El censo, como una herramienta que permite delinear políticas públicas desde el Estado, fue una de las medidas dispuestas por el Gobierno de la Confederación Argentina, poco después de sancionarse la Constitución Nacional de 1853.
Griselda De Paoli
Especial para EL DIARIO
Se sabe que el conocimiento tiene el poder de transformar la realidad de la sociedad cuando el Estado apela al mismo como un insumo fundamental, básico para la formulación de políticas públicas.
Los censos, han sido y son instrumentos centrales para la producción de datos; fuentes esenciales no solo para la elaboración de aquellas políticas de población, salud, empleo, vivienda, acción social, de impuestos y muchas otras, sino también para su ejecución y evaluación, más allá del aporte para la investigación social.
No siempre la relación entre el Estado y los censos y consecuentemente las estadísticas públicas ha sido cordial, por decirlo de algún modo. A veces fue contradictoria, otras controvertida y la más ríspida la que puede implicar cambios en la representación política en el Congreso Nacional o en la coparticipación.
En Argentina, el `Primer censo nacional´, reconocido como tal, se realizó en 1869. Sin embargo, estando solo Buenos Aires separada de la Confederación Argentina, residiendo el Congreso provisoriamente en Paraná y en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 39 de la Constitución Nacional sancionada en 1853, dictó una ley -del 2 de diciembre de 1854- recomendando al Poder Ejecutivo la realización de un censo ya que la constitución disponía (en su Art. 33) que la Cámara de Diputados debía integrarse con “Representantes elegidos directamente por el pueblo de las Provincias y de la Capital…en razón de uno por cada veinte mil habitantes o fracción que no baje del número de diez mil”, para lo cual en el artículo 35° ordenaba que “para la segunda legislatura deberá realizarse el censo general y arreglarse a él, el número de Diputados, pero este censo sólo podrá renovarse cada diez años.”.
La ley número 20 de la Confederación recomendó al Ejecutivo “mande a levantar el censo de que habla el artículo 35°…dicte los reglamentos que estime convenientes”.
El censo demoró en implementarse en razón del estado de guerra, la falta de recursos en las provincias y la falta de `hombres competentes´ para llevarlo adelante.
Recién en junio de 1857 el Ministerio del Interior requirió a las provincias la implementación del censo en sus jurisdicciones. Varias de ellas habían realizado desde 1854, censos y cálculos poblacionales que sirvieron de ensayo (Corrientes, San Luis, Tucumán, La Rioja y Mendoza).
EN LA CAPITAL
En Paraná, se conformó la Mesa de Estadística, primer organismo técnico puesto en funcionamiento y pensado como instrumento para el diseño de los planes de gobierno y puesto bajo la dirección del Coronel D. Gerónimo Espejo, cuyo nombre enaltece una calle de la ciudad capital de Entre Ríos.
El testimonio autorizado de Ernesto Meader, a través de su obra Historia y Resultados del Censo Confederal de 1857 (Universidad de La Plata.1968), recuerda que “…un decreto del 1 de diciembre de 1856”, dispuso la fecha y el procedimiento para realizar el censo.
Se acordó efectuarlo el 16 de marzo de 1857, en todas las provincias de la Confederación e indicó que la documentación reunida “se envíe empaquetada al Ministerio del Interior por correo, en el mes de abril… la Mesa Central de Estadística procederá a formar los estados correspondientes para presentarlos a las cámaras Legislativas en las sesiones del año venidero y trasmitirlos a las mismas provincias para su conocimiento…”.
La Mesa Central “…recomendaba a las comisiones el cuidado con que debía explicarse a la población el sentido del censo…”expliquen y hagan entender a cada familia que el Gobierno Nacional al mandar formar el padrón general de la Nación, no lo hace con la mira reservada de levantar reclutas de tropas, ni de imponer contribución de ningún género, sino porque entre los deberes que la ley ha impuesto a su alta misión administrativa hay muchos cuyo punto de partida es el censo de los pueblos”.
ÍTEMS Y RESULTADOS
Los ítems del censo eran los siguientes: 1.Casas- 2.- Nombres y apellidos -3.Edad – 4.Sexo. Hombre. Mujer. Niño. -5.Estado. Casado. Viudo. Soltero – 6. Patria o país de nacimiento. -7. Si sabe escribir – 8. Ejercicio, arte u ocupación – 9.Si es o no vacunado – 10.Imposibilidades físicas y otras observaciones.
Solo Entre Ríos y Corrientes cumplieron enviando su documentación a comienzos de enero del 58 y las de San Luis, Córdoba y Mendoza a fines de ese año, en tanto que las restantes, aunque ejecutaron el censo, sólo algunas fueron enviando los estados y cómputos a las oficinas del Gobierno en Paraná: Santa Fe, Tucumán, Santiago del Estero.
El departamento Paraná, tenía según este censo de 1857, 11.069 habitantes, de los cuales 1.044 eran extranjeros; Paraná tenía 6.707 habitantes. La Confederación en tanto registraba 836.810 habitantes, de los cuales solo el 2,6% eran extranjeros. Son cifras aproximadas ya que no es el total de la Confederación; faltan pueblos originarios y el estado de Buenos Aires. Moussy, intentando un cuadro más aproximado que los incluya calculó un total de 1.210.000 habitantes.
PERDIDA DOCUMENTAL
Como lo expresa Meader, “Los escasos e incompletos informes que se han conservado del censo de 1857 aun con limitaciones permiten aproximarse a un cuadro bastante satisfactorio de la población del la Confederación Argentina y de las provincias.”
Lamentablemente todo el material archivado en Paraná, al terminar su capitalidad confederada, fue archivado en la Oficina de Estadística Nacional de Buenos Aires. El Gobierno Federal no sostuvo el esfuerzo para compendiar y publicar, ni capitalizó sus resultados. Además, la pérdida de gran parte de la documentación original, en un incendio en junio de 1867, dejó solo los resúmenes y cuadros publicados en periódicos, revistas y libros que en su tiempo tomaron la información original.
A pesar de todo, los datos que sobrevivieron hicieron posible establecer comparaciones con el censo siguiente, el de 1869.
En Paraná, se conformó la Mesa de Estadística, primer organismo técnico puesto en funcionamiento y pensado como instrumento para el diseño de los planes de gobierno y puesto bajo la dirección del Coronel D. Gerónimo Espejo, cuyo nombre enaltece una calle de la capital de la provincia.