En el marco de la investigación por la millonaria estafa denunciada por más de diez vecinos de la localidad del norte entrerriano, el viernes secuestraron vehículos, una gran suma de dinero en efectivo y dosis de clorhidrato de cocaína. Más detalles de las denuncias.
En la ciudad de Chajarí se llevó a cabo una investigación por la millonaria estafa denunciada por más de diez vecinos. En este marco, efectivos policiales realizaron cuatro allanamientos dispuestos por las autoridades judiciales.
Uno de los allanamientos fue realizado en un domicilio ubicado en un barrio privado, sobre la autovía Gervasio Artigas e inmediaciones a la avenida 25 de Mayo, donde viviría quien estaría señalado como el supuesto gestor de las estafas; otro fue en una casa de calle Hernandarias al 1800 donde viviría una persona que trabajaría como moto mandado y quien habría sido el encargado de retirar los sobres con dinero producto de la estafa; un tercer operativo en una vivienda de calle Moreno al 700, donde residiría una mujer vinculada sentimentalmente al mencionado en primer lugar y el cuarto allanamiento alcanzó a una vivienda de calle Repetto al 2000, residencia de la persona que inició la denuncia y quien ofrecía los productos importados.
MÁS DETALLES. Lograron el secuestro de importante material de gran aporte para la causa que se investiga, entre ellos el secuestro de telefonía celulares, CPU-S, Tablets, sellos y documentación de “Aduana Argentina”, cuadernos, chips de celulares, pendrives, notebooks, gran suma de dinero en efectivo, una camioneta Volkswagen Amarok, un automóvil Volkwagen Gol Trend y una motocicleta Kawasaki Z-400. Asimismo, también intervención a la Delegación de Toxicología por haberse hallado dosis de clorhidrato de cocaína.
Algunos de los elementos quedaron en carácter de “depositario” en uno de los domicilios allanados.
En tanto, fueron identificadas cuatro personas, las que quedaron a disposición de la Fiscalía de la ciudad de Chajarí.
LAS ESTAFAS. Una mujer se presentó en la Comisaría de Chajarí radicando una denuncia por una estafa que rondaría los 70.000 dólares. Según expuso, fue estafada por una persona a la que no identificó. Ella vendía productos importados, en su mayoría motos y teléfonos, también vehículos, con la promesa que un contacto que tenía en la aduana permitiría que el producto llegue a la ciudad.
Después que la mujer radicó la denuncia, más de diez personas se presentaron en la sede policial y la denunciaron ya que les vendió productos y nunca los recibieron. Entre los objetos ofrecidos hay un menú diverso, desde un reloj importado adquirido por la esposa de un importante empresario local, en más de 10 mil dólares, pieza que nunca apareció, celulares a 500 dólares y motos a un precio de 500 dólares, siendo que en el mercado local no se consiguen por menos de 2500 en moneda estadounidense.
El ofrecimiento “estrella” fue una “camioneta importada” por la cual el damnificado aportó unos 20 mil dólares, le pidieron una espera de 15 días para entregársela y tampoco nunca apareció.
Otro caso paradigmático es el de un damnificado que había cobrado unos 27 mil dólares, producto de una transacción comercial, que los tenía “debajo del colchón” y que fueron aportados (aparentemente por un familiar) para la instalación de un emprendimiento, pero ese negocio se trataba básicamente de otra estafa.