El encuentro que cerró sus puertas este lunes, demostró una vez más su convocatoria y centralidad como hito cultural de públicos diversos, desde escritores consagrados y revelaciones hasta figuras políticas y del mundo del espectáculo devenidos en autores.
Con alrededor de 1.245.000 visitantes, la 47 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que cerró sus puertas ayer demostró una vez más su potencia convocante y su centralidad como hito cultural que aglutina públicos diversos que van desde escritores consagrados y revelaciones surgidas de la cantera Wattpad -como la española Joana Marcús o la venezolana Ariana Godoy- hasta figuras políticas y del espectáculo devenidos autores, como el chileno Benjamín Vicuña, que debutó en la escritura con un texto dedicado a su hija fallecida que se convirtió en una de las obras más vendidas de esta edición.
Por una diferencia de 79.000 asistentes, la presente versión de la Feria no logró superar los 1.324.500 visitantes que recibió la edición anterior, que sigue siendo hasta ahora la más exitosa de toda su historia, seguramente por la expectativa generada tras dos años de ausencia por la pandemia y por el envión adicional que representan fenómenos como la movida juvenil, que hizo interminables colas para comprar y escuchar a sus autores y booktubers favoritos.
Según datos de la organización, durante sus 19 días abierta al público, 1.245.000 visitantes recorrieron los 41.590 m2 de exposición de la Feria, que contó con 486 expositores, 1483 sellos editoriales, la realización de 2137 actividades culturales y la visita de más de 200 autores internacionales. Además, participaron más de 1000 bibliotecas populares de toda la Argentina en una nueva edición del Programa Libro % de la Conabip, y durante las Jornadas Profesionales asistieron más de 12 mil representantes de la industria del libro.
Aunque esta vez no se superó el récord en materia de asistentes, la Feria cerró esta edición con el propósito de empatar las ventas en relación al año pasado y con un balance coincidente entre quienes estuvieron en los stands estas semanas: las Jornadas Profesionales previas a la apertura al público general fueron un éxito y si bien este año hubo menos visitantes, se registró un mayor volumen de ventas.
Los más vendidos y convocantes. Si bien editores y libreros ofrecieron miradas diferentes sobre el desarrollo de estos días, hay un consenso acerca de que las ventas tuvieron un envión decisivo con las ventas a profesionales en los días previos a la inauguración oficial y que estuvieron copadas por representantes del mundo editorial de Chile, Perú, Brasil y Uruguay.
Para Planeta, sin contar el último fin de semana, las ventas están un 3% arriba respecto al 2022. Sus libros más vendidos son “Apia de Roma”, de Viviana Rivero; “La Tercera”, de Alejandro Wall y Gastón Edul; “La Gioconda y Leonardo”, de Daniel López Rossetti; “Donde todo brilla”, de Alice Kellen; “El nudo”, de Carlos Pagni; y “Blanca, la niña que quería volar”, de Benjamín Vicuña. El libro del actor chileno sobre la muerte de su hija tuvo una presentación masiva el último sábado de la Feria y una fila desbordaba para la firma de ejemplares. Para la editorial, puede ser el segundo más leído de esta edición.
Si de presentaciones masivas y de lectores y lectoras ávidos por la firma y las fotos se trata, el panorama fue bien variado: desde la española Joana Marcús, una joven de 22 años, que desarrolló su vínculo con la lectura y la escritura como tratamiento para la dislexia, y con su trilogía romántica se convirtió en éxito editorial, hasta la presencia de otro español, Javier Santaolalla, un físico que descubrió el bosón de Higgs, uno de los hitos más importantes de la historia de la física, y dejó gente sin poder ingresar a la entrevista que le hizo Diego Golombek.
También entre las presentaciones más convocantes estuvieron las de la escritora venezolana Ariana Godoy, los españoles Irene Vallejo y Arturo Pérez Reverte, el peruano Jaime Bayly y los argentinos Eduardo Sacheri, Daniel Balmaceda, Charlie López y Darío Sztajnszrajber, Daniel López, Claudia Piñeiro, Dolores Reyes, Viviana Rivero, Pamela Stupía, Chanti, Carlos Pagni y Victoria Resco.
“Las ventas están en línea con el año pasado que fue un año muy bueno en convocatoria y en resultados. Esta Feria estuvo poblada por jóvenes como es habitual pero también por mucho público adulto, familias enteras paseando y disfrutando de los libros. La fiebre por llevarse el libro firmado por su autor sigue siendo un punto muy valorado por los argentinos”, señaló Valeria Fernández Naya, directora de Marketing y Comunicación del conglomerado editorial Penguin Random House.
En las jornadas profesionales, se registraron unos 30.842 kilogramos de libros despachados a librerías del país, mientras que de logística Internacional se calcularon unos 12.000 kilos kg en 400 envíos a librerías de todo el mundo, siendo los principales destinos Chile, Bolivia, Perú, Uruguay.
Un hito cultural. Con Santiago de Chile como invitada de honor, la 47º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires concluyó con la certeza de que sigue siendo una cita masiva para un público variado y se prepara para una próxima edición con Lisboa como ciudad central.
Como se encargó de explicitar el escritor Martín Kohan en su discurso de apertura, la Feria ofrece distintas entradas. “Por la Avenida Sarmiento (la que siento como entrada oficial), por la calle Cerviño (la que siento, aunque elegante, como puerta de atrás o entrada de servicio), por la calle Juncal (entrada especial, discreta o secreta, la del pase y contraseña, la del sigilo), por Plaza Italia (la más urbana, la bulliciosa, la que usan los que vienen en colectivo, la que usan los que emergen del subte). Hay que agregar otra alternativa de acceso, el acceso desde abajo, desde el estacionamiento, previa sensación de apertura que no tarda en resolverse en altura y amplitud”.
Esas entradas suponen también diversos itinerarios, búsquedas y desafíos que conforman diversas ferias pero confluyen en una escena en la que la industria editorial tiene la oportunidad de generar un encuentro con sus colegas y también con su comunidad lectora.
Esta Feria estuvo poblada por jóvenes como es habitual pero también por mucho público adulto, familias enteras paseando y disfrutando de los libros.