Hace 104 años nacían en San Justo, en el Departamento Uruguay, los hermanos Raúl y Alcides Scolamieri. Ambos son reconocidos como fundadores de la Fórmula Entrerriana, categoría automovilística que, en la región, logró conquistar al público como lo hizo el fútbol.
El 15 de abril de 1920 nacían en San Justo, departamento Uruguay, los gemelos Raúl Bautista y Alcides Pascual Scolamieri. Conocidos popularmente como los “Chocos”, puede considerarse a ambos fundadores de la Formula Entrerriana, categoría automovilística que en Entre Ríos se convirtió en un espectáculo familiar que competía en popularidad con el fútbol.
Los Scolamieri no pilotearon automóviles, su actividad económica eran los servicios fúnebres, pero desde la gestión contribuyeron a crear una fórmula auténticamente entrerriana. Organizaron la actividad a través de la Unión de Volantes Entrerrianos (UVE) originalmente radicada en Villaguay y luego trasladada a Concepción del Uruguay a principios de la década del 60.
Uno de los logros más notables fue el rescate de los antiguos Ford T, que se fabricaron desde 1914 hasta 1927. De este modo, con el ingenio de los talleristas, lograron que los monoplazas fuesen responsables directos de la época más gloriosa del automovilismo provincial, con más de 20 carreras al año y con aficionados que colmaban los autódromos.
La Fórmula Entrerriana se denominó originalmente Fórmula Ford T, luego Fórmula 5. Con el tiempo se fueron incorporando motores más modernos -Renault, Dodge, Peugeot- pero los Ford T seguían batallando de igual a igual como la famosa colorada Nº 1 del piloto colonense, de origen cordobés, Jorge Ravassi.
Merece un párrafo mencionar los orígenes de esa pasión. En 1926 se habría corrido la primera competencia en Entre Ríos con autos Ford T en un trayecto rutero entre Paraná y Viale. En 1929 se llevan a cabo competencias en Nogoyá donde surgen pilotos como Arturo Vicentín y Faustino Faccello. Pero es en 1935 cuando se inició formalmente esta disciplina con la Vuelta de Entre Ríos que ganaron los paranaenses Bianchi y Gutiérrez. Luego le tocó el turno a Concepción del Uruguay con una competencia que recorrió un extenso circuito por caminos rurales hasta la vecina colonia Perfección. A fines de ese año se corrió el Gran Premio Presidente de la Nación en Rosario del Tala.
Después del paréntesis obligado provocado por la Segunda Guerra Mundial, se reiniciaron las competencias y ya se iba delineando lo que luego sería la fórmula Ford T. Los escenarios no eran ya los fangosos caminos sino circuitos trazados especialmente para las competencias.
LA ORGANIZACIÓN
En 1950 se organizó la actividad automovilística con la creación de la Asociación Entrerriana de Volantes Categoría Ford T, bajo la presidencia del piloto de Villaguay Bernardo Molero.
En 1955 la primera asociación fue reemplazada por la Unión de Volantes Entrerrianos (UVE) con sede en Concordia, luego trasladada a Villaguay, que sería la protagonista casi excluyente del automovilismo en la provincia. A partir de ese momento se iniciaron los torneos anuales con puntaje. El primer campeón fue el piloto de Gualeguaychú, Ricardo Jaurena.
En 1960 la renovación de la comisión directiva de la entidad consagró en la presidencia a Raúl Scolamieri en una histórica elección donde obtuvo 48 votos de los 50 delegados que participaron de la asamblea en Villaguay. Su hermano Alcides también integraba la comisión. La sede de la organización fue trasladada definitivamente a Concepción del Uruguay.
Scolamieri presidió la entidad hasta 1968 y tras un periodo intermedio retomó la conducción y siguió siendo protagonista hasta bien avanzada la década del 70 junto a su hermano.
En 2011 el Senado de la provincia brindó un reconocimiento público a Raúl Scolamieri, en ese entonces con 91 años, en el cual también se destacó a familiares de Alcides Scolamieri (fallecido) por sus trayectorias en el ámbito del automovilismo provincial.
Como homenaje, el Autódromo Municipal de Concepción del Uruguay lleva el nombre “Hermanos Scolamieri”.
COCHES ENTRE LA POLVAREDA
Los circuitos de tierra fueron una marca registrada de la categoría. Tenían que regarse y apisonarse con neumáticos, lo que no evitaba que a poco de circular los bólidos se levantaran nubarrones de polvo otorgándole una pátina de heroísmo a las competencias. Esos escenarios telúricos perduraron hasta bien entrada la década de 1970, donde sólo se subía al asfalto cuando se corría en Paraná o Concordia.
De este período se cuentan los trazados como Salvia, en San José; Roberto Mena, de Concepción del Uruguay; Águilas mecánicas, en La Clarita; entre otros donde se corrían más de veinte fechas por temporada. Cada reunión agrupaba un gran número de participantes. En 1974, en el Gran Premio Coronación, que se corrió en el circuito de Concepción del Uruguay, hubo 62 pilotos habilitados para tomar parte de la prueba, de los cuales clasificaron 54.
La presencia del público era multitudinaria, y particularmente de las familias, y sin dudas era el espectáculo más concurrido con más de 10.000 personas en cualquier carrera. Se destacaban las “hinchadas” que seguían a un determinado piloto. Hacia fines de la década de 1960 y principios de los 70 brillaban conductores como Próspero Bonelli y Reynaldo Baccalluzzo de Concepción del Uruguay. También estaban Héctor “Tino” Niemiz y Raúl Grinóvero, ambos de Paraná; Oscar Riffel, de Viale; “Cacho” Scarazzini, de Villa Elisa; José Luis Gallo, de La Clarita y el colonense Jorge Ravassi.
Capítulo aparte merecen las trasmisiones radiales que ampliaron considerablemente el público involucrado. Las trasmisiones la escuchaban quienes no tenían la posibilidad de asistir al autódromo. Los equipos más conocidos eran los que encabezaban Martín Bustamente, primero por CW35 de Paysandú y luego por LT 14 de Paraná; Héctor Bradanini y Jorge Eduardo Scarinci por LT 15 de Concordia. Por la radio de Concepción del Uruguay trasmitía el equipo Pista 11, primero encabezado por Horacio Palassoli y después por Enrique Pontelli. Una radio de menor alcance pero de gran popularidad en las trasmisiones de automovilismo fue LT 26 de Colón con los relatos polémicos de Eduardo Pedro González.
Para seguir leyendo
-Apuntes para la historia del automovilismo entrerriano, folleto editado en 1975 por Rafael Almeyra.
-Más temas sobre nuestra región en la revista digital Ramos Generales, disponible en http://lasolapaentrerriana.blogspot.com/