María Luisa Bournissent es profesora de Educación Física, docente y entrenadora de natación. En el Atlético Echagüe Club, junto a su esposo, Carlos Scocco, inculcó la disciplina del deporte que tantas satisfacciones le ha dado. Los buenos entrenadores del presente y del futuro, aún sin saberlo, estarán replicando las enseñanzas de esta maestra.
Gabriela Gómez del Río
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El nombre de María Luisa “Mary” Bournissent está asociado con la natación y con el club Echagüe, y no es para menos. A la entidad de calle 25 de Mayo, llegó siendo niña junto a sus hermanos para desarrollarse en el deporte. Así lo hizo, en el club de su barrio practicó básquet, esgrima y natación, donde conoció a Carlos Scocco, su actual esposo. “Mary” y Carlos estudiaron juntos el profesorado de Educación Física y lograron conformar una dupla técnica, que durante 56 años, enseñó a nadar y entusiasmó a chicos y grandes en la práctica de este deporte que tantas satisfacciones le ha dado a la entidad y a la provincia con las actuaciones de sus dirigidos. Hace algunos días, Bournissent comunicó su renuncia a la entidad deportiva. En diálogo con BIEN! “Mary” habló de lo sucedido, de lo que significa la natación y el deporte en su vida. “Todo lo que he hecho es porque llevo en el corazón la docencia, con entrega total como se debe hacer”, afirmó Bournissent.
—¿Cómo comienza su vínculo con el deporte?
—Llegué al club Echagüe en el año que se inauguró la pileta (1958), ahí me hicieron socia mis padres, y empecé natación.
—¿En natación se conocieron con Carlos?
—Así es, con mi marido que inicialmente había empezado a nadar en otro club, pero que inmediatamente lo hicieron socio a él y a sus hermanos y comenzamos natación.
—Ha dedicado su vida al deporte, pero fundamentalmente a la natación…
—Sí, yo he dedicado mi vida, siempre hago hincapié a la educación y he usado al deporte para educar. Que un nadador llegue a ser campeón entrerriano, campeón nacional, a un sudamericano, a lo que sea, es una consecuencia de la educación. Tanto yo como mi marido, usamos la natación como un medio para educar en el club Echagüe. Para nosotros, todo aquel que quiere, debe nadar y se lo debe estimular para mejorar, no prometiéndole que va a ser campeón sudamericano o que va a ir a una Olimpíada, sino porque debe hacer deporte.
—Una dupla en el deporte y en la vida con Carlos…
—Junto a Carlos sí, una vida en el deporte y el año que viene cumplimos cincuenta años de casados. Nos conocimos en el equipo de natación del club, estudiamos juntos, nos recibimos, compartimos la misma promoción, y acá seguimos, ahora yo apoyándolo desde la puerta del club. Formamos una familia y
Logramos que nuestros hijos también hayan sido deportistas del club. Ahora, uno vive en Rafaela, por lo tanto, por más que su corazoncito está acá su hija no pudo practicar deporte en Echagüe. En cambio, mi otro hijo pudo unir su familia con el club, mi nuera y sus hijas practican natación en el club.
—¿Qué le ha dado la natación en todos estos años?
—Es muy difícil esa pregunta porque está tan intrincada la natación con mi vida, que no sé decir, que le di yo y que me dio la natación, es como una misma cosa. Es todo, mi marido, mi familia, mis afectos, mis grandes amigos, todo tiene que ver con la natación.
—¿Cómo organizaban el trabajo en el equipo de natación?
—Desde hace muchos años, en la escuela hay profesores que enseñan a nadar. Después, quienes quieren ser nadadores pasan por distintos estadios donde se van perfeccionando los estilos o enseñando lo que no se aprendió en las primeras clases, cómo largar, las vueltas, etcétera. Cuando ese nadador tenía cierto nivel técnico, pasaban a mi grupo donde se continuaba el entrenamiento y se perfeccionaba la técnica. Pero para todo eso, cualquiera de los profesores de las distintas etapas debe conocer cómo es la preparación para llegar a ser élite. El jefe es el profesor Carlos Scocco, que planifica todo, pero de cualquier forma todos deben conocer en qué etapa está cada alumno. Por último, pasan al grupo de Carlos y también pasaban al mío para preparar campeonatos entrerrianos y algún nacional cuando logran hacer la marca.
—Un deporte que demanda mucho sacrificio y disciplina, la natación…
—Yo evito decir sacrificado porque el padre y el que lo ve de afuera, muchas veces se pregunta por qué los chicos dan tanto, vienen en verano dos veces al día, se levantan temprano, entre otras cosas. Pero los chicos tienen muy en claro sus objetivos. Nosotros les enseñamos a poner objetivos, a fijarse metas y cuando ellos saben a dónde quieren llegar se preguntan cuál es el camino. Entonces, cuando uno ve cuál es el camino y confía en su entrenador, no es sacrificado. Es verdad que se suman las pulsaciones y que puede llegar a doler el cuerpo después de un exigente trabajo. Pero no le llamo sacrificio, cuando uno sabe lo que quiere sigue el camino, donde puede haber obstáculos, alguna caída, sinsabores, pero se sigue adelante porque sabe lo que busca. Por supuesto, que también se les enseña a comprender la derrota, a analizarla y saber cómo recuperarse para lograr lo que se propusieron.
La situación con el club Echagüe
El mes pasado, Bournissent decidió dar un paso al costado y alejarse del equipo de natación, el puesto de trabajo que ocupó durante 56 años en el club Echagüe. “Después de que volví del Campeonato Nacional en Santiago del Estero con mis nadadores, dije ‘hasta aquí llegué, esto es demasiado fuerte’ porque he sido una persona digna y no puedo estar faltándome el respeto, tolerando que me levanten la voz y que desmientan lo que hemos hablado”.
La profesora envió una carta a la comisión directiva de la entidad. “Entregué una carta en mesa de entradas, y me contestaron por redes sociales, despidiéndome y diciendo que he sido una colaboradora por más de 50 años, siendo que fui una trabajadora y entrenadora de natación, una profesora de enseñanza de muchos años en la disciplina”, remarcó.
Luego agregó: “Nunca pensé que iba a pasar esto, no quería que renuncien, sólo pretendía que los dirigentes reaccionaran pero contestaron mal y se armó todo este bodrio”, lamentó.
—¿“Mary” dolió esta decisión?
—Después de cincuenta y seis años, imagínense lo que es para mí. Antes también fui nadadora del Atlético Echagüe Club. Mis padres, mis hermanos fueron todos deportistas. Tengo sobrinos, sobrinos nietos que hacían básquet y por desavenencias con esta comisión directiva o la anterior se fueron.
El apoyo a “Mary”
Con respecto al apoyo que recibió de los nadadores, padres, socios y simpatizantes del deporte, al decidir dar un paso al costado “Mary” dijo: “Hoy esos mismos padres de todas las épocas y los nadadores me están apoyando fuertemente. Han reconocido todo lo que hace un profesor, un maestro, un entrenador en un club”.
En la puerta del club Echagüe se realizó una manifestación en apoyo a la docente. “Pero allí no fue la natación, allí fue la masa societaria diciendo basta de autoritarismo, queremos, por favor, poder expresarnos, no nos pueden tapar la boca. Ese fue el objetivo de esa convocatoria”, indicó Bournissent sobre la convocatoria.
—¿Cómo continúa el camino de “Mary”?
—En mi vida tengo muchas cosas lindas, muchísimas, además de disfrutar de mis nietas y de mi familia, como me indicó la comisión directiva en la nota. También trabajo en otro lado, con natación para bebés, que es una actividad hermosa y sumamente gratificante. Tengo un montón de expectativas. Además, siempre estoy participando de cursos a los que me convocan para brindar mi experiencia. Yo no me quedo con las manos vacías, me quedo con el gran dolor de haberme retirado de esta forma del club, nada más.
—¿Por qué recomendaría hacer natación?
—La natación tiene tantos beneficios. Es indispensable para la gente grande, pero para que puedan hacer natación cuando son adultos mayores deben haber aprendido de jóvenes, porque es muy difícil disfrutar si nunca se metió la cabeza debajo del agua. Por supuesto, además de todo lo que aporta la práctica de un deporte a la salud en general.
Nado sincronizado
Bournissent fue entrenadora de nado sincronizado en el club Echagüe. En 1969 formó un grupo que participaba en shows en la región, en las inauguraciones de piletas. “Me puse a estudiar el reglamento de nado sincronizado, pero el equipo duró pocos años porque la natación me demandaba tiempo completo”.
Por otra parte, Mary estuvo a cargo de las prácticas de vóley femenino e inició la disciplina en el club Echagüe. “Empecé con vóley femenino comprando de mi bolsillo, dos pelotas y marcando la cancha”, contó la profesora.
Breve bio
María Luisa Bournissent nació en Paraná, el 26 de junio de 1949. Es hija de Rubén Bournissent y de Nilda Favart, ambos fallecidos. Es la mayor de cuatro hermanos, Silvia, Rubén y Ramón. Está casada con Carlos Scocco y tienen dos hijos, Diego e Ignacio. Es abuela de Ana, Bianca y Elena.
Cursó los estudios primarios y secundarios en el Instituto Cristo Redentor, Escuela Normal y Liceo. Es profesora y licenciada en Educación Física. “Que me digan maestra, es mi mayor gratitud”, confió a BIEN!
