Con orígenes que se remontan al siglo XIX, los clubes barriales vivieron un período de esplendor en la década del 40 del siglo pasado. En Paraná muchos de ellos nacieron por el impulso de grupos de inmigrantes y trabajadores que necesitaban espacios para fortalecer sus vínculos. El Club Talleres es uno de esos casos.
Los clubes de barrio son lugares de encuentro, particularmente de las familias, en los que se refuerzan los vínculos de la comunidad. En el inicio se trata por lo general de grupos con lazos sociales establecidos por cercanía, que luego paulatinamente se amplían a otros integrantes a través de propuestas recreativas, de enseñanza, de entrenamiento deportivo. Estos ámbitos fortalecen el sentido de identidad barrial primero y cuando crecen fortalecen el de la ciudad, profundizando el sentido de pertenencia.
Los clubes son espacios de contención y hacen escuela en torno al deporte y están lejos de ser una sociedad anónima. Por el contrario, son asociaciones explícitas, con vínculos entre vecinos con objetivos comunes y que aspiran al bien común; propósitos entre los cuales comercializar deportistas y su carrera no constituyen un eje en la labor de estas instituciones.
Sus orígenes se anclan en el siglo XIX y tuvieron su esplendor en la década del 40 del siglo pasado, su conformación estuvo atada al impulso de grupos inmigrantes, a trabajadores de determinados oficios o sectores. En ese período se necesitaban espacios para fortalecer los vínculos.
Han tenido altibajos en su historia, relacionados por un lado con avatares económicos que los ponen frecuentemente en jaque y también con cambios de hábitos y de modas. Sin embargo siempre y mientras haya socios esforzados en mantenerlos en pie, resisten, se recuperan, se superan y vuelven a convocar. Muchos de ellos han logrado ampliar la oferta de espacios con la apertura de otras sedes que ya no están ubicadas en el centro de la ciudad, sino en zonas ubicadas hacia el límite del éjido urbano.
En la década del 30 del siglo pasado, en Paraná existía una rica oferta de clubes, y EL DIARIO dedicaba buen espacio a considerar competencias, encuentros, entrenamientos que se realizaban en ellos. Lo publicado se completaba con una importante cantidad de artículos con fotografías que refuerzan la memoria.
UN ESPACIO RELEVANTE
La edición de EL DIARIO, del 15 de mayo del 1932, estaba casi ganada por la práctica deportiva y aunaba una serie de artículos sobre las historias, las condiciones y las propuestas de numerosos clubes: Patronato, Estudiantes, Talleres, el Club Deportivo América, el club Belgrano, el Club Social con sus esgrimistas, el Urquiza Lawn Tennis Club, el Paraná Rowing Club y no como club sino como Asociación el Tiro Federal Argentino. Sin duda los artículos ponían énfasis especial, en aquellos clubes con equipos relevantes de fútbol.
De entre ellos, compartimos la nota que EL DIARIO, publicó en aquel momento sobre el Club Talleres de nuestra ciudad que, próximo a cumplir sus 117 años y nacido como club de barrio actualmente continúa esforzándose por generar propuestas para convocar a los vecinos de Paraná, vinculándose con otros clubes y con otras instituciones de nuestro medio, como por ejemplo la universidad, para la capacitación de sus dirigentes.
“Vida y milagros del Club Talleres una de nuestras simpáticas instituciones futbolísticas” era el título del artículo periodístico publicado en El Diario, en esa fecha de 1932, del que se transcriben a continuación los siguientes párrafos.
“Talleres es otra de las entidades fuertes de nuestro medio que tiene vida propia y que ha tenido participación destacada en el adelanto del popular deporte; institución nacida al calor del entusiasmo desbordante de un núcleo ponderable de aficionados al fútbol, surgió a la vida en el barrio populoso de la Estación, allá por el año 1907, contando con el auspicio de un buen número de elementos que practicaron el fútbol por vocación.
“Circunstancias especiales que no vienen al caso, decretaron una inercia por parte de dirigentes y asociados, y a ello se agregó una especie de estancamiento en las actividades oficiales, razón por lo que Talleres se reorganizó bajo el nombre de Provincial, cumpliendo performances destacadas; años después volvió a reorganizarse con su verdadero nombre, para más tarde dispersarse sus elementos y con carácter definitivo, volverlo a reorganizar en el año 1917 desde cuya fecha empieza la verdadera vida del actual Club Talleres que ha contado con elementos entusiastas en sus filas, razón por lo que ha tenido una existencia más duradera.
“Sus distintos conjuntos han tenido destacada participación en los campeonatos oficiales, conquistando algunos títulos en sus divisiones inferiores, y en dos oportunidades la división superior, puesto que bajo la presidencia de don José Malvicini, en el año 1925, al producirse la escisión del fútbol paranaense, Talleres conquistó el campeonato de ese año; dos años después, en 1927 contando con un elenco notable, logró adjudicarse nuevamente el campeonato superior y el año pasado su equipo realizó una notable campaña, destacándose como uno de los seguros candidatos al primer puesto, pero logrando solo el tercero por circunstancias que nuestros aficionados conocen.
“En todas las épocas contó con el apoyo de la mayoría de los trabajadores del ferrocarril, en cuya estación local tiene su field y sede oficial. Ha acreditado marcados progresos merced al tesón de asociados como Malvicini y Tamburri, que presidieron a la entidad con singular acierto; Vesco, actual Presidente del club, los hermanos Cavallo, Cagnani, González, Batalla, Navascué, Poblador y otros muchos cuya preocupación constante fue la de mantener sus conquistas a costa de grandes sacrificios.
En la actualidad el Club Talleres goza de buen concepto dentro de nuestra afición por la calidad de jugadores con que ha contado siempre; milita en las filas del amateurismo y ha de resultar uno de los teams calificados para el campeonato de la Federación Paranaense”.
