En medio de una cultura que minimiza y disimula el papel de la mujer en la sociedad, sigue siendo presentado en distintas ciudades el libro Mujeres Entrerrianas. El material, disponible en internet, es producto de una investigación promovida desde el Archivo Histórico.
Para el docente y escritor entrerriano Rubén Bourlot “no se valora ni se tiene en cuenta la presencia de la mujer en la Historia”. El investigador opina que “aunque hayan tenido papeles relevantes, las mujeres siempre aparecen en segundo plano”.
El libro Mujeres Entrerrianas fue realizado de manera conjunta entre el Archivo General de la Provincia y la Editorial de Entre Ríos, organismos dependientes de la Secretaría de Cultura. Desde hace un tiempo, está siendo presentado allá donde las comunidades lo desean.
La obra rescata las biografías de mujeres destacadas de Entre Ríos como Tadea Jordán, la dragona Montenegro, la Delfina, Cecilia Grierson, Macedonia Amavet de Moreno, Ana Emma Lucía Bedogni de Basaldúa.
Además de Bourlot, la autoría de los textos corresponde a Aída Toscani, María Candelaria Churin, Sara del Rosario Mentasti, Elvira Norma Fernández Doux de Demarchi.
Un dato valioso es que los interesados pueden descargarlo de la colección Homenaje del micrositio (Insumos y Servicios/ Publicaciones Gratuitas) de la web de la Secretaría de Cultura de Entre Ríos.
Invisibles
La obra fue recientemente presentada en la localidad de Colón, en un evento organizado por La Familia Piamontesa, en el salón de la Policía Departamental, en 12 de Abril 501.
En esa ocasión, Bourlot llamó la atención sobre el hecho de que las mujeres han sido históricamente invisibilizadas incluso en sectores donde su presencia es determinante, como la educación o la salud.
“La mayoría son mujeres. Por esa cuestión de que es la que se ocupa las tareas de cuidado en el hogar, cuando trabaja afuera también lo hace en tareas de cuidado como maestra o enfermera. Sin embargo, cuando se escriben los libros de Historia, se pondera a los varones incluso en la educación, como Antequeda o Sarmiento, pero no se destaca a Juana Manso que fue una gran educadora contemporánea a Sarmiento”.
Bourlot proyectó su convicción sobre la realidad comarcana. “Lo mismo ocurre en el caso de Entre Ríos. Salvo Sara Eccleston, fundadora de la Escuela Normal, son muy pocas las mujeres reconocidas”, señaló.
Para el investigador y ensayista, pese a los avances de las últimas décadas, las mujeres aún se ven opacadas en su reconocimiento. En este sentido, apuntó que “han ganado muchísimos derechos y trascendencia, pero el Salón de las Mujeres desapareció de Casa de Gobierno, lo que es un claro símbolo. En su lugar, crearon un Salón de los Próceres pero no aparece ninguna mujer”.
Para Bourlot, no hay dudas de que “si no fuera por la ley de cupos, no sé cuántas diputadas, senadoras, vicegobernadoras y vicepresidentas habría. Si la ley no obliga a poner mujeres en los cargos, los varones nos la ingeniamos para que la mujer no predomine”.
“Mujeres entrerrianas”
La investigación realizada hace varios años por el Archivo General de Entre Ríos, se materializó en el libro Mujeres entrerrianas, publicado en 2023 por la Editorial de Entre Ríos y del cual Rubén Bourlot es autor junto a Sara del Rosario Mentasti.
“Se trata de mujeres muy conocidas pero tratadas desde una perspectiva distinta”, contó. En esta línea, mencionó a Cecilia Grierson, primera médica argentina y latinoamericana. “Hay biografía en el ámbito nacional, pero ninguna con anclaje en su pasado entrerriano. Si bien no nació en Entre Ríos, vivió hasta más o menos los 15 años en distrito Genacito, departamento Uruguay, donde tenían la estancia sus padres. Armamos su biografia, con una referencia especial a que era residente entrerriana, cuando se fue a Buenos Aires a estudiar medicina”.
Entre otras, son parte de su libro “La Delfina u la ‘Dragona’ Montenegro, que fue una guerrera”. También “Tadea Jordan, mamá de Ramírez y López Jordán, pero no por ser madre de caudillos, sino por su propio peso como ama de casa a cargo del hogar y de los negocios de la familia, ya que enviudó dos veces. Además, por su actuación política, ya que estuvo en los entreveros políticos después de la muerte de Ramírez y fue perseguida y exiliada, por eso se tuvo que ir a Paysandú”.