El interés por la práctica deportiva constituyó desde siempre un motor de asociativismoque, desde las respectivas singularidades, le fueron dando a la identidad paranaense formas de arraigo y sentido de pertenencia. En efecto, los clubes suelen ser ejemplo del espíritu emprendedor que toda comunidad necesita, para sobrellevar las difi cultades del presente y para imaginar un mejor porvenir.
De a poco, al esforzado sudor de los atletas se les sumó el ansia por encontrarse y socializar, en eventos de camaradería y en reuniones danzantes. Muchísimas historias familiares y de pareja, numerosísimas amistadas, se han forjado bajo la infl uencia
de los clubes.
Algunas de las instituciones, por cuestiones que no viene al caso analizar aquí, han tenido un crecimiento sorprendente; han sufrido los avatares de administraciones infelices; y se han repuesto o lo van queriendo hacer, amparándose en el empuje de un pasado de gloria.
Una de ellas es el Club Atlético Belgrano. Según la crónica de EL DIARIO, sus nuevas instalaciones fueron inauguradas el 19 de noviembre de 1939. Y la foto publicada da cuenta de cómo lucía.
Fuente: Colección “El Diario” que se encuentra disponible para la consulta en el Archivo General de Entre Ríos, Alameda de la Federación 222.
Fernando Ponce
Especial para EL DIARIO