El 9 de julio de 2024 es una fecha considerada probable para que se realice un encuentro interreligioso por la paz, en Paraná, del que participen musulmanes, católicos, evangélicos y judíos. La alternativa ha sido barajada durante audiencias que ha mantenido el imán Marwan Gill con el gobernador Rogelio Frigerio y el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.
Una de las cruzadas que lleva adelante el imán Marwan Gill es constituir espacios de entendimiento sobre la base del respeto a las creencias de los demás. Sabe el líder religioso musulmán que el diálogo franco puede ayudar a derribar prejuicios y malentendidos, el combustible de las actitudes beligerantes hacia los demás.
De hecho, si se googlea su nombre aparecerá vinculado a una multiplicidad de gestiones en los que aprovecha para sembrar su mensaje de paz y tolerancia, en espacios religiosos e institucionales.
La crueldad de los últimos enfrentamientos entre Hamas y el Estado israelí lo han encontrado en una intensa campaña en favor de la confraternidad de las culturas. En el caso de Entre Ríos a EL DIARIO le consta que Marwan Gill ha intentado tender puentes dirigenciales para terminar de escenificar lo que ha sido posible en otras provincias: los encuentros ecuménicos que propicien el diálogo interreligioso. Se trata de abonar los vínculos para que suceda un intercambio abierto y respetuoso de puntos de vista entre individuos y grupos con diferentes antecedentes religiosos y herencias culturales, basado en la comprensión y el respeto mutuo.
En ese sentido, hubo audiencias primero con la intendenta de Paraná, Rosario Romero, y con el secretario de Gobierno, Santiago Halle; con el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Jorge Hein; y, en los últimos días, con el gobernador Rogelio Frigerio y el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.
PUNTOS DE ENCUENTRO. Las coincidencias que se fueron tejiendo permitieron imaginar que el martes 9 de julio, en ocasión de la celebración de la Declaración de la Independencia, podría ser una oportunidad adecuada para materializar el encuentro que imaginan. Si bien a esos detalles de agenda hay que pulirlos aún, lo más significativo es la voluntad de que el evento tenga lugar, en tanto materialización de una vocación por construir lazos de confraternidad.
“Como Imán y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina quiero difundir este mensaje a lo largo y ancho de nuestro país y unir todas las fuerzas que avalan el mismo anhelo”, dijo Gill, antes de señalar que “el ataque terrorista de Hamas y luego la reacción de Israel de castigar a los palestinos en Gaza de manera colectiva, ha marcado un antes y un después no solo en la propia región sino en todo el mundo. Por ejemplo, un efecto adverso de esta confrontación bélica es el llamativo aumento del antisemitismo y de la islamofobia a nivel global y también en nuestras sociedades”.
Para el líder religioso, es necesario que la sociedad argentina mantenga la cordialidad que la caracteriza, en un contexto mundial en el que las postales de incomprensión hacia el otro son moneda corriente.
POSTURAS. Para Gill, “por el hecho de citar un relato bíblico o usar un término islámico no convierte una confrontación por motivos geopolíticos o territoriales en una guerra religiosa”. Fue entonces cuando indicó que “desgraciadamente hay en nuestra sociedad algunos que consideran, equivocadamente, que la sola mención del islam y del Yihad por parte de un musulmán constituye en sí mismos una amenaza para la paz, la democracia y la convivencia pluralista. La base de tal postura procede de atribuir, ciegamente, a la religión del islam, los delitos cometidos por un individuo o por un grupo que en nada representan los principios que esta religión encarna. Se ignora así que cada credo se define por sus propias fuentes y sus enseñanzas originales. En síntesis, como no se debe responsabilizar al judaísmo por las acciones del ejército israelí, asimismo el islam no es responsable por el actuar de Hamas”.
Ante una consulta, recordó que “nací y me crié en Europa y vivo ya hace varios años en Argentina con mi familia”. Luego, contó que “en lo personal no percibo en nuestro país una islamofobia institucional ni un rechazo hacia el Islam”. No obstante, “hay aquí como en el resto del Occidente ciertos prejuicios y malentendidos que obstaculizan el diálogo y el respeto mutuo. Resulta algunas veces muy desafiante conversar sobre nuestra religión con gente cuya mayoría nunca ha tenido una interacción personal real con quienes practicamos este credo”.