
Cada vez que se anuncia una medida económica, el dólar salta, el riesgo país aúlla y los ahorristas se atrincheran. En este país no aplican modelos económicos, aplica terapia. Y ni Freud ni Thaler están preparados. Y sí, tenemos Nobel en irracionalidad
Argentina No Es Para Cualquiera. Cada vez que un gobierno argentino abre la boca para anunciar algo económico, la secuencia es infalible: el dólar salta, el riesgo país tensiona y los mercados tiemblan como si hubieran visto un fantasma… con traje y micrófono.
Pero tranquilos: Richard Thaler lo explica todo. Sin saberlo.
El Nobel de Economía 2017 estudió cómo los humanos realmente tomamos decisiones económicas. Spoiler: las tomamos mal. Muy mal.
Thaler demostró que no somos seres racionales maximizadores de utilidad. Somos bolas de emociones y traumas que toman decisiones con lo que pueden, no con lo que deben.
Y Argentina, amigos, es el laboratorio perfecto.
¿Por qué?
Porque Thaler definió tres claves del comportamiento económico humano que en Argentina no solo se cumplen, se festejan con cacerolas.
1. Racionalidad limitada
La gente procesa lo que puede. No lo que debería.
Argentina: ves un anuncio económico y automáticamente escuchás en tu cabeza: “Comprá dólares. ¡Ya!”
2. Percepción de justicia
Thaler dice que si algo parece injusto, la gente se enoja, aunque sea económicamente lógico.
Argentina: cualquier cosa que diga el Gobierno es injusta por defecto. No importa si es razonable. Si viene con cara larga y en cadena nacional, es injusta.
3. Falta de autocontrol
Sabés que no conviene… pero igual lo hacés.
—Che, ¿compramos dólares a 1.380 o esperamos?
—Esperamos.
(5 minutos después)
—¡Compré a 1.420! No me aguanté.
Así vivimos. Así reaccionamos.
Y es por eso que cada vez que un gobierno argentino anuncia algo, no se evalúa la medida, se evalúa el trauma. Y el trauma no razona: tiembla, corre al dólar y prende fuego el Excel.
Thaler jamás pisó este país. Pero si lo hiciera, sabría que Argentina no es solo un caso de estudio. Es el experimento.
Una economía emocional donde la política fiscal se cruza con la terapia grupal, el Excel con la ansiedad y el llanto, y el DNU con el pánico financiero.
En fin, Argentina.
Donde los Nobel no alcanzan, y el análisis técnico se hace en grupo de WhatsApp con amigos.