Pese a los años transcurridos desde su edición, la lectura de Respiración artificial, de Ricardo Piglia, luce atrayente por el diálogo que propone entre ficción y realidad, pero también por los puentes tendidos entre géneros y disciplinas. Así, la trama política y los saltos de la literatura a la historia o la filosofía, asumen las formas de la ficción, del ensayo, o la cita, enlazándose de una manera original y dinámica.
Gustavo Labriola
Especial para EL DIARIO
En 2012 el escritor, crítico literario e investigador Ricardo Piglia (1941-2017) estuvo al frente de un ciclo que se emitió por la televisión pública, cuyo título fue Escenas de la novela argentina. Esa visión deslumbrante de la historia de la literatura nuestra, devino en un libro. El propio Piglia revisó las transcripciones de las clases y al final de cada una de ellas les sumó un ensayo, producto de un ejercicio de archivo y reescritura.
En esos programas, que están disponibles en YouTube, Piglia destacó algunas novelas clásicas, como Amalia, de José Mármol (1817-1871); Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888); Una excursión a los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla (1831-1913); Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato (1911-2011), y Rayuela, de Julio Cortázar (1914-1984).
A esa lista de admirables producciones literarias, podría incorporarse la primera novela publicada por el propio Ricardo Piglia, Respiración artificial (1980). Considerada por los especialistas como una de las diez mejores novelas argentinas, fue publicada por Pomaire, una editorial española que tuvo una corta inserción en el país.
En Respiración artificial, hace su presentación en sociedad Emilio Renzi, alter ego del autor, personaje que será sustancial en la obra de Piglia y que retornará, fundamentalmente, en Los diarios de Emilio Renzi (2015), tres tomos con las memorias de Piglia. Emilio es el segundo nombre del escritor, y Renzi es el apellido de su madre.
En Respiración artificial, el tío del protagonista es un profesor de historia de escuela secundaria, y vive en una Concordia recreada ligeramente. En la historia, Renzi es un escritor que se aventura a contar situaciones y personajes familiares, con el objetivo de hallar la verdadera historia de su familia, al ficcionar sobre ella.
En efecto, en una interrelación que la emparenta con Sobre héroes y tumbas (1961), de Sábato, se entrecruzan los sucesos familiares con acontecimientos históricos que van desde mediados del siglo XIX a la década del ‘70 del siglo XX. Uno de esos personajes es Enrique Ossorio, secretario privado de Juan Manuel de Rosas (1793-1877), caudillo de la Confederación Argentina y gobernador de la provincia de Buenos Aires.
En Respiración artificial, el núcleo narrativo se sostiene en un trípode del que participan Renzi, su tío Maggi, y un filósofo polaco de apellido Tardewski. Magistralmente, luego se suma Arocena -un encargado de interferir en la correspondencia buscando actividades subversivas-; un encuentro imaginario entre Adolf Hitler y Franz Kafka, en la Praga de los años veinte; y la vinculación de Tardewski con James Joyce, junto a otros personajes que le adhieren interés a una prosa prolija y admirable.
Publicada en la época en la que asolaban los dictadores militares del Proceso, a Respiración artificial se la ha leído, elípticamente, como un acercamiento al horror de esos años. Las metáforas subyacen en el texto y permiten burlar la censura que castigaba todo pensamiento intelectualmente valioso. Tal vez por eso, alguien dijo respecto de este libro, que “es un lugar para pensar”.
En la obra, Piglia utiliza el recurso del intercambio epistolar entre el tío y el sobrino, para deslizar opiniones acerca de la historia argentina y europea, algunas ideas filosóficas, y la literatura. Aparecen así referencias sobre la historia de nuestro país, desde mediados del siglo XIX, las nociones de civilización y barbarie, y la de liberalismo y totalitarismo.
Sin proponérselo, Piglia reflexiona sobre la esencia de los recuerdos personales. En ese sentido, refiriéndose a la literatura, ha afirmado que se trata de “una historia o una serie de historias inventadas que al final son lo único que realmente hemos vivido. Historias que uno mismo se cuenta para imaginarse que tiene experiencias o que en la vida nos ha sucedido algo que tiene sentido”.
En medio de la trama, cuando se discute sobre literatura aparece Jorge Luis Borges (1899-1986), a quien se caracteriza como un escritor del Siglo XlX; Roberto Arlt (1900-1942) a quien se le pondera el desapego a todo academicismo; y Juan Carlos Onetti (1909-1994), a quien Piglia reconoce como una influencia.
Contar el origen
Ricardo Piglia nació en Adrogué, provincia de Buenos Aires. Su padre fue encarcelado luego del golpe de Estado del ’55 que derrocó a Juan Domingo Perón (1895-1974). Entonces, la familia de Piglia se mudó a Mar del Plata.
Una de las preocupaciones del autor de Respiración artificial fue dejar constancia de su vida en diarios personales, que varias décadas después publicó. En efecto, son los tres tomos de Los diarios de Emilio Renzi.
Ha sido un literato prolijo, de sólida formación y un profesor con un gran sentido docente, respetado y valorado por sus alumnos, muchos de los cuales, han reconocido su influencia. Entre sus antecedentes figura que ha dictado clases durante quince años en las universidades de Harvard, U.C. Davis y Princeton, experiencias que le han permitido afirmar que ejercer cabalmente como profesor termina coartando y limitando las posibilidades de escribir ficción, por el compromiso y la demanda que implica la atención de los trabajos de los alumnos.
En 2011, al retornar a la Argentina, se reencontró con la novela y así surgió El camino de Ida (2013). Su libro anterior había sido Plata quemada, editado en 1997, que tuvo en el 2000 su versión cinematográfica, filmada por Marcelo Piñeyro (Buenos Aires, 1953).
Los últimos años de Piglia fueron de un paulatino y doloroso declive físico, dado que en 2014 se le diagnosticó una enfermedad que lo fue sumiendo en una inmovilidad creciente, aunque no haya afectado su lucidez. Entonces, se sobrepuso a esta dificultad mediante el dictado de textos que fueron publicados tras su muerte.
Así, el contenido original de Los casos del comisario Crocce, fue completado con nuevos cuentos, reunidos en un único volumen de publicación reciente.
El prestigio de la producción literaria de Piglia resplandece en Respiración artificial, que es considerado un aporte sustantivo a la literatura argentina. Con esta novela, Piglia instaló en los ‘80 el debate sobre ficción y realidad política, que se reaviva cada vez que un escritor intenta comunicar el horror de lo que nos ocurre cotidianamente. Su relectura permite analizar la historia argentina y las dificultades que subyacen para concretar un sentido nacional que integre y articule las posiciones políticas que desde inicios de la República se han mantenido y persistentemente continúan.
Frase destacada:
“El prestigio de la producción literaria de Ricardo Piglia resplandece en la novela Respiración artificial”.
20 F1: Ricardo Piglia, investigador, crítico literario y escritor.