Una madre y su hijo serán juzgados por la compra, en 2015, de una propiedad ubicada en calle Urquiza de Paraná. La propietaria presentaba un severo cuadro de deterioro en su salud mental. Se deberá determinar si estaba en condiciones de entender lo que firmó. La defensa puso en exhibición el rol del escribano que certificó la transacción
Rosana Gabriela Miño, de 50 años, y su hijo, Lautaro Emanuel Godoy, de 24 años, serán juzgados por la presunta comisión del delito de circunvención de incapaces, relacionado a un complejo hecho atravesado por cuestiones burocráticas por negocios inmobiliarios, que ocurrió en junio de 2015.
Ayer, la jueza de Garantías de Paraná, Marina Barbagelata, resolvió remitir el legajo a juicio oral. La defensa, a cargo de Leopoldo Cappa, se había opuesto al pedido y había instado el sobreseimiento de ambos acusados.
El fiscal, Cristian Giunta, y el querellante por los hijos del hombre que era el esposo de la denunciante, Mario Vecetti, habían pedido la remisión y rechazado el pedido de sobreseimiento.
DETALLES
El 23 de marzo de 2021, a los imputados se les atribuyó que “… el 19 de junio 2015, aprovechándose de la avanzada edad y condiciones de salud, de Martha Susana Fiore, quien no presentaba habilidad para manejar por si misma sus bienes ni su patrimonio, le hizo suscribir la venta de un inmueble de propiedad de ésta, sito en calle Urquiza 1.901, de Paraná, de una superficie de 204,43 metros cuadrados, plano de mensura, a favor de Rosana Gabriela Miño -negocio jurídico pasado ante el escribano Mario Gabriel Lescano instrumentado en la escritura Nº 73- por la suma de 70.000 pesos cuando el valor lógico de un inmueble en el estado en que se encontraba en ese momento, pudo razonablemente venderse en la suma de hasta 520.000 pesos, lo que generó un perjuicio a Martha Susana Fiore de 72 años de edad y su esposo Vitorio Cayetano Fabre de 76 años, transfiriéndolo posteriormente a Lautaro Emanuel Godoy, que conocía el origen ilícito de la adquisición, con fin de agotar el delito enrostrado”.
En la audiencia la jueza fue muy celosa de las actuaciones de las partes y controló ajustadamente la incorporación de las evidencias de los respectivos legajos de cada parte.
También lo fue respecto a situaciones propias de la dinámica de las audiencias y, así, pidió aclaraciones y planteó sus dudas sobre alguna cuestión puntual. En este sentido, logró puntualizar el supuesto agravio, que consiste en determinar si Fiore estaba en condiciones mentales sanas para proceder a firmar la escritura de la venta de la que era su propiedad.
Al escuchar los argumentos de las partes, Barbagelata expresó su opinión respecto de la postura de la defensa, a la que encontró sólida; pero también expresó lo propio respecto de la hipótesis del caso de la Fiscalía, de la que señaló que no pudo acreditar algunas situaciones.
Así, entendió que el debate es el ámbito adecuado para que cada parte sostenga su hipótesis para arribar a una sentencia que le convenga más.
DUDAS
La defensa sostuvo que le quedaron muchas dudas de la desvinculación del escribano Lescano de la causa. Se supo, según precisó el defensor, que fue citado a designar abogado defensor pero luego fue desvinculado.
Barbagelata se dirigió a los imputados y les explicó que el escribano realizó un rol “estereotipado” que se ciñó a su profesión. La defensa sostuvo que el único testimonio que le interesa escuchar es el del escribano. Lescano fue propuesto como testigo por Fiscalía.