Con la muestra Un Yo irreductible, que presenta este viernes a las 19.30, Miguel Angel Vesco regresa a las salas de exposición. En esta oportunidad, el artista plástico paranaense expone 30 trabajos en GAP 18 (Alameda de la Federación 355).
“Lo que yo quiero es seguir creciendo en mi técnica; sin influencias casi. Poder reconocerme en mi obra; no traicionarme con eso, ser muy íntegro con esa premisa que es mi guía en lo que hago”. Las palabras de Miguel Angel Vesco confirman un camino que este reconocido artista plástico paranaense inició hace más de tres décadas, en su infancia. Desde entonces el dibujo es, para él, refugio y pasión.
A los 40 años, Vesco observa el recorrido en perspectiva y admite que ha crecido y madurado. Se ha afianzado como artista y como ser humano. Vaya si lo ha hecho. Premiado en el Salón de Artes Visuales de Entre Ríos, y en otros espacios, con muestras individuales y colectivas, es uno de los talentosos creadores -puntualmente un sólido retratista- que habitan la capital provincial.
Regresa a las salas de exposición tras un paréntesis autoimpuesto, ya que se respeta en sus procesos interiores y de producción, necesarios para madurar la obra y la propuesta que la sostiene.
Anoche dio a conocer Un Yo irreductible. La muestra, integrada por alrededor de 30 trabajos, está dedicada a retratos de actrices icónicas de la década del 70, período que inspira al artista tanto desde el cine como desde la música. La exposición se inaugurará este viernes 21 de junio a las 19.30 en GAP 18 (Alameda de la Federación 355) y contó con la curaduría de Luz López, del espacio y galería de arte La Lúcida.
En Un Yo Irreductible, el concepto que propone Vesco es un reflejo de su interioridad en distintos retratos. “Como en cada personaje que aparece, me estoy mostrando a mí mismo en estos trabajos que expresan, digamos, mis gustos musicales, mis gustos para el cine”, confió el artista a EL DIARIO.
En esta serie de obras, que realizó entre 2022 y 2024, Vesco trabaja con acrílico sobre tela, excepto Paraná 210 años, un dibujo en tinta china que pudo verse entre diciembre y marzo en el salón provincial de Artes Visuales.
REFERENCIAS
Formado en un camino que, admite, tiene mucho de autodidacta pese a que asistió al Instituto de Artes Visuales Roberto López Carnelli, el artista reconoce que a su crecimiento en la faz técnica hubo aportes significativos de Claudio Osán y Carlos Asiaín -con quien compartió una muestra-. También acepta su interés por el trabajo de Javier Solari y de Liliana Barbagelata. Y entre esas referencias, Vesco, que se reconoce fanático de la música brasileña que cutivó el Tropicalismo en los 70, manifiesta su admiración por Frida Kahlo.
-En Un Yo Irreductible el núcleo de la propuesta es exponer tu interioridad y a la vez dar a conocer destellos de tu intimidad también.
-Claro, mi mundo interior. Casi siempre mi obra habla de ese universo interno. De los temas que me apasionan; de dioses, del tarot; de la vida extraterrestre; de ciertos mitos. En esta muestra presento retratos de 21 actrices de películas que he estado viendo de los años 70. Son mujeres emblemáticas. Las que más me movilizan; una especie de musas para mí. Por ejemplo, mi principal inspiradora se llama Margit Carstensen, una artista alemana de las películas del director Rainer Werner Fassbinder. Ella me genera una fascinación importante. También, de otras películas aparecieron Catherine Deneuve, Fanny Ardant, Magdalena Montezuma, que también es otra actriz alemana. Después de Argentina elegí a Graciela Duffau, a Graciela Borges. Bueno. Y otras estrellas de películas de distintos directores de Estados Unidos y Alemania. También incluí en la muestra un autorretrato principal. A él sumo representaciones mías a través de deidades vinculadas a distintas tradiciones espirituales y mitológicas. Creo que eso me permite mostrar mi yo espiritual a través de personajes como por ejemplo el Arcángel Miguel, Santa Bárbara, la diosa Hera -que siempre aparecen en mi pintura-, y que esta vez van a estar como protagonistas.