Desde hace más de un año, Gabriela y Nicolás llevan adelante Camino Animal, un espacio destinado a que los caballos puedan vivir su esencia en libertad, sin ser montados ni dominados. Tomando como base la psicología gestáltica, el reiki y las constelaciones; conectan con la naturaleza en sus diferentes facetas.
Gabriela Rodríguez Allende es psicóloga gestáltica y reikista. A los seis años empezó a cabalgar, llegando a competir y a presentarse en shows en distintos países. Su vida dio un giro cuando comprendió otra manera de vincularse con los animales, dejando a un lado su utilización, para respetarlos en la totalidad de su esencia. “Recordé que en mi infancia pasaba muchas horas junto a los caballos y me generaban paz”, explicó. Conoció a Nicolás Pinter hace más de diez años como compañeros de trabajo en el Centro Gestáltico “La Casa de Barro”, en la que él se desempeña como constelador.
El nacimiento de Camino Animal
El proyecto tiene un año y medio de vida. Se trata de una hectárea en la que, actualmente, habitan cinco caballos, cuyos pasados son diversos: algunos vienen del polo, de salto profesional, otros son rescatados. Gabi y Nico se reúnen todos los jueves para “trabajar con la energía del lugar y con los caballos”. Además, brindan allí el taller mensual Grupo Terapéutico Guiado por el Espíritu de la Manada. “Tiempo antes de los talleres, les pedimos permiso a los caballos. Trabajamos con los cinco cuerpos: espiritual, emocional, energético, mental y físico. Estamos acostumbrados a ver caballos atados; estos pueden correr, morderse, moverse con libertad. Realizamos trabajos corporales, registramos qué nos pasa, dónde nos duele, abrimos chacras. Registramos qué hice, cómo lo hice y para qué; eso nos ayuda a materializar aquello que proviene del mundo de las ideas”, explicaron los fundadores.
Estamos acostumbrados a ver caballos atados; estos pueden correr, morderse, moverse con libertad
Su enfoque consiste en una mirada revolucionaria que alienta a comprender a los caballos como pares a los humanos y ya no desde un lugar de dominación. “Hemos hecho ejercicios en los que los participantes eligen caballos y llevan a estos a diferentes puntos que representan los ciclos de la vida. Los animales brindan información que se puede leer”, dijo Nicolás.
“Estamos cocreando el método. Los caballos son sociables, necesitan estar en manada y no en boxes, que son habitaciones pequeñas en las que sufren la soledad. En Camino Animal tomamos su sabiduría, su presencia con la naturaleza, analizó Gabriela. A continuación, Nicolás aportó: “No sólo buscamos ser guardianes de la esencia de los caballos, sino que vamos aprendiendo en el camino, en el que surgen cosas a las que debemos descubrir y nombrar. Los dejamos libres, no los montamos, les hablamos”.
Estadios del crecimiento
Rodríguez reflexionó: “Todos vivimos momentos de evolución distintos. Están quienes golpean a los animales, luego quienes los montan sin embocadura; son distintos pasos de progreso. No se trata de mirar al de al lado, sino de buscar el crecimiento personal”.
Como su nombre lo indica, el fin es ampliar el espacio para abarcar más animales en un territorio más amplio. “Es muy fuerte ver a los caballos al servicio del campo mórfico que es donde quedan las memorias. La base de Camino Animal es la contemplación. Los caballos viven en el presente, tomamos su sabiduría. La gente que concurre a los talleres busca darse cuenta. A nosotros nos devuelve ampliación de conciencia, presencia, alegría, amorosidad, simpleza”, concluyeron en conjunto.
Para contactarse con Camino Animal, se puede ingresar a su Instagram: caminoanimal.ok o al celular: 3434751610.