La calidez infrecuente de la temperatura ambiente en un invierno alejado de los rigores térmicos de antaño, es una invitación permanente a salir y disfrutar de actividades al aire libre. Las posibilidades son múltiples. Como mantener el estado físico trotando en grupo; o jugar un picado con amigos en esa etapa de la vida donde las preocupaciones son algo lejano. Mientras, en la zona del parque -remanso en pleno vértigo de la correntada urbana-, la suavidad de la grama y la tibieza del sol motivan a disfrutar la lectura, o la interacción a través de dispositivos móviles. También de la charla confidente junto a la compañía preciada de una mascota.