El promedio de la temperatura mínima entre mayo y agosto en fue de 8,8 grados, más de un grado por encima del promedio de los últimos ocho años en la provincia.
Según un informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, luego de analizar su red de centrales meteorológicas distribuidas en toda la provincia, el promedio de la temperatura mínima entre mayo y agosto en Entre Ríos fue de 8,8 grados, más de un grado por encima del promedio de los últimos ocho años.
Además, se registró la mitad de días con heladas meteorológicas -jornadas en las que la temperatura es igual o inferior a 0 grados-, a 1,5 metros de altura del abrigo meteorológico (estructura de medidas).
El invierno del 2023 “se destacó por su falta de temperaturas extremadamente bajas”, consideró la entidad, aunque rescató que las lluvias fueron mayores al promedio desde 2004.
En los últimos ocho años, el promedio de la temperatura mínima en Entre Ríos entre el 1 de mayo y el 31 de agosto se ubicó en 7,5 grados, mientras que en el mismo período de 2023 la temperatura aumentó 1,3 grados.
Al analizar la temperatura media mínima diaria, la Bolsa detectó un promedio de seis heladas meteorológicas entre 2015 y 2022, pero en 2023 sólo contabilizaron tres.
En tanto, el promedio de heladas agronómicas (cuando la temperatura es igual o inferior a 3 grados a 1,5 metros de altura del abrigo meteorológico y que equivale a 0 grados o menos a nivel del suelo) es de 24 en invierno, y bajó a 20 en 2023.
Los meses más fríos en Entre Ríos se ubican entre mayo y agosto, donde conjuntamente se registran los menores registros en las precipitaciones.
Sin embargo, entre mayo y agosto de este año la precipitación acumulada fue de 230 milímetros, un 15% más que la promedio entre 2004 y 2022, con una importante concentración en el centro y sur de la provincia, con un norte muy por debajo de lo normal, y con un mes de mayo con el doble de lluvias que lo esperado.
LA SIEMBRA DE MAÍZ DE PRIMERA ESTÁ DEMORADA. Días atrás, el Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) también detalló que en la provincia se concretó el 33 % de la siembra de maíz de primera del ciclo agrícola 2023/24.
Hasta el momento, el área destinada a la siembra se encuentra cercana a la del año anterior, que fue de 378.900 ha; aunque, actualmente se presentan dos factores fundamentales que están condicionando la planificación original. En primer lugar, la escasez de humedad en el suelo, especialmente en las zonas Norte y Oeste del territorio, donde las lluvias en las últimas semanas fueron escasas o nulas. En consecuencia, están obstaculizado el progreso de la siembra en muchos lotes.
En la región de la costa del Paraná, la emergencia del cereal es lenta y despareja, con el agravante que, en algunos casos, siembras realizadas hace 15 días todavía no han emergido.
En segundo lugar, la elección de la fecha óptima de siembra es crucial. En el caso del maíz, esta ventana abarca desde mediados de agosto hasta septiembre. Por lo tanto, de acuerdo con el plan original, es posible que una parte del área planificada se destine a la siembra de soja de primera o bien a maíz de segunda y tardío.
En contraste, las zonas del Sur y Este presentan excesos de humedad en el suelo, lo que ha llevado a la interrupción de las labores agrícolas. En estas áreas, la implantación de los cultivos se considera en la mayoría de los casos como buena.