A través de la ampliación de agendas, el programa “Somos Orgullo” se propone aportar a una cultura de mayor respeto por el otro. Su versión radial fue distinguida por la Cámara de Diputados de la Nación, mientras que la televisiva ya superó las 100 emisiones.
Si bien coexisten diversos enfoques teóricos, pensar lo ciudadano implica, en definitiva, reflexionar sobre modelos de sociedad en términos de libertad, igualdad y participación social. En el interín de este debate, un grupo de comunicadores pretende construir ciudadanía bajo el paradigma de la ampliación de derechos. Desde esta concepción se busca ensanchar los marcos de acción de los individuos, pensando al Estado como articulador y promotor de estas garantías y a los medios de comunicación como instrumentos para visibilizar las desigualdades y las necesidades de los distintos colectivos sociales.
“Somos Orgullo” es el sustantivo propio que designa a esa apuesta comunicativa dual paranaense. Haciéndose lugar en el espectro radioeléctrico, se constituyó, al principio, como un programa de radio y, posteriormente, uno de televisión. Sobre los cimientos de la empatía y la hermandad, los profesionales, activistas y militantes del colectivo LGTBIQ+, los conductores Alejandra Elcura y Julián Ríos, la gestora cultural Constanza Zitelli y el productor Javier Pagana se dedican a hacer abordajes con perspectiva de género y derechos humanos, procurando el tratamiento transversal de los procesos de deconstrucción social.
El producto audiovisual cumplió 100 emisiones en junio de este año, a tono con el Mes del Orgullo. Se emite todos los jueves a las 21 en Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Córdoba en los canales de la Asociación Entrerriana de Telecomunicaciones (AET), y todos los sábados a las 17 por ElOnceTV de Paraná.
En tanto, la propuesta radial se puede escuchar todos los lunes a las 21 por Radio Nacional LT 14 y todos los martes desde las 14 en Radio Nacional Santa Fe. A propósito, por sus aportes a la inclusión social desde el activismo comunicativo, el programa fue declarado de interés por el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Paraná, la Cámara de Diputados de la Provincia de Entre Ríos y, finalmente, por la Cámara de Diputados de la Nación.
A modo de prólogo, vale la pena repasar los motivos que inspiraron la creación de este programa. Del diálogo con los integrantes del equipo surge claro que la afición compartida por ese medio auditivo entrañable fue el puntapié inicial para desarrollar este proyecto disidente.
Como un culto a la música popular, se fue generando una alianza armónica entre Julián que añoraba un programa dedicado al folklore argentino y Alejandra que supo tener uno especializado en rock nacional a sus 18 años. Al margen de los lazos de amistad, los unía la militancia. Así como las compatibilidades encienden el deseo, las grandes propuestas pueden nacer a raíz de una pregunta. En el caso de este dúo, el interrogante fue “¿qué más podemos hacer para aportar a la humanización de esta sociedad?”. A ese fulgor del activismo de la calle, solo le faltaba lanzarlo al aire.
En esa sintonía, se constituyó “Somos Orgullo” con el objetivo de ampliar el radio, quebrar la circunferencia e incluir lo que queda fuera del molde. Al cabo de un año, las ondas hertzianas resultaron chicas en comparación con el apetito transgresor de los comunicadores. Entonces ajustaron los transistores y saltaron a la pantalla chica para marcar presencia en uno y otro lenguaje.
Edición a edición, a través de estos medios tradicionales, pero transmutados, proponen un abanico multicolor de temáticas alrededor de los derechos humanos. Estructuralmente, los programas cuentan con cuatro bloques: Entrevista principal, a invitados con distintas perspectivas; Construyendo saberes, en el que se desarrolla un tema específico; Impulsando cultura diversa, acerca de consumos culturales; y Hallando destinos, sobre recorridos turísticos amigables con el colectivo LGBT.
BANDERAS
EL DIARIO dialogó con Elcura, locutora y conductora del programa que con la participación activa de voces disidentes sigue fomentando el uso democrático de los micrófonos y cuestionando imperativos heteronormativos a través de contenidos para la construcción de una cultura más igualitaria, justa e inclusiva.
–¿Cómo surge “Somos Orgullo”?
–Comenzó como un sueño hace más de tres años. Con Julián, mi compañero militante, nos surgió la idea de hacer un programa radial con la convicción de instalar los temas relacionados a los derechos humanos y el colectivo LGTBIQ+ en los medios de comunicación tradicionales. Ambos estábamos cansados de que nos llamen únicamente para cubrir efemérides o cuando ocurría una agresión particular. Nuestro programa es un producto independiente que busca impulsar un cambio sociocultural y contribuir a la erradicación de la violencia.
–¿Aún representa un desafío poner en agenda las temáticas de género, diversidades y derechos humanos en los medios?
–Sí, siempre lo es. Los derechos de las disidencias sexuales no tienen más de quince años y el desconocimiento al respecto provoca cierto miedo, rechazo u otras actitudes negativas. Es más, hace no mucho tiempo todavía se debatía si éramos ciudadanos de primera o de segunda.
A la par, los medios de comunicación publicitan lo que más vende y creen que la ciudadanía compra eso. Sin embargo, también funcionan como herramientas educativas que formulan opiniones y que pueden ampliar las miradas. “Somos Orgullo” es un servicio a la comunidad que pretende construir ciudadanía con todos los miembros de la sociedad, poniendo en primer plano la garantía de las leyes sancionadas y las luchas venideras. Inclusive, apostamos a la realización de cursos de capacitación, visitas a instituciones, actividades, acompañamiento a familias con infancias LGBT. En este momento, adherimos plenamente y militamos la garantía de la nueva ley de VIH.
–¿Qué rol cumple la militancia en un medio de comunicación independiente?
–Mueve las aristas de instituciones que muchas veces quedan rezagadas. Por eso, la intención es trabajar en conjunto. Nos gusta pensar en que ir contra la norma no consiste en pelear contra alguien, sino contra este modelo hegemónico que nos han impuesto culturalmente. En este camino activista nos interpela pensar qué mundo les dejamos a nuestros hijos e hijas.
–¿Los derechos consagrados corren peligro?
–Siempre. Las experiencias dictatoriales y el avance de la derecha en la historia argentina nos demuestran que no tenemos que dormirnos. En la actualidad, todavía existen 70 países en el mundo que, siendo Estados cómplices de genocidios, a las disidencias nos multan, encarcelan y matan.
El nuestro es un país de vanguardia en derechos humanos que nos permite desarrollarnos, proyectar y tener familia. Estoy orgullosa de ser argentina y de que las nuevas generaciones puedan seguir gozando de estas garantías.
