El imputado cumplía funciones en la Secretaría de Desarrollo y le entregó la droga a un compañero de fútbol para que averigüe los precios. El mandadero fue a consultar a una veterinaria y la médica veterinaria alertó que los frascos pudieron ser sustraídos de la Municipalidad.
Juan Humberto Santos Witschi, de 45 años, empleado municipal en la Secretaría de Desarrollo Social de Paraná, reconoció en un juicio abreviado que se realizó el viernes 30 de junio ante el juez de Garantías de Paraná, Walter Carballo, que sustrajo alimentos y ketamina, una costosa droga que se utiliza, entre otros usos, como sedante y analgésico, de la dependencia en la que cumplía funciones de maestranza y como encargado de abrir y cerrar el organismo. Carballo dará a conocer su resolución en el plazo que dicta la Ley.
En la audiencia, Juan Malvasio, fiscal de Paraná, precisó la imputación que se le formuló a Witschi e informó respecto del acuerdo al que arribó con la defensa, consistente en la pena de dos años de prisión de cumplimiento condicional más la inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos como autor del delito de Peculado, y la observación de normas de conducta por el plazo de la condena.
CARGOS. A Witschi se le imputó que “sin poder precisar fecha exacta, pero previo al 23 de mayo de 2019, aprovechándose de su rol de encargado –maestranza- de abrir y cerrar la Secretaría de Desarrollo Social Municipal, con dirección en calle San Juan Nº 451 de Paraná, sustrajo del depósito de dicho organismo, 12 latas de leche Nido, una caja de 15 kilos de leche saborizada, una lata de tipo Ensure, tres cajas de galletitas y 125 frascos de ketamina de 50 mililitros cada uno que se encontraban en cajas de 25 unidades. Luego de ello le entregó los frascos de ketamina a Bernardo Marcelo Sánchez a fin de los comercialice en la veterinaria Yaguá Porá ubicada en Avenida Almirante Brown Nº 1.925 de Paraná”.
Entre las evidencias, que las partes acordaron cobren el status de prueba para la audiencia, se mencionó la denuncia que formuló el 31 de mayo de 2019 en la División Robos y Hurtos, María Candela Carminio, que era la secretaria del organismo al momento de los hechos; el allanamiento que se realizó en la vivienda del imputado; el acta de aquel procedimiento, en la que se dejó constancia que Witschi se presentó, manifestó que quería colaborar con la Justicia, dijo que tenía frascos de ketamina en la casa de un amigo de nombre Marcelo Sánchez, se retiró y regresó con una caja de cartón con la inscripción Richmond Vet Pharma con 25 unidades en su interior con la inscripción Ketonal 50, que entregó a los funcionarios. Estos elementos fueron entregados a Beatriz Patricia Schmidt, que era directora técnica de Salud Animal, quien constató el faltante en la Secretaría.
FUNCIONARIO. En el acuerdo se destacó que quedó acreditado que el imputado “tenía disponibilidad jurídica sobre los bienes denunciados, ya que si bien en el caso no se cuenta con un reglamento que establezca la relación funcional de percepción y/o administración del imputado con los bienes en cuestión, basta para acreditar dicha relación funcional sobre los bienes ya que en la práctica, tal como fue expresado por Carminio y se ha comprobado con los demás testimonios, el mismo tenía la facultad de recibir los bienes que se encontraban en el patrimonio de la administración pública –depósito-, para repartirlos y entregarlos a quienes corresponda –según su fines-, detentando la tenencia material de ellos, no siendo necesario por ende un acto administrativo de asignación, sino que resulta suficiente con que se lo hayan entregado siguiendo el procedimiento habitual para que el producto quede confiado a su esfera de competencia…”.
DECLARACIONES. También consta la declaración de Sánchez, a quien se le atribuyó el delito de peculado, como partícipe primario. Sánchez expresó que conocía a Witschi porque jugaban juntos al fútbol. Sostuvo que Witschi “le ofreció alimentos que él repartía, pertenecientes al Municipio…”, constituyendo el motivo por el que “se acercó” en dos oportunidades a la Secretaría, circunstancia en la que Witschi “le entregó alimentos para su propio consumo”.
Según se consignó en el acuerdo sobre la responsabilidad de Witschi, Sánchez añadió que en la segunda ocasión, su amigo le entregó “una caja con aproximadamente 20 frascos de ketamina, solicitando que averigüe el precio de los mismos en alguna veterinaria, refiriendo Sánchez que eso fue lo que efectivamente hizo –a fin de ‘devolverle el favor’ a Witschi por los alimentos que le había entregado-, aclarando que al constituirse en la veterinaria le informaron que el producto era de venta prohibida, lo cual él desconocía”.
Aquello encontró su corroboración en la declaración de la médica veterinaria que prestaba servicios en la Veterinaria Yaguá Porá, quien confirmó que se presentó un hombre a ofrecer la droga.