El uruguayense repasó su exitosa carrera como entrenador, en la cual trabajó con jugadores que integraron la “legión dorada”. Además, dio cuenta de su visión sobre algunos aspectos del juego en la actualidad.
Pablo Martin aportó su granito de arena a la rica historia del tenis argentino. El hombre nacido en Concepción del Uruguay pasó prácticamente su vida entera junto a las raquetas y las pelotitas, pero, su etapa dentro de la cancha, quizás, no duró lo que deseaba. A los 24 años, por diferentes razones -entre ellas, económicas-, decidió dejar de jugar y afrontó un nuevo desafío: ser entrenador. Esto fue un punto de quiebre y nada volvió a ser igual.
Comenzó su labor al lado de Modesto “Tito” Vázquez y, posteriormente, escribió su propia historia, siendo protagonista de una etapa dorada de la disciplina en nuestro país. En su trayectoria como entrenador, se consagró dirigiendo a grandes tenistas argentinos como Franco Davín, Mariano Puerta, Guillermo Cañas, Juan Ignacio Chela y Agustín Calleri, el chileno Nicolás Massú y el italiano Fabio Fognini (actualmente 36º en el ranking ATP). Además, también trasladó su conocimiento a otras naciones y se desempeñó como head coach en las Federaciones de Qatar e Italia.
Hace algunos años, el uruguayense se inclinó por retirarse del vertiginoso mundo tenístico y ahora disfruta de su tiempo junto a su esposa Guadalupe y sus hijos, Sixto y Serafina.
—¿Qué balance hace de su carrera como entrenador? ¿Y qué es lo que más extraña ahora que está alejado de las canchas?
—Tuve la suerte de estar con dos chicos entre los 15 mejores del mundo (Cañas y Puerta), en un periodo de oro del tenis argentino, cuando había una gran cantidad de buenos jugadores. Me siento orgulloso porque aporté un granito de arena. Se extraña la adrenalina de la competencia porque me gusta la presión. Pero, a esta edad siento que me tengo que quedar más tiempo en mi casa, ya que tuve una vida muy agitada, en la cual me pasé mucho tiempo viajando.
—¿Cree que el tenis evolucionó, se estancó o ha retrocedido en relación a algunos años atrás?
—Como en todos los deportes, ha evolucionado en la parte física. Se juega muy rápido y todos los tenistas están fuertísimos físicamente, y si no lo estás, no podés hacerlo a nivel profesional. Evolucionó en ese sentido, pero se quedó en la variación de golpes y la táctica; todos juegan muy rápido y hacen lo mismo.
—Dirigió a grandes jugadores pero, ¿a quienes destaca por encima del resto?
—Tuve dos jugadores que fueron totalmente diferentes: Puerta y Cañas. Fueron dos extraordinarios jugadores que querían llegar y siempre me pedían más, y es algo que tienen los campeones. Me gusta trabajar con esa clase de jugadores porque te motiva mucho más. No en todas las ocasiones el entrenador tiene que ser un motivador, sino que también necesitamos una motivación de parte de los jugadores. En estos casos, era un ida y vuelta.
—¿Qué tiene el tenis argentino que continúa produciendo buenos jugadores?
—Hay muy buenos entrenadores, con muchas ganas de trabajar. El trabajo vital está dentro de la cancha porque se necesitan muchas horas para alcanzar un nivel de automatización extraordinaria, dónde ves y tirás. Hay muchos entrenadores con esa capacidad de trabajo para lograr esto y creo que no reconocen tanto nuestro modelo de laburo, ya que siempre toman como ejemplo el modelo español porque está (Rafael) Nadal y no valoran tanto nuestro trabajo.
—¿Cómo ve el tenis que hay en Entre Ríos?
—Estuve a cargo del Gimnasia Tenis Club en Concepción del Uruguay y hemos sido el mejor club entrerriano de tenis durante 17 años consecutivos. Tenemos muchos chicos que juegan bien en la provincia; sin embargo, el problema es económico porque tenés que viajar y solventar los gastos, y si no competís es imposible llegar a jugar bien.
—¿Qué trata de transmitir a los más jóvenes?
—Trato de ayudarlos con charlas y correcciones. Si un chico quiere dedicarse al tenis de manera profesional, tiene que saber que la presión va a estar siempre sobre ellos para que no se convierta en un enemigo. Es muy importante el aspecto psicológico y mental.
—¿Qué influencia tiene la presión?
—Convives con la presión o te destruye. Si sos negativo y siempre ves las cosas mal, te destruyen. Por lo tanto, es muy importante saber convivir con la presión y pienso que la manera de ejercitarlo es durante la competencia en los torneos. Siempre coloco como ejemplo a Nadal o (Novak) Djokovic porque se preparan mentalmente de un torneo para el otro y es algo fantástico.
—Entonces, ¿prepararse mentalmente es lo más importante?
—Es fundamental tomarse un tiempo para fortalecerse mentalmente. Para jugar a un buen nivel creo que tienes que hacerlo con una concentración relajada y para conseguirlo debes hacerlo con una automatización como cuando conduces un auto en una ruta. Es un período que puede resultar aburrido, pero es clave para los deportes individuales. Asimismo, siempre trato de ayudar a entender que cuando jugás bien y el adversario jugó mejor, te ganaron. Pero, cuando no hiciste lo que debías hacer, perdiste. Es crucial para asumir las derrotas.