La jueza de Garantías, Elisa Zilli, resolvió ayer permitir la apertura del celular del hombre de 85 años que fue asesinado el sábado 16 de marzo. El único sospechoso del crimen es el hijo.
A sólo cinco días hecho, la investigación que lleva adelante el fiscal, Mariano Budasoff, para determinar la responsabilidad de Walter Javier Sosa, de 41 años, en el homicidio de su padre, Ramón Abelino Sosa, que tenía 85 años aquel sábado cuando falleció por las heridas que sufrió en distintas partes del cuerpo y fueron realizadas con una cuchilla, tuvo ayer a la mañana una noticia que significa un avance para la pesquisa, y otra que pone en suspenso uno de los caminos elegidos para terminar de esclarecer el hecho.
Según informó APF Digital, se trató de las medidas que solicitó el fiscal respecto de dos celulares –uno de la víctima y otro del sospechoso-, y una computadora de escritorio que estaba en la casa en la que convivían padre e hijo y fue el escenario del hecho. La jueza de Garantías de Paraná, Elisa Zilli, resolvió hacer lugar al pedido del fiscal, sólo respecto del celular de Sosa padre y la computadora, pero mantuvo una posición diferente respecto del aparato perteneciente a Sosa hijo.
En cuanto a aquella última solicitud, Zilli acogió los argumentos de la Defensa Pública, que presentó sus objeciones a la medida puesto que argumentó que el sospechoso aún no designó defensor formalmente, que la Defensa Pública no ha podido entrevistarse con el sospechoso, que aún no prestó declaración de imputado, situaciones derivadas de las heridas que Sosa hijo se auto infringió y pusieron en grave riesgo su vida, tanto que aún permanece internado en el hospital San Martín.
Zilli también limitó la extracción de información de los dos dispositivos electrónicos sólo a aquella que sea pertinente para coadyuvar al esclarecimiento del hecho, vedando el acceso a mails, WhatsApp, mensajes de texto y videos que no tengan relación con la hipótesis acusatoria.
MÁS DATOS. A Sosa hijo se le atribuye que “el 16 de marzo de 2024, en momentos previos a la 1.20, luego de haber mantenido una discusión por motivos que se desconocen, Walter Javier Sosa se dirigió al dormitorio de su padre Ramón Abelino Sosa y lo atacó con una cuchilla compuesta un mango de madera color marrón de diez centímetros de largo con hoja de veinte centímetros de largo y aproximadamente cinco centímetros de ancho, asestándole gran cantidad de puñaladas en la cara y la espalda mientras la víctima se hallaba recostado sobre su cama. Como consecuencia de las heridas Ramón Abelino Sosa falleció en el lugar. Posterior al ataque, Walter Javier Sosa se auto infringió heridas lacerantes de gravedad que determinación su internación en el Hospital San Martín. El hecho ocurrió dentro del domicilio ubicado en calle Amancio Albariño Nº 1240 de la capital entrerriana, donde ambos convivían”.
