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Se incrementaron las cremaciones en Paraná

Crematorio del cementerio Solar del Río. Allí se realizan habitualmente entre dos y cinco cremaciones por día Foto: Sergio Ruiz. EL DIARIO.
Cada vez más personas optan por la cremación de los restos de sus seres queridos tras el deceso.

Luego de la pandemia, hubo un gran aumento y los números continúan creciendo. Actualmente, en la capital entrerriana sólo está funcionando un crematorio.

Hace algunos años eran muy pocos los que decidían recurrir al método de la cremación sin ir en contra de su religión, transformando el cuerpo de sus seres queridos, de carne y hueso, en cenizas.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la incineración se ha convertido en una práctica mucho más aplicada en relación al pasado.

Hoy por hoy, la ciudad de Paraná sólo cuenta con un crematorio. El que funcionó durante muchos años en el cementerio municipal permanece cerrado desde hace tres meses por un conflicto entre la Municipalidad de Paraná y la empresa que estaba encargada de brindar este servicio

Por lo tanto, en este momento, el crematorio Parque Solar del Río, ubicado en la zona sur, es el único donde se pueden realizar cremaciones.

Es una tendencia. Generalmente, seis de diez servicios solicitados son cremaciones, aseguró el encargado de la administración de la empresa, Carlos Segman, en diálogo con EL DIARIO.

El horno ubicado en el predio del cementerio ubicado entre las calles Padre Pascual Uva y Selva de Montiel, cada vez funciona más.

“Es una tendencia. Generalmente, seis de diez servicios solicitados son cremaciones”, aseguró el encargado de la administración de la empresa, Carlos Segman, en diálogo con EL DIARIO.

COSTOS

Pero, ¿cuáles son las razones que convirtieron en una “tendencia” a las cremaciones? Por un lado, influye el factor económico, teniendo en cuenta que las cremaciones tienen un costo por única vez de entre 90 mil y 120 mil pesos (el monto puede variar dependiendo del ataúd que necesita el cuerpo por su tamaño y su peso).

Mientras que arrendar una parcela para una sepultura en tierra en un cementerio privado cuesta alrededor de 30 mil pesos (el valor puede ser superior por el lugar de la ubicación), además de las expensas mensuales que tienen un valor de 1600 pesos (aproximadamente un total de 20 mil pesos anual).

Por otra parte, también hubo grandes cambios culturales. Los jóvenes cada vez asisten menos a los cementerios a llevar flores a sus familiares, y optan por llevar las cenizas a sus casas, a cinerarios creados en las parroquias o esparcirlas en algún lugar de la naturaleza.

Sin lugar a dudas, hay otra forma de vivir y procesar el dolor de la pérdida de un ser querido.

EL PROCESO HACIA LA CREMACIÓN. Para concretar una cremación, hay un proceso detrás.

En el caso de que el fallecimiento sea por causas naturales, se debe presentar un certificado médico de defunción y el documento de la persona que ha fallecido, además de la autorización de sepultura que emite el Registro Cívil.

Quien solicita la cremación debe tener un vínculo familiar directo, como pueden ser los cónyuges (acreditado por la libreta de familia del Registro Civil), o cualquiera de los hijos o los padres de la persona fallecida.

Cabe destacar que en el momento de solicitar la cremación, debe estar acompañado por dos testigos que testifiquen que la persona solicitante presentó la documentación que se requiere.

En cambio, cuando las muertes suceden de una manera violenta, por circunstancias de un accidente, un suicidio o un homicidio y debe intervenir la justicia, siempre queda a disposición y bajo la autorización de la fiscalía de turno.

Frecuentemente, luego de que se realiza la autopsia al cuerpo, en las 48 horas posteriores, el fiscal libera una autorización para facultar la cremación de la persona que ha fallecido.

Las cremaciones siempre se llevan a cabo después de las 24 horas del fallecimiento de la persona. Tras el velatorio, los cuerpos son trasladados al crematorio y el personal encargado de cumplir con esta función, sin manipular el cuerpo, deposita el ataúd en una cámara de cremación que alcanza temperaturas entre 750°C y 1000°C. Habitualmente, una incineración puede tardar entre dos y cinco horas.

NÚMERO EN CRECIMIENTO. El crematorio de Solar del Río realiza habitualmente entre dos y cinco cremaciones por día; aunque el número se puede incrementar en diferentes períodos del año, sobre todo cuando se desarrollan los picos de frío o de calor.

“Luego de la pandemia del Covid-19 creció esta tendencia. Nunca tenemos un número fijo de las cremaciones que se pueden realizar en un mes o en un año porque depende de los fallecimientos que suceden; por ende, hay meses en los que podemos cremar 70 y en otros superar los 120. Pero, indudablemente, hay mucha demanda en la ciudad y todo indica que seguirá creciendo”, explicó Segman.

“No hay planes provisionales para realizar una cremación por una cuestión de costo. Por la situación económica que atraviesa el país, en este momento no se puede pagar una cremación para utilizar el servicio dentro de cinco o treinta años”, explicó el administrador de las actividades que desarrolla la oficina de Solar del Río.

Cómo funcionan los hornos

A lo largo de la historia, en la sociedad siempre hubo inquietudes sobre el funcionamiento de los crematorios y su influencia en la naturaleza. Incluso, en muchas ocasiones, se realizaron manifestaciones para oponerse a la instalación de nuevos hornos para cadáveres.

En ese sentido, un operario de Solar del Río brindó detalles sobre su mecanismo: “Los hornos son muy modernos y computarizados. Tiene sensores en diferentes partes y sólo emite humo hacia el exterior, pero ningún olor o algo por el estilo. Eso existía cuando se trabajaba con combustible fueloil o queroseno, pero son hornos totalmente obsoletos que no existen más. No obstante, para evitar inconvenientes, las nuevas instalaciones de los crematorios se hacen fuera del ejido de la ciudad, denominado ‘fuera del cinturón verde’”.

 En este caso, las cremaciones se llevan adelante con gas envasado y altas temperaturas que permiten una incineración eficaz. “Hay tres cámaras que se encargan de la cremación. La cámara primaria es dónde está la combustión y se encarga de la incineración del cuerpo; luego pasa a la cámara secundaria dónde se incinera cualquier resto que no haya sido eliminado en la cámara primera; y, por último, pasa a la tercera para eliminar completamente cualquier resto”, detalló.

EL DATO

100.000

Pesos cuesta, en promedio, un servicio de cremación en la capital entrerriana.

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