El economista Luis Lafferriere emprendió con dureza contra la marcha de las políticas gubernamentales. “Con la falsa premisa de ir contra la casta, Javier Milei se terminó de rodear de lo más aborrecible de la clase política para llevar adelante el Plan Masacre, en el que la suerte de las personas no tiene ninguna significación si afectan los negocios que favorecerán a los grupos concentrados”, expuso.
“Hacia finales del 2023 advertíamos que los tres candidatos a presidente más votados tenían esencialmente el mismo proyecto”, adelanta el economista Luis Lafferriere, en diálogo con EL DIARIO, al sentenciar que tanto Javier Milei como Sergio Massa y Patricia Bullrich continuarían un programa de concentración económica sobre la base de un empobrecimiento general.
“Lo sucedido desde el 10 de diciembre confirma que nos pasa lo peor de lo peor”, añade, en alusión a un plan que bautiza como “masacre”, orquestado en beneficio de “un puñado de grupos económicos” para “arrasar sin piedad con el patrimonio natural y quedarse con los ingresos de las personas y las familias, sobre todo de la clase media”.
–¿Qué le inquieta de la coyuntura argentina?
–Me viene preocupando desde hace un tiempo el camino que llevamos hacia el precipicio, en una degradación cada vez mayor de la sociedad que afecta a las grandes mayorías.
Se trata de un modelo económico social que se ha desplegado en nuestro país a lo largo de este siglo XXI, y que se ha mantenido en esencia a pesar de los cambios de los distintos gobiernos, aun de diferentes partidos políticos.
–¿Qué une a esas políticas implementadas?
–Por ejemplo, se prioriza que gran parte de la riqueza creada por el trabajo argentino y nuestros recursos, es tomada para pagar una deuda externa que es fraudulenta, que nunca recibió el pueblo argentino, que la pagamos más de diez veces y que, curiosamente, cada vez debemos más. Eso afecta negativamente la calidad de vida de la gente, en detrimento de las mayorías.
Además, hay un proceso de pérdida permanente del poder adquisitivo, porque la inflación viene siendo persistente y cada vez mayor, por lo que afecta la estructura social.
Es un proceso que viene acelerándose en las últimas gestiones de gobierno, desde el 2015 en adelante, lo que provoca una crisis muy preocupante. En especial, lo que yo llamo el Plan Masacre, que se comienza a aplicar desde diciembre, que tiene que ver con medidas que se incluyen en el DNU y la ley ómnibus, que en nada contribuyen a aliviar los graves problemas sociales, sino que por el contrario tienden a potenciarlos y multiplicarlos.
Los Milei y Victoria Villarruel, figuras clave en la estructura del actual gobierno.
Directrices
–¿Allí incluye el proyecto de dolarización?
–En efecto, la dolarización anunciada estaría dentro del llamado Plan Masacre, ya que agravaría todos los problemas actuales y nos llevaría a una situación de multiplicación de la pobreza. Digo Plan Masacre porque las medidas provocan una abrupta caída de los ingresos de las mayorías, en especial de los trabajadores y de los sectores más vulnerables y de menores recursos. Es el proceso que sufren los jubilados, literalmente un robo. Porque es un sector que se ha ganado el derecho a recibir ingresos dignos, porque lo reconoce nuestra constitución, las leyes y también los aportes que han realizado a lo largo de sus vidas trabajando, y con el proceso inflacionario le sacan prácticamente la mitad de sus haberes, para pagarles a los acreedores usureros. Entonces hay sectores que están sufriendo mucho más, que están en la pobreza y la indigencia. Y también se ataca a lo que queda de la clase media, bastante desmantelada, conduciendo a gran parte de ella a una nueva situación de pobreza generalizada.
–Con el empobrecimiento generalizado, ¿qué perspectivas tiene el país hacia delante?
–Quiero graficar esto con el ánimo de que se entienda mejor, fundamentalmente la gente que está engañada, que quería que la situación cambiara, pero no para peor sino para mejor, y que cree que vamos bien. Deben darse cuenta: cae abruptamente el salario real de los trabajadores formales y mucho más de los informales y precarios. Ha caído también la inversión pública y parte del gasto social. También ha habido despidos masivos en el sector público y en varios sectores privados, en especial en la construcción y en la industria nacional. Eso tiene efecto multiplicador negativo sobre la actividad económica. Va a haber cada vez menos consumo y menos demanda, lo que achica las ventas y genera desempleo.
Es simple: el empresario no va a ganar más por lo sueldos más chicos que paga, porque se achica el mercado interno y el 99% de las empresas son micro, pequeñas y medianas, y muchas deberán cerrar por falta de demanda.
Así, en la medida que continúen estas medidas, se va a llegar a una sociedad donde el 90% de la población sea pobre, y donde sólo queden las grandes empresas que van a exportar su producción, el grueso de nuestros recursos, en medio de un mar de miseria, donde el resto va a quedar afuera de la actividad.
Proyecciones
–Usted marca una continuidad de los trazos gruesos de la política en el último cuarto de siglo…
–Yo considero que no ha cambiado el rumbo. Este es un modelo que tuvo etapas, desde que se despliega en el 2003 hasta el presente. Es un modelo mucho más concentrador y excluyente que el que tuvimos durante medio siglo con la ISI (industrialización por sustitución de importaciones). Este nuevo modelo no se ha modificado, aunque pasó por momentos más favorables al comienzo (hasta 2007/2008) por factores tales como los precios internacionales de nuestras principales exportaciones. Pero en esencia no ha cambiado.
En todos estos años fue rumbo al precipicio, sólo que los gobiernos anteriores los llevaban a una velocidad media, tal vez para evitar grandes reacciones sociales. Quiso acelerar Mauricio Macri cuando fue Presidente, con fuertes tarifazos, recortes a los ingresos de los jubilados, etc.; pero generó una resistencia importante, con grandes movilizaciones en su contra. Eso se desaceleró un poco, pero siguió siempre el mismo rumbo con Alberto Fernández.
Este proceso tiene claros beneficiados, como el capital financiero internacional y las grandes corporaciones. Y sucede que estos sectores minoritarios y poderosos que nos vienen a saquear, han percibido que han logrado adormecer la mente de la mayoría de los argentinos y han decidido empujarnos hacia el precipicio a una velocidad cada vez mayor. Se apunta así a profundizar el deterioro social, pero además a destruir el ambiente, porque su proyecto se basa en unas pocas actividades de extractivismo depredador, como la monoproducción de transgénicos con uso masivo de agrotóxicos, la megaminería a cielo abierto, el fracking, que son de las actividades más contaminantes del planeta (destruyen territorio, contaminan masivamente y ahí ya no se puede vivir.
Pero también se masacra la soberanía nacional, y eso tiene que ver con la idea de colonia.
–¿Cómo es eso?
–Las corporaciones extranjeras y los grandes grupos económicos tienden a desmembrar el territorio y apoderarse de nuestras riquezas. Buscan quedarse con las empresas públicas, apoderarse de mercados y sectores, para potenciar el saqueo del que somos objeto, en detrimento de nuestra soberanía.
En este contexto, la principal ocupación de Javier Milei es obedecer sumisamente a los grandes saqueadores y usureros, para entregarnos atados de pies y manos a su voracidad sin límites. Para él los intereses de la Nación no existen, y los intereses de la gente no pasan por su cabeza.
–Hay un elenco estable que permanece…
–Claramente. Hay que hacer notar que durante el gobierno anterior se entregó las riendas de nuestra economía al Fondo Monetario Internacional, que es el organismo que representa a los usureros más voraces y parasitarios del mundo.
Además, el actual ministro de Economía, Luis Caputo, tiene más poder que el propio Milei. Pero hace algunos años el actual Presidente de la Nación dijo que Caputo, siendo ministro de Macri, dejó que se vayan de nuestras reservas más de 15 mil millones de dólares, además de haber endeudado de manera irresponsable al país. Así están las cosas.
Tanto el ministro de Economía como el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, son empleados de empresas que pertenecen a Black Rock, el fondo de inversión más poderoso del planeta, que tiene interés en quedarse con bienes estratégicos en distintas partes del mundo, porque consideran que esos bienes son cada vez más escasos, y si son estratégicos los consideran como propios, estén donde estén. Entonces, claro que vienen también por los recursos que existen en nuestro territorio: tierra fértil, agua, minerales, energía, etc. Claro que lo que no quieren es la gente que vive en esos territorios, y su plan es dejar solo un número reducido de pobladores que les sirva de trabajo precario y barato, y el resto sobra.
Por eso insisto que debemos despertar y actuar, para evitar el error de creer que la situación va a mejorar en el futuro. En realidad, estaremos cada vez peor. Por eso tenemos que reflexionar, despertar, participar, organizarnos, para poder cambiar el rumbo.
Tenemos muchos elementos favorables, como las riquezas de nuestro territorio, la gente que vive en ellos y las capacidades productivas. Pero debemos cambiar las políticas, para cambiar el rumbo que llevamos hacia el abismo.