Con la edición de Poemas a las cosas de la calle sucia y ¡Vendida!, de Nicolás Jozami, Eduner aporta a la construcción de una memoria urbana, que recupera situaciones y personajes de una Paraná de antaño. El proyecto incluye recorridas por sectores de la ciudad aludidos en las obras.
Mónica Borgogno
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“Esta colección se llama así no solo por las orillas geográficas, esas que uno puede imaginar del río Uruguay o Paraná, sino también por las de los géneros literarios, fuera de los textos legitimados; lo que se busca rescatar es el patrimonio cultural e histórico de textos que no suelen hallarse en el circuito comercial”, prologó Chausovsky, al explicar la razón del nombre de esta colección de Eduner que ya suma 22 títulos. El más reciente de ellos es ¡Vendida!, una novela escrita por Nicolás Jozami, publicada originalmente por editorial Tor en 1930. Del mismo autor, la universidad editó también Poemas a las cosas de la calle sucia, libro que recupera poemas y relatos que aluden a la calle Diamante de la capital entrerriana -antes llamada Unión-, en la que a principios del siglo XX funcionaban varios prostíbulos.
EL DIARIO dialogó con Alexis Chausovsky, integrante del equipo editorial de estos volúmenes que cuentan con la coordinación general de Guillermo Mondejar, para tener más detalles de la figura de Jozami y, sobre todo, del trabajo de investigación que dio lugar a los múltiples agregados y en consecuencia, las múltiples lecturas que habilitan.
En ese sentido, recordó que en 2013 se lanzó el primer volumen de esta colección que fue Paraná, rosa de otoño, de Amaro Villanueva. “Ya tenemos 22 títulos; en 2013, se publicó Poemas a las cosas de la calle sucia, de Jozami, con el que organizamos días atrás el recorrido literario sobre la calle Diamante”.
La estrategia de visitar ciertos rincones de la ciudad de la mano de distintos textos se sustenta en la invitación a mirar la propia ciudad de otro modo. Es un proyecto que está en diálogo con el tipo de edición de estos pequeños y vistosos libros que hacen justicia literaria y memoria de autores y autoras no siempre debidamente reconocidos.
La idea de Eduner de promover la lectura de esta manera fue reconocida y distinguida por la Fundación Santillana que, en el marco de la última Feria Internacional de Libro, en Buenos Aires, le otorgó el segundo premio del concurso Viva Lectura, en el rubro Sociedad.
No es el primer recorrido que se hace en forma conjunta entre la Eduner y la Editorial de la Municipalidad de Paraná. Se hicieron otros en la zona del puerto y en la plaza Sáenz Peña y, en cada ocasión, la vecindad se acerca, aporta anécdotas, datos, relatos y en particular, la arquitecta Mariana Melhem ubica y referencia sobre la configuración urbana de las épocas aludidas.
Puntualmente, en el trayecto sobre Diamante, se identificaron huellas de casas centenarias hoy remodeladas, así como se trajo a colación la presencia de instituciones como la Escuela Bavio, cercana a la zona de los andurriales; el cementerio, ubicado en los bordes de la urbanidad o las marcas del arroyo Antoñico.
Investigar y leer
Al ser consultado sobre el trabajo detrás de estos materiales que se destacan por una minuciosa serie de textos complementarios y anexados al cuerpo principal, Chausovsky reconoció que “implica una ardua tarea de archivo”, para enseguida añadir que “construir libros con materiales que inicialmente no fueron escritos ni concebidos para ello -con relatos de viajes, crónicas o cartas que, en su momento, no tenían el propósito de publicarse-, demanda un trabajo de reconstrucción de los contextos, de búsqueda de materiales para anexos y la incorporación de un aparato crítico que invite a la lectura. Los textos que editamos en esta colección nunca se presentan solos, sino que tanto la introducción como las decisiones sobre las notas que se van a agregar o las aclaraciones sobre la edición que se usan como referencia, forma parte de una misma intención por enriquecer la práctica de leer”.
-¿Cómo surge la edición de Jozami?
-Jozami estuvo entre los primeros autores en ser publicados en esta colección. Éste, como tantos otros, fueron iniciativas de Guillermo Mondejar, que es quien coordina la edición de estos libros. Claro que ninguna de estas publicaciones sería posible sin un equipo ni grupo de colaboradores y colaboradoras. Cada uno de los 22 libros publicados hasta ahora nace de diálogos, conversaciones y las fuentes que aporta cada uno.
Poemas a las cosas de la calle sucia tuvo su primera publicación en 1929. Desde entonces no había sido vuelto a publicar. Como toda obra de rescate, implicó revisar la edición original y recurrir a archivos que den cuenta de otros textos de la misma época. Por ello en esta nueva edición se agregaron cuentos de Jozami que aluden al mismo lugar y temas. También la búsqueda tiene que ver con inéditos a partir de referencias o pistas que nos conducen a seguir buscando y a abrir nuevas hipótesis de lectura.
-¿De dónde salen esas pistas de tanto material inédito de este autor?
–Se conocen por referencias de críticos literarios o aclaraciones en diarios de la época, pero hasta ahora se han encontrado pocas.
Algunos familiares que participaron y se hicieron presente en el recorrido, ayudaron a la reconstrucción de la descendencia de este autor, que nació en Paraná en 1905 y falleció en Rosario en 1932.
Hay un plan editorial, pero sobre la marcha van surgiendo nuevos proyectos a medida que se encuentran materiales. ¡Vendida! surgió de esa manera, se encontró un ejemplar dentro de la biblioteca de Eduner y, a partir de ahí, lo leímos y fuimos en busca de textos complementarios como obituarios, más datos precisos sobre el autor, notas referidas a personajes que nombra en su obra y que se pueden vincular a otros libros de la época o a materiales del propio Jozami.
¡Vendida! fue publicado por Tor que era una editorial muy popular en ese momento, en 1930; no se volvió a editar y hoy no quedan muchos ejemplares de aquella versión.
Valor agregado
-¿Cuál es el aporte de ¡Vendida!?
-Este libro da la posibilidad de volver sobre una historia de red de trata que en ese momento estaba en pleno funcionamiento; y, por otra parte, es uno de los pocos libros de literatura de aquella época, -al margen de informes de investigaciones periodísticas-, que se involucra con este tema, mencionando personas vinculadas al comercio y la prostitución de mujeres, y direcciones precisas.
Toda la reconstrucción de la historia de Cosia Zeilón, protagonista de ¡Vendida!, que hace Jozami, reúne datos y aportes que nos inducen a creer que son relatos verosímiles. Pueden cambiar algunos nombres -tal vez el de la protagonista, de la que no se terminan de encontrar datos precisos de su existencia-, pero los nombres de los rufianes, tal como se les decía en la época, quienes manejaban la Sociedad Varsovia, figuran y son personas que tienen una historia en el comercio basado en la denominada trata de blancas.
–Hay un correlato entre el diseño de estos libros y lo que sucede en el recorrido literario. El libro se abre a una multiplicidad de lecturas, invita al aporte.
–Sí, desde ahí al menos lo planteamos. El libro no es solo el volumen físico, el objeto, sino que la propuesta es una invitación a la lectura. Nos parece que es una responsabilidad de una editorial de una universidad pública invitar a la multiplicidad de lecturas, es decir, que no quede encerrado en una sola mirada de modo tal que se conduzca a una interpretación estrecha. En ese sentido consideramos que nos corresponde aportar a la multiplicidad de voces, de maneras de mirar, al diálogo con otros géneros y por eso los recorridos, el estudio de archivos, el diálogo con la cartografía, la historia, la literatura, los modos de ser urbano y la educación cívica, en el sentido de cómo habitamos la ciudad.
La intención desde hace mucho es ampliar el territorio y, en parte, el recorrido. Es dar cuenta de los bordes de la ciudad, que eran lugares de la prostitución, el arroyo, el cementerio en donde se sabía lo que pasaba ahí, pero había que hacer como que no se sabía. Todo ese paisaje urbano de una época, que empieza a ser motivo de la literatura, algo que era relativamente reciente acá. Era escribir sobre el barro como dice en el prólogo de ¡Vendida! Edgardo Cozarinsky. Jozami tiene un gesto pionero en ese punto, se fija en los bordes de las ciudades de Paraná y después, de Rosario.
Él estaba permanentemente en esos sitios. En ¡Vendida! y Poemas… está el paisano Díaz, por caso, que era quien manejaba a los rufianes en Rosario. Hace poco hicimos una presentación de los libros junto a la Editorial de Universidad Nacional de Rosario, que publicó precisamente El paisano Díaz, de Roger Pla.
“La estrategia de visitar ciertos rincones de la ciudad de la mano de distintos textos se sustenta en la invitación a mirar la propia ciudad de otro modo”
Orillero
-Se recuperan los márgenes, los marginados y la memoria ¿Por qué?
-Por un lado, para conocer la ciudad de otra manera y la ciudad como un territorio de memorias, de narraciones. A un lugar lo hacen sus narraciones, cómo se nombra cada cosa o lugar, qué costumbres había, qué ideas circulan o circulaban provenientes de otros lados y que quedan o no en la poesía, cantos y cuentos. Por eso es importante pensar la memoria no solo para volver al dato duro de lo que pasó en determinado lugar sino para mirar de otro modo el presente, tomar distancia y ver qué pasa ahora, imaginar otros mundos posibles en relación a lo que transitamos todos los días.
-¿Qué diferencias hay entre ambos libros?
-En ambos libros aparecen extranjerismos, sobre todo del francés, que era una lengua de las esferas altas, pero también se refería a lo marginal, a los bajos fondos. En ambas publicaciones aparecen las marionettes, les maquereaux. Estos libros nos ayudan a considerar el clima de época. Además, dan cuenta de los modos de establecer relaciones en las ciudades, porque entendemos que hay algo de lo que no se habla pero a la vez hay relación con la prostituta de la cual alguien se enamora, o con el que tenía una parrilla o almacén cerca del prostíbulo, esto es, no era algo totalmente prohibido sino parte de la sociabilidad de una época.
En la novela hay partes muy crudas y terribles del circuito de la trata de mujeres, muy diferente de como aparece dicha la prostitución en Poemas a las cosas de la calle sucia.
Curiosidades
“Jozami era ensayista, crítico de cine, periodista, en una época en que periodismo y literatura iban juntos. Hay un ritmo de la escritura en Jozami, hay unidad, insistencia y una mirada crítica. Es de origen sirio-libanés. Se habla de que Paraná tuvo su poeta negro en el sentido de los bajos fondos, de los que no se muestran tan a la luz”, describió Chausovsky.
“Estimamos que Jozami publicó en EL DIARIO entre 1925 y 1930; y que entre 1929 y 1930 escribió ¡Vendida!, desde Rosario, y que lo publicó primero por episodios en un diario de Montevideo. Fue una novela por entregas, algo que era muy usual en Buenos Aires y Europa, pero menos común por acá”, agregó el editor.
“De la obra sobre las que se rescata el material nadie del equipo editorial es autor ni autora; el libro es de quien lo escribió”.
Equipo laborioso
-¿Qué es lo que más te entusiasma de ser editor?
– Lo que me parece atrapante es dar a conocer materiales, contribuir con la divulgación de textos, imágenes, voces, narraciones que de otra manera costaría que se conozcan. De todas formas, la edición de estos materiales implica una tarea muy diferente a la de editar textos de corte académico, tal como hacen otros grupos de trabajo de Eduner.
De la obra sobre las que se rescata el material nadie del equipo editorial es autor ni autora; el libro es de quien lo escribió. Esta es una postura ética del equipo de editores. El valor de nuestro trabajo está en el rescate de los textos; de esa manera acompañamos el protagonismo del autor original.
Forman parte del equipo editorial de esta colección Cuadernos de las Orillas, Paola Calabretta, Martin Dalotto y Manuel Siri.
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