El ciclo dedicado a cine de autor prosigue hoy desde las 20.45 con la proyección de Ellas hablan, en el auditorio del Círculo Odontológico de Paraná
En un entorno patriarcal se encuentra la trama de Ellas hablan, la película de Sarah Polley que tuvo dos candidaturas para el Oscar: mejor película y mejor guión adaptado. Finalmente ganó en este último rubro. El film es la propuesta para la función de esta noche en el ciclo Miércoles de cine, que se realiza en el auditorio del Círculo Odontológico (Corrientes 218).
Mujeres hablando muestra literalmente eso. Se trata de personajes de tres generaciones discutiendo qué hacer frente a la violencia machista. La historia se sitúa en 2010 en el seno de una rígida y conservadora comunidad menonita en la cual varias de las protagonistas han sido víctimas de múltiples abusos por parte de los hombres de la propia congregación religiosa que integran. Ellas debaten sobre si quedarse y luchar, no hacer nada o directamente dejar el lugar, sobre si perdonar o abandonar en masa a esos exponentes de la masculinidad tóxica.
La historia es la adaptación de la propia escritora y directora Sarah Polley de una novela de Miriam Toews, publicada en 2019, centrada en los miembros femeninos de una colonia menonita. En el original, transcurría en Bolivia. Aquí, es algún lugar de los Estados Unidos, a comienzos de la década de 2010.
Lo troncal es la conspiración de abuso sexual descubierta en esa comunidad aislada de la civilización, y la resolución que por primera vez tomarán las mujeres de la congregación.
MENSAJE CONMOVEDOR
“Ellas hablan” bien podría ser una obra teatral, ya que las acciones transcurren prácticamente en su totalidad en el interior de un granero en esa comunidad rural, pero, de ser así, se perdería el laborioso entramado visual que la directora canadiense pergeñó junto a su director de fotografía Luc Montpellier, que ya había trabajado con Polley en Lejos de ella (2006).
Ellas hablan es un filme coral, con ocho mujeres que representan a tres generaciones distintas, y cada una tendrá su tiempo, su monólogo propio -en eso sí, la puesta vigorosa de Polley se asemeja a una de obra teatral-.
“Lo que sigue es un acto de imaginación femenina”, se lee al comienzo de la proyección. Las mujeres, reunidas en ese granero, están por dar su respuesta a años de acoso y abuso sexual. Los líderes -obviamente, masculinos- insistían en que los horrores que experimentaban pertenecían a “los demonios” o, peor, la “imaginación femenina salvaje”.
Pero ha llegado el momento de los hechos y no de las palabras. Más todavía para aquellos -aquellas, aquí- que nunca levantaron su voz. Cuando llegue el momento culminante, las mujeres votan sobre tres posibles respuestas: no hacer nada, quedarse y luchar, o irse. Finalmente, quedan las últimas dos opciones, y son las mujeres de dos familias las que terminarán votando cuál gana.
La fotografía con colores sepias, grises y azules es una maravilla. Párrafo aparte merece la inclusión del personaje de Frances McDormand, -una de las productoras de la película-, que luce heridas en sus mejillas y que no puede imaginarse una vida fuera de esa comunidad.
Para la próxima función, el 9 de agosto, se anuncia “Una bonita mañana” (Francia-2022), dirigida por Mia Hansen-Love, de quien ya se exhibiera en este ciclo su película “El porvenir”, con Isabelle Huppert.
Los organizadores agradecen la colaboración con un alimento no perecedero que se destina al Comedor Merendero Nuestros Niños (Barrio Los Berros).