El arco en cero, sin duda fue lo mejor de Patrón en su reciente partido ante Güemes de Santiago del Estero. El elenco entrerriano centraliza el juego y no genera demasiado. De local jamás le supo tirar el cuerpo encima el rival y hasta pareció conformarse con el punto.
Patronato ha cambiado poco en los últimos partidos a pesar de que los primeros tiempos del Rojinegro no son buenos, Walter Perazzo no busca cambiar la formula. Un equipo que regala las bandas y que intenta todo el tiempo atacar de manera vertical, abusando de las pelotas largas y con conductores que aparecen a cuenta gotas.
Sin dudas que la falta de ambición jugando como local es lo que más preocupa, sobre todo ante un rival como Güemes, que llegó lleno de dudas a Paraná, con un solo triunfo y casi sin poder de fuego.
Sin dudas que si se quiere ver la parte llena de vaso, hay que apuntar al arco en cero, algo que se consiguió por segunda vez en la competencia en siete fechas. El equipo entrerriano lejos está de ser un equipo que apunta al arco de enfrente como misión inicial. El exceso de equilibrio que se pregona, atenta contra lo ofensivo, encima los interpretes que se eligen tampoco parece ser los indicados y todo se hace muy cuesta arriba.
Aunque en parte ese logro se forjó porque Julio Salvá, una de las figuras del partido, estuvo atente en momentos donde la caída de su valla podría haber sido letal.
La falta de goles preocupa. Si bien genera, lo hace de manera esporádica, sin ser un equipo avasallante o que tenga en claro como jugar. El equipo aprovecha los errores del rival, que en esta categoría parecen haber crecido un montón esta temporada. Aunque la falta de eficacia es notoria.
El Pitu González tuvo una clarísima. El volante la hizo muy bien, pero cuando fue a definir le movieron la pelota y termino pateando mal. Luego la tuvo Franco Coronel, tras una guapeada de Gonzalo Asís, otro de los puntos altos, que lo dejó solo de cara al gol. El ex Racing de Córdoba definió cruzado y de manera increíble su remate pegó en el palo.
En el segundo tiempo la más clara estuvo en los pies del pibe Alejo Miró, que cuando definió con poco ángulo, su remate pegó en el travesaño y luego no pudo ser empujado por sus compañeros que ingresaban a la altura del segundo palo.
Patrón centraliza todo el tiempo el juego. Los laterales son los únicos que aparecen por las bandas. Las opciones son varias, o el mensaje no es claro, o los jugadores no hacen lo que les están pidiendo, o bien porque la idea es centralizar todo el tiempo. Cualquiera de las que sea se tiene que corregir. Los rivales defienden a Patrón por el centro, ya saben que juega por ahí, que no tiene sorpresas. Y a la hora de atacar, eligen las bandas, porque también ya conocen que ahí los laterales están desprotegidos, que es fácil desdoblarlos para poder quedar de cara a Salvá.
O se cambia rápido, o la productividad va a seguir siendo muy baja. El equipo necesita sumar, necesita crecer futbolísticamente con confianza. Hay muchos jugadores jóvenes, el plantel carece de jerarquía y si no se encuentra el rumbo pronto, pensar en un ascenso será solamente para los ilusos.