El representativo nacional superó este domingo en Nantes a Japón por 39-27 y accedió a la próxima fase de la cita ecuménica que se desarrolla en Francia. Gales será el rival venidero en busca de las semifinales, el sábado próximo desde las 12 en Marsella.
El desahogo llegó. Se sabía que la misión no era sencilla, pero la respuesta estaba en una conducta propia. Y esas presunciones se cumplieron. Pese a vivirse pasajes de inquietud, Los Pumas no claudicaron nunca, dieron una inconfundible muestra de integridad y convicción para despojarse de las sombras del pasado y lograr reconquistar el espacio entre las ocho mejores naciones del mundo.
La vieja herida de la eliminación en la primera rueda de 2019, cicatrizó con la clasificación a los cuartos de final en la Copa del Mundo de Francia 2023. La selección argentina se debía este logro, y abrazó ese deseo en el último capítulo de la rueda inicial de la Zona D con la inobjetable victoria frente a Japón por 39-27 (parcial de 15-14).
La Argentina finalizó en el segundo puesto del grupo, y mantuvo a salvo el sueño de gloria; en los cuartos de final se medirá con Gales (líder de la Zona C, por delante de Australia, Fiji, Georgia y Portugal), el próximo sábado en Marsella (a las 12 de nuestro país).
Palo a palo
La ya distante caída en el debut ante Inglaterra impuso otras condiciones en el recorrido de la competencia, y el conjunto nacional asumió esa responsabilidad con personalidad. Cumplió en cada paso con carácter y temperamento; primero con Samoa, luego con Chile y ahora ante los japoneses. La primera acción del seleccionado argentino fue fulminante. La maniobra se gestó en un certero line propio, luego el avance con el maul y con la liberación de la pelota, Santiago Chocobares irrumpió por el centro de la cancha para volar hasta debajo de los palos. Un poco más de un minuto de juego, y Los Pumas exhibieron determinación. Pero los nipones respondieron con una gran maniobra individual del segunda línea Amato Fakatava, que sorteó airoso todos los intentos de detenerlo y llegó hasta in-goal. El acierto del apertura Rikiya Matsuda dejó los números igualados (7-7) en los primeros quince minutos.
Sin pasar sobresaltos, pero tampoco sin lograr prevalecer con claridad, el equipo argentino no terminaba de mostrarse contundente. El partido vivió un instante de desconcierto con la lesión de Pablo Matera (lo reemplazó Matías Alemanno por un problema en su pierna derecha), el golpe en la cabeza a Thomas Gallo y la amonestación del sudafricano Pieter Labuschagne. Hasta que en una nueva combinación colectiva, después de una formidable atrapada en el aire de Juan Cruz Mallía, el tucumano Mateo Carreras inauguró su hat-trick. Dicha anotación, la segunda de la selección argentina, parecía encausar el andar de Los Pumas; sin embargo, los japoneses sorprendieron otra vez, con una réplica profunda del tongano Siosaia Fifita y el remate de Naoto Saito. Segunda conquista de los Brave Blossoms para establecer un parcial por una diferencia mínima (15-14 en favor de los argentinos).
La lucha también marcó el reinicio del juego, pero en ese ida y vuelta, los argentinos conservaron la paciencia, actitud que le permitió a Mateo Carreras apoyar una segunda conquista personal. La puntería de Emiliano Boffelli aportó más tranquilidad (22-14 arriba). Pero Japón seguió inquietando; un penal del eficiente Rikiya Matsuda y un drop de Lomano Lemeki volvió a reducir el margen en el tanteador. El conjunto argentino ganaba 22-20, pero faltaban 20 minutos. En esa situación de apremio, resurgieron Los Pumas con el try del rosarino Emiliano Boffelli, pero Japón no daba tregua. El fijiano Jone Naikabula apoyó otra conquista, y el marcador quedó 29-27 en favor del conjunto argentino. Y en el último tramo del partido, llegó el remate categórico de Los Pumas con dos tucumanos como protagonistas: tercer try del incontenible Mateo Carreras y dos aciertos de Nicolás Sánchez (la conversión y un penal), para decretar el 39-27 definitivo que revalida la confianza.