Por mal desempeño y/o prevaricato denunció María Rosa Gianello a la jueza de Familia Rosario Moritán. La presentación, que se extiende a integrantes del equipo técnico, se funda en un accionar conjunto de los representantes judiciales cuestionados, derivados de un intento por institucionalizar el cuidado de la madre de Gianello.
La ciudadana María Rosa Gianello denunció ante el Tribunal de Enjuiciamiento de Entre Ríos a la jueza de Familia nº 1 Rosario Moritán “por mal desempeño y/o prevaricato” y también a integrantes del equipo técnico del Juzgado.
Para la demandante, hubo “situaciones de maltrato” y decisiones “amainadas e injustificadas” por parte de la magistrada y las profesionales en el marco de un expediente sobre el cuidado de su madre enferma. Gianello había formulado una denuncia pública sobre esta misma situación hace unos meses; ahora, realizó la presentación formal ante el Tribunal de Enjuiciamiento de Entre Ríos. En el escrito, realiza una pormenorizada exposición de los hechos denunciados y solicita “tener por interpuesta denuncia por mal desempeño y/o las figuras penales que surjan del Código Penal Argentino, contra la Jueza de Familia n° 1, Rosario Moritán, por encontrarse incursa, al menos, dentro de las previsiones los incisos 2, y 9 del artículo n° 15 de la Ley n° 9283, interesando su suspensión mientras se desarrolla la presente investigación en aplicación de lo dispuesto en el Artículo n° 20 de esa norma”.
En visita a EL DIARIO, Gianello accedió a que se le realice una entrevista, cuya síntesis se comparte a continuación.
–¿Qué objetivo persigue con las presentaciones?
–Son dos. Una la denuncia de la Jueza Rosario Moritan, por mal desempeño/y o prevaricato, ante el Superior Tribunal de Enjuiciamiento, y la otra es por mal desempeño de la médica Jorgelina de Martini, de la psicóloga Cintia Bergara y de la asistente social Sabrina Medina.
En principio, aspiro a que se haga Justicia y así poder paliar la deshonra, la injuria y los malos tratos hacia mi madre y hacia mí porque en principio se dio lugar a una demanda viciada de defectos procesales, mal escrita y carente de pruebas. Se inició un proceso cuestionando las capacidades de mi madre, su salud y la atención que yo, la única hija que la cuidaba y la cuida, le dispensaba.
Se formularon acusaciones sin que en ningún momento se ofreciera la más mínima prueba. El Equipo Técnico a días de iniciado el proceso recomendaba que a mi madre se le tramite el “certificado de discapacidad” y se la “interne en un geriátrico”, supuestamente para cuidarla. En el expediente quedó demostrado que mi madre siempre estuvo cuidada y atendida.
Quedaron también al descubierto las falsedades graves consignadas por el Equipo Técnico, a través de dos dictámenes del médico forense y de su médico personal, geriatra de reconocida trayectoria. Quedó demostrado por los informes médicos y por las actas del escribano que mi madre está enferma pero lúcida, vive bien y está cuidada y atendida. Pese a ello, se ignoró la Ley de Salud Mental y las leyes de protección del adulto mayor, y se pretendía hacer lugar al pedido que originaba el trámite: declararla incapaz y derivarla a un geriátrico.
Así que, en segundo lugar, con las denuncias se trata de recuperar nuestra dignidad como personas y como familia.
–¿En qué se fundan las denuncias?
–Las situaciones que ameritan los pedidos ante el STJ y el Ministerio de Salud, donde he solicitado que se me diga si las “prácticas médicas” de las miembros del Equipo Técnico del Juzgado de Familia nº 1, constituyen mala praxis y están todas acreditadas en el expediente.
En el caso de la Jueza Moritan, no conducirse de acuerdo a las normas del debido proceso, amenazar, presionar a los médicos, dirigir al Equipo Técnico, manifestar clara parcialidad hacia una de las partes y no aplicar la Ley de Salud Mental, dejar desprotegida a una persona de 82 años enferma cardíaca severa, perseguirla insistiendo en que vaya a su juzgado y dejarla en un estado de indefensión, situación que pudo ser salvada por las acciones emprendidas por mí, su hija y cuidadora (vive conmigo) y por los informes médicos.
Lo mismo para el Equipo Técnico, que mintió deliberadamente sobre la situación y la salud de mi madre, que realizó actividades tendientes a reforzar el objetivo de internarla como fue realizar el trabajo de un acta de audiencia que debió ser hecha por la secretaria del Juzgado, informes plagados de arbitrariedades, juicios de valor, exageraciones y mentiras. Hasta existe una especie de diagnóstico sobre mi persona en el expediente, viciado de vulgaridades y expresiones que jamás haría ningún profesional de la salud. Este Equipo Técnico claramente actuaba en connivencia con la jueza Moritan y recibía órdenes de la funcionaria dejando de lado su obligatoria imparcialidad profesional, agravándose todo ello por tratarse de “profesionales de la salud”.
–¿Qué efectos espera que produzcan estas denuncias?
–Respecto a las expectativas de los órganos que deben resolver estas graves situaciones, coincide con la de cualquier persona, que se deje tranquila a mi madre, que se respeten sus decisiones en cuanto a dónde y con quién quiere vivir, que se respete el manejo que hace de sus ingresos, cuestiones que fueron manifestadas por ella con dos actas ante escribano público y que podamos volver a nuestra vida normal.
En mi caso, que se me libere de esta presión y de estás injurias a las que he sido sometida desde agosto de 2023 porque tengo una vida propia, sueños, actividades y además cuido a mi madre enferma en mi casa.
La otra expectativa es que se haga justicia con quienes deliberadamente, intencionalmente desde un lugar de poder e impunidad, nos han sacado la paz y la salud, además de los gastos que aún hoy tenemos que solventar.
