Más de 1.500 alumnos se formaron desde 1997, como buzos matriculados en la Escuela de Buceo del Club Atlético Estudiantes. El buceo es una disciplina recreativa que cada vez acapara un mayor número de adeptos a la naturaleza, a los viajes y a la vida social.
Las principales condiciones para la práctica del buceo, son las ganas de pasarla bien. Simplemente en eso, se sintetiza una disciplina que, desde su consolidación en Paraná, ha cobrado cada vez mayor auge.
Claro que, para entender el presente, hay que conocer el pasado. Y, en ese sentido, cabe indicar que corría 1997 cuando un grupo de socios del Club Atlético Estudiantes (CAE), apasionados por esta actividad, logran, gracias a sus gestiones, que se inicie una tercera y definitiva etapa de Cursos de Buceo en la entidad del Parque Urquiza, bajo la dirección técnica de profesores nacionales de la Escuela de Buceo del Club Regatas de Santa Fe. Previo a ello, hubo distintas experiencias -la primera en 1971- con el dictado de instrucciones por parte del Teniente Lezana Copa y posteriormente, por el Dr. Pablo Llanos. No obstante, ninguna de las dos tuvo continuidad en el tiempo, por lo que se vieron interrumpidas prontamente.
Fue de este modo entonces que, desde hace 27 años, las actividades de buceo llegaron al CAE para quedarse definitivamente.
En tanto, a finales de 2012, se produjo otro logro muy importante, cuando algunos socios de la institución y buzos formados en la propia Escuela, se hicieron cargo de la misma. Fue luego de haber mantenido de manera intacta la práctica y la capacitación, obteniendo durante ese período de estudio, todas las pertinentes habilitaciones con las distintas certificadoras a las que representan: la Federación Argentina de Actividades Subacuáticas (FAAS); la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS) y la Scuba Schools International (SSI).
Entre otros hitos históricos de la denominada Paraná Divers, está la concreción de un espacio privilegiado para la actividad dentro de la sede del CAE, ubicado de manera lindante a las piletas, donde se erigió un espacio con un aula para 30 personas, con oficinas y depósito de equipos más un piso superior con un quincho de amplia capacidad.
AL AGUA
La Escuela de Buceo del CAE lleva formados ya, más de 1.500 buzos. La mayoría, consiguió salir posteriormente, a disfrutar de la riqueza exuberante de los mares del mundo con total y absoluta seguridad de sí mismos, Tras las 180 horas de duración de los cursos previstos para el nivel inicial.
‘Paraná Divers’, como se denomina el órgano, está dirigida por un equipo de cuatro instructores matriculados y varios colaboradores que brindan soporte en las diversas actividades desarrolladas. Al frente, están Humberto Varisco, Jorge Lázzaro, José Manuel Francioni y Miguel A. Coniglio.
“El buceo es una disciplina recreativa muy entretenida, que acapara cada vez más adeptos a la naturaleza, a los viajes y a la vida social”, comentó Lázzaro. “Nuestros ejes son los cursos, los viajes y actividad social. Todo está mancomunado y una cosa va llevando a la otra”, explicó Francioni.
“Un curso de Buceo consta de tres etapas: una, de acuatización; otra relacionada con la utilización del equipo básico y la última, trata sobre la incorporación del equipo completo”, contó Lázzaro y agregó: “Prácticamente no hay impedimentos para practicar buceo. Simplemente, hay que ser mayor de 8 años. Y, en cuanto a la salud, hay que considerar no contar con problemas severos a nivel timpánico, problemas epilépticos o pulmonares. La actividad no requiere un esfuerzo físico. Cabe destacar que el curso consta de seis semanas de duración, con práctica y teoría. A la finalización, se rinde un examen y deben realizarse cuatro salidas a aguas abiertas”.
A VOLAR
Actualmente, alumnos e instructores de Paraná Divers se encuentran de viaje en Colombia. Mientras que en agosto bucearán en Arraial do Cabo, Brasil. Y, en octubre, en Cabo Pulmo, México.
La camaradería reinante en el buceo, permite interminables momentos compartidos también fuera del agua y viajes de ensueño por los cinco continentes, sumergiéndose por cuanto espejo de agua exista para poder bucear.