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Una vida de aprendizajes

“El arte de lo sonoro, el poder de la voz, es quizás lo que más me representa”, dijo Inés Ghiggi a Bien! Fotos: Juliana Faggi.
Inés Ghiggi es periodista, locutora, actriz y docente. Portadora de una voz inconfundible, reconocida por las audiencias. En su juventud ingresó a trabajar a Tribunales, y algo que iba a ser esporádico duró 34 años. Su labor fue clave en la comunicación judicial. También como actriz encontró en la voz un medio privilegiado para interpretar con sensibilidad distintos roles

Inés Ghiggi nació en Viale, pero a los pocos meses su familia se radicó en Paraná. Creció rodeada del amor de su familia, con un padre que le inculcó la importancia del trabajo y una madre abocada al hogar y al servicio a la comunidad. De niña conoció escenarios con la declamación, su potente voz le abrió un camino que le vale el reconocimiento de las audiencias. La vida universitaria no fue fácil en tiempos de la dictadura militar, donde se le prohibió el acceso a las aulas y debió interrumpir los estudios. Con sacrificio, perseverancia y una fuerte vocación pudo cumplir las metas y obtuvo su título universitario en la Facultad de Ciencias de la Educación, con la vuelta de la democracia en 1983. 

Inés trabajó durante 34 años en Tribunales, y fue precursora en la comunicación judicial, en entablar vínculos con la prensa y en acercar a las víctimas y familiares para que sean escuchados. Allí también hizo docencia, y propició reuniones para explicar casos judiciales y tratar de que la comunicación sea lo más clara posible. Hoy está jubilada y en su casa en calle Andrés Pazos recibió a Bien!, recordó su juventud y el camino trazado en el periodismo judicial. Durante el diálogo dijo: “Tribunales fue mi exilio, lo que me permitió ir sanando de a poco porque fue muy duro a los 21 años encontrarme con tantas injusticias”. 

–Inés, ¿cómo fue estudiar en Paraná una carrera universitaria en tiempos de la dictadura cívico-militar de 1976?

–Estudié Ciencias de la Educación y me recibí después de un largo período. Desde el primer día hábil de clases del año 76, el 80 por ciento del padrón estudiantil de la facultad fue suspendido por tiempo indeterminado, yo estuve entre ellos. Así que después de haber rendido libre diez materias el año anterior, al año siguiente no se podía ni siquiera transponer el umbral de la facultad porque llamaban a la policía, te metían en cana. Eso duró mucho tiempo, pero como mi hermano era abogado, litigamos por todos los medios y fui el único caso de reincorporación el 11 de septiembre de 1982. Para mi sorpresa, me hicieron rendir una reválida de las 33 materias ya aprobadas. Pero yo tenía el firme propósito de terminar la carrera, así que hice todo.

–Desde muy jovencita comenzaste a trabajar…

–Se dio una cosa muy loca, porque estando suspendida de la facultad, empiezo a trabajar en el LT 10. Y en ese interín entro a trabajar a tribunales de la manera más casual. Y después me echan del LT10 por un tango de Cátulo Castillo, que no estaba prohibido, pero lo prohibieron después. Así que Tribunales fue mi exilio, una caricia existencial.

–¿Cómo fue la tarea en Tribunales?

–Aprendí mucho en tribunales. Entré como sumariante por tres meses, una suplencia, estaba en la parte penal y les tomaba las declaraciones a los acusados, homicidas, estafadores, ladrones de guante blanco y los pobres infelices que robaban una gallina. Aprendí mucho sobre los registros de habla y poder estar cómoda con gente de distintos niveles socioeconómicos e intelectuales. Y esto de ponerte a entender al otro y darle la confianza fue una escuela de vida, y estoy agradecida. Esas cosas me fueron sanando poco a poco, porque es muy duro tener 21 años y encontrarte con tantas injusticias. 


Ghiggi expresó que “hay que trabajar seriamente
y con compromiso en dar información que sea lo más objetivamente posible”.

–Y continuaste muchos años en Tribunales…

Estuve 34 años, entré cuando tenía 21 o 22. Trabajé en distintas reparticiones, en un juzgado penal de instrucción, en un juzgado de paz, en un juzgado civil, en contencioso administrativo. Estuve en biblioteca, estuve en personal. Luego, como ya era docente en la Licenciatura en Comunicación Social y había hecho un primer trabajo de periodismo jurídico, me empezaron a dar tareas en el Superior Tribunal, como construir la galería de expresidentes o la pinacoteca del Poder Judicial.

–Desempeñaste un rol que fue clave en la relación con la prensa…

Hice la primera conexión en el inicio de la democracia entre el Superior Tribunal y los periodistas, con Venus Caminoa, que fue la primera mujer presidenta del Superior Tribunal. Coordiné el primer curso para periodistas que se dio en un tribunal argentino, junto con Adolfo Golz. Después me alejé y luego me vuelven a convocar, y pongo la condición de crear un órgano de prensa. Y fuimos uno de los primeros del país en crear la oficina de prensa, donde pude articular la educación con la comunicación, con el derecho y con el arte. 


Inés Ghiggi, se ha presentado como actriz en el escenario del Teatro 3 de Febrero.

La comunicación

–Inés sos portadora de una gran sensibilidad, que además le permitió a mucha gente que iba a Tribunales a pedir justicia poder ser escuchada…

–Sí, esas cosas quedan en la memoria, recuerdo haberme sentado en el cordón de la vereda con las asociaciones de víctimas que estaban protestando para pedir una reunión con el Superior Tribunal, que nunca se había hecho. Pude argumentar, me habilitaron para hacer la mediación y se hizo la reunión. Fue emocionante ver a una mujer muy pobre dándole el pecho a su hijo en ese salón suntuoso, poniendo las quejas y el presidente escuchó y la secretaria de la Sala Penal tomó nota. Y salimos airosos, la mayoría de los problemas no era por deficiencia en la atención de tribunales, sino porque los abogados de parte no actuaban en consecuencia. Y todo gracias a esa comunicación. 

También pude hacer mucho trabajo comunitario, que se ha perdido un poco. Había relación con las vecinales con las asociaciones de víctimas, se mandaba información ciudadana. 

La información judicial

“Dar a conocer la información judicial implica la necesidad de leer expedientes, de analizar una parte y la otra y poder hacer. Jamás vas a poder hacer una información, una gacetilla corta de media carilla. Yo me hago cargo de redactar extensas gacetillas, que después el colega podía recortar. Me interesaba que el colega entendiera o que el ciudadano al que yo le mandaba también la información, pudiera comprenderlo. Creo que ahí hay una tarea impostergable, indelegable, la de hacer docencia. Hay que hacer docencia con la ciudadanía y con el propio periodismo. Necesitamos especializaciones. Pero hay dos vertientes claras: el que escribe para favorecer a una parte o a la otra, el que tiene intereses político o partidarios; y el que quiere dar a conocer la verdad judicial, lo que consta en el expediente, lo que es prueba, lo que es indicio, lo que son las normas, lo que son los códigos de procedimiento, lo que es la pertinencia del momento en que uno da una información”, afirmó Ghiggi.

Compromiso y objetividad

“Hay que trabajar seriamente y con compromiso en dar información que sea lo más objetivamente posible. Sé que la objetividad no existe, pero creo que nunca debe dejar de ser una aspiración para el periodista. Hay que separar la información de la opinión, pero falta formación. Fui una de las redactoras de la Guía para la producción y difusión de la información judicial que se hizo en la Corte Suprema. Estuve trabajando como vocera con representantes de todo el país de esa Guía de Buenas Prácticas para la producción y difusión de la Información Judicial que se publicó en la editorial La Ley, prologada por Lorenzetti. De aquella producción que se hizo, lo que se vio después fue muy decepcionante, ver de qué manera el partidismo entraba. Tuve una lucha muy grande como vocera, cuando se abre la información judicial aparecen dos grandes vertientes. Estaba quienes querían dar información y acercarse a la prensa para mejorar la imagen del Poder Judicial, y quienes queríamos cumplir con la obligación republicana de dar a conocer los actos de gobierno del Poder Judicial para el contralor ciudadano. En su momento, nosotros trazamos ese camino que después se tergiversó, porque cuando se terminó de consolidar el Centro de Información Judicial apareció la vocera de Lorenzetti y se arrogó el haber creado el CIJ, que se creó entre todos los voceros”, advirtió Ghiggi.

Roles

–Periodista, locutora, docente, actriz, en qué rol estás más a gusto y por qué?

Ese es uno de los problemas, cuando estoy en cada uno de esos compartimentos estancos, me siento como pez en el agua. Nunca hubiera creído que podría disfrutar del periodismo jurídico. El último ensayo que hice, que me lo publicaron en una revista especializada en Córdoba, es sobre teatralidad judicial y me da una satisfacción enorme. Pero quizá lo que más me represente y lo que se abre a infinitas posibilidades es el arte sonoro y el poder de la voz. El crear mundos desde la sonoridad y poder ser de mil maneras, cuando no te ven sino que te escuchan, porque además lo que procuro es que me sientan, y eso es algo maravilloso. Pero además, me encanta el teatro y la docencia y también ha tenido algo de teatralidad. 

Entre tantas Inés

Hay un autor que dice: ‘soy tantas que a veces me pierdo’. Creo que todos somos muchos, que a veces sacamos uno o sacamos otro, pero no porque se sea desleal o porque se tengan personajes, es que nadie es de una sola manera. He aprendido a perdonarme en las debilidades, en los errores. Me define es un altísimo grado de sensibilidad para ver un poquito más allá de lo que se muestra en la superficie, para entender al otro. Creo que esa es la mayor riqueza. Estoy muy conforme conmigo con lo que he hecho y con lo que he aprendido. He sufrido un montón, he tenido una vida difícil pero me encargué de aprender”, manifestó Ghiggi.

Luego agregó: “No querría verme forzada a aprender a vivir sin expresarme y sin el arte. Yo querría que la muerte me pille bailando, como dice la canción”. 

Proyectos

“Escribí una obra de teatro para tres personajes recreando la corta vida de una mujer entrerriana, que ha sido paradigmática en nuestra provincia. Estoy con la gran falencia de no tener un productor o productora. Soy la escritora y la protagonista, y me resisto a hacer la producción”, adelantó Inés. 

La búsqueda de la justicia

“Estando en distintas funciones nunca dejé de educar, de comunicar y siempre traté de buscar la justicia. La búsqueda de justicia la he tenido, desde que tengo conciencia, el tratar de ser justo, que sean justos conmigo y ser justa con los demás. Esa balanza de mi signo Libra siempre está presente”, dijo Ghiggi.

Anécdotas

“Pude hacer muchas cosas en Tribunales, una de ellas fue una teatralización con Favio Vides para la inauguración de la Cámara Gesell en Paraná, con una niña actriz que representaba a una víctima. Fue una experiencia hermosa porque nadie sabía cómo se iba a implementar”, recordó Inés.

Bio

Inés Ghiggi

Nació en Viale, el 5 de octubre de 1954, pero desde los nueve meses vive en Paraná. Es hija de Diomiro Ghiggi y de María Amelia Cáceres, ambos fallecidos. Su padre era empleado de banco y su madre era ama de casa con una fuerte vocación de servicio a la comunidad, que llevó adelante en el Hospital de Niños San Roque. Es la segunda de tres hermanos, Rubén (fallecido) y Mariela. Es mamá de Federico y abuela de Valentino y Adriano. 

Cursó los estudios en la Universidad Popular, donde concurrió a los 5 años. Luego pasó al Colegio del Huerto, completó la primaria en la República de Entre Ríos; y cursó el secundario en la Normal. 

Es profesora en Ciencias de la Educación, Periodista diplomada en Comunicación Judicial, Locutora nacional, Prof. de Arte Escénico y Declamación y actriz. 

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