, el viernes siete, en el último ensayo un nueve y ahora el auto se comportó muy bien. Vamos a ver cómo sigue funcionando, porque la goma nueva suele tapar algunos errores o fallas”, manifestó una vez que consumó su 29ª pole position en la categoría.
El domingo, en la primera serie, protagonizó un duelo aparte con Julián Santero (Ford) a quien pudo controlar en la largada, circunstancia que terminó siendo determinante para alcanzar su primera serie con el Mustang (la 61ª en su historial) ya que el mendocino no le dio respiro hasta el cierre de la batería, a la que llegaron con una ínfima diferencia de 0s144 a favor del entrerriano.
En la Final largó tercero detrás de Facundo Ardusso (Chevrolet) y Otto Fritzler (Dodge). Pero en el tercer giro logró avanzar una posición gracias al retraso de Fritzler. Cinco giros más tarde, el piloto de Paraná pudo saltar a la punta beneficiado por el retraso de Ardusso por un problema en un neumático.
A partir de allí, daba la sensación que Werner se encaminaba hacia otro hito en su carrera dentro del Turismo Carretera ya que había podido establecer una diferencia de poco más de medio segundo sobre el Torino de Marcos Landa. Sin embargo, la posibilidad del triunfo se le escapó tres vueltas más tarde cuando entró un poco más ancho en la curva uno, perdió el auto e hizo un trompo.
“Me queda el sabor amargo porque el funcionamiento venía siendo muy bueno hasta ese momento. Pero se ve que doblé más abierto y pisé más ancho. No hay excusas, el error es mío. Le pido disculpas al equipo y los sponsors. Me quedo con el buen funcionamiento que tuvo el Mustang”, aseguró.
El entrerriano logró volver a la pista y cerrar la carrera en el puesto 16º. Con el sabor amargo de una victoria que se le escapó entre los dedos, pero con la tranquilidad de saber que el cambio de modelo no le hizo pagar –al menos en esta primera experiencia patagónica- el derecho de piso. Antes con el Falcon y ahora con el Mustang, la estirpe de ganador la mantiene intacta.