El 28 de marzo 1814 tuvo lugar el enfrentamiento entre naves de las fuerzas patriotas y las fuerzas realistas. Sucedió en proximidades de la localidad de Arroyo de la China -actual Concepción del Uruguay-. La acción bélica dejó para la historia la heroica determinación de Pedro Spiro, marino a cargo de una de las embarcaciones patriotas.
En el marco de los enfrentamientos de las Provincias Unidas, aún no independizadas formalmente, y el gobierno de Montevideo que representaba a metrópolis española se produjo el combate naval del Arroyo de la China, el 28 de marzo de 1814.
En los primeros meses de 1814, tras el combate del Espinillo donde la fuerzas artiguistas comandadas por Eusebio Hereñú derrotaron a las que respondían al gobierno centralista de Buenos Aires, Entre Ríos se había consagrado como provincia autónoma. No obstante, días después se abría otro frente de batalla. Se trataba de la reacción de los realistas que se abroquelaban en Montevideo. Ante el intento del almirante Guillermo Brown de recuperar la isla Martín García, primer paso en su propósito final de ocupar Montevideo, el gobierno montevideano de José Gaspar de Vigodet envió una expedición a cargo de Jacinto Romarate que en un primer momento venció a los patriotas pero finalmente, reagrupados, lograron desplazar a los realistas de la estratégica la isla.
Los realistas, derrotados, llevaron a su escuadra aguas arriba del río Uruguay y arribaron a los alrededores de Concepción del Uruguay que aún se la conocía por el antiguo topónimo de Arroyo de la China. La perseguía una escuadrilla compuesta por seis unidades enviada por Brown al mando del capitán norteamericano Tomás Nother.
NAVES A LA VISTA
Al despuntar la mañana del 28 de marzo las naves realistas estuvieron a la vista de la ciudad fundada por Tomás de Rocamora. Romarate se acercó a parlamentar con el jefe artiguista Fernando Otorgués. Según documenta Urquiza Almandoz en su Historia de Concepción del Uruguay (Tomo I) el propio Otorgués habría provisto de carne fresca a la expedición realista cuando pasó por puerto Landa. Pero los sorprendió el arribo de las fuerzas de Nother que atacaron a los invasores.
De nuevo los entrerrianos hacían pata ancha frente al mismo enemigo que en 1811 habían derrotado y expulsado a la otra banda del Uruguay. El espíritu del paisano Bartolomé Zapata sobrevolaba sobre sauces y espinillos.
Según el relato de Urquiza “los buques de Romarate se habían ubicado acordelados (amarrados proa con popa), en la boca del Arroyo de la China. La escuadrilla estaba compuesta por dos bergantines, Belén y Aranzazú; la zumaca Gálvez; dos cañoneras, Reina Luisa y Perla; dos balandras, Murciana y Americana; la polacra San Ramón y la lancha corsaria del navío Salvador. Reunían en total 32 cañones y una fuerza de 380 hombres.
“A su vez la escuadrilla patriota sumaba alrededor de 41 cañones y 260 tripulantes. No obstante, la superioridad realista se acentuaba porque su tripulación era de carrera y veterana.”
Según transcribe el autor los patriotas avanzaron “temerariamente colocándose ‘a un tiro escaso de pistola de las naves enemigas’. La Trinidad -el buque insignia- tuvo la desgracia de varar y contrariamente a la creencia de encontrarse con un enemigo insuficientemente provisto de pólvora y municiones, de las naves españolas partió una cerrada descarga de metralla y balas que arrasó de una andanada sesenta hombres del barco varado, entre ellos el capitán Nother que perdió la vida, por lo cual se hizo cargo del mando de la Trinidad, Ángel Hubac.”
El combate continuó algunas horas y resultó herido Hubac que fue reemplazado por el coronel de origen griego Nicolás Jorge.
LA INMOLACIÓN DE SPIRO
A esta altura faltaba el episodio épico del enfrentamiento que protagonizó otro de los griegos, el teniente de infantería Pedro Samuel Spiro. El marino estaba a cargo de la balandra Carmen que tuvo la mala suerte de encallar. “Afrontó el peligro del instante -escribe Urquiza-, y ante un posible abordaje se dispuso volar la nave. Ordenó, entonces, el desembarco de su tripulación; luego bajó de cubierta y prendió la mecha. En el intento voló Spiro con su barco. Su inmolación fue una estupenda muestra de valentía y un noble tributo para la patria adoptiva.”
Pedro Samuel Spiro había llegado a la Argentina con dos hermanos a la Ensenada de Barragán en julio de 1810. Según testimonia César Augusto Villamayor Revythis, desde 1812 existen registros de sus actividades militares en una pequeña flotilla desde el puerto de Buenos Aires contra las fuerzas realistas con base en Montevideo como corsario rioplatense con gran éxito a pesar de ser pequeñas naves y muy poco artilladas.
El capitán de puertos Martín Jacobo Thompson, hoy considerado el padre de la Prefectura Naval Argentina, dijo de Spiro: “De los extranjeros que han estado a sueldo del estado, Pedro Samuel Espiro es de los que más se han distinguido”.
Como homenaje de su acto heroico existe un busto en el Museo Naval de la Nación, en la sala independencia, ubicado en la localidad del Tigre, que fue realizado por el escultor Luis Perlotti.
El combate naval del Arroyo de la China significó una dura derrota para los patriotas pero meses después vendría la reivindicación para tantos esfuerzos. Los realistas que se habían alzado con la victoria pocos meses después tuvieron que evacuar Montevideo y alejarse del Río de la Plata.
El 23 de junio los sitiadores de Montevideo, que habían sumado el bloqueo naval por el río de la Plata a cargo del almirante Borwn, ingresaron a la ciudad y expulsaron a los realistas.
El gobierno de Buenos Aires se hizo cargo de la ciudad pero no pudo sostenerse. Las fuerzas de Artigas, que dominaban toda la región, en enero de 1815 enfrentaron a los centralistas porteños y los derrotaron en el combate de Guayabos. En febrero los artiguistas ingresaron a Montevideo y el Protector nombró como gobernador a Fernando Otorgués. Fue el momento de mayor gloria de la Liga de los Pueblos Libres que en junio de 1815 convocaba a los pueblos para reunirse en el Congreso del Arroyo de la China. Sin dudas que la heroica ciudad entrerriana se había convertido en el epicentro de las luchas por la independencia. Y esto recién comenzaba.
El combate naval del Arroyo de la china es recordado en la zona del Balneario Municipal de la ciudad con un monolito y una placa con la inscripción “Combate del Arroyo de la China. 28 de marzo de 1814 ¡Gloria a sus combatientes! Comisión de homenaje a la campaña naval de 1814. Armada Argentina. 12 de noviembre de 1966”
Para seguir leyendo
-Noel Javier Cabrera. Los héroes del Arroyo La China 1814, 2019.
-Más sobre Entre Ríos en https://historiasdelasolapa.blogspot.com/