El Tribunal Oral Federal 2 de San Martín condenó a prisión perpetua al ex policía bonaerense Luis Abelardo Patti por el asesinato del ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto y el intento de homicidio de su secretario, Juan José Fernández, durante la último proceso militar.
Patti fue condenado en 2011 por el secuestro y los tormentos que sufrieron ambas víctimas pero había sido sobreseído por el delito de homicidio durante la instrucción de esa causa. Finalmente se revirtió esa decisión en la Corte Suprema de Justicia.
Más de 10 años después de ese primer debate, Patti fue condenado como partícipe necesario del asesinato del ex diputado y del homicidio en grado de tentativa de su asistente. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación fue querellante. Durante el juicio, quedó probado que el entonces suboficial inspector de la Policía Bonaerense fue el primer eslabón de la maquinaria represiva y que, sabiendo lo que iba a ocurrir con esas personas, aportó los medios necesarios para garantizar el destino final de las víctimas.
El fiscal Ivá Polaco había solicitado la prisión perpetua por introducir a las víctimas en un “sistema represivo predispuesto para el cautiverio clandestino, la tortura, el asesinato y la desaparición”.
A su vez, señaló: “Patti sabía muy bien quién era Muñiz Barreto al momento de su secuestro, para qué se lo detenía y qué le podía pasar a partir de ese entonces. Ex-ante -antes del hecho- sabía sobre sus escasas chances de sobrevida, una vez detenido e ingresado a la maquinaria represiva clandestina que, para 1977, se encontraba en plena marcha”.
Muñiz Barreto y Fernández fueron secuestrados por Patti el 16 de febrero de 1977 en Escobar. Fueron llevados a la comisaría local y más tarde al centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo. Tras dos semanas de cautiverio, el 6 de marzo fueron llevados hasta la provincia de Entre Ríos y arrojados dentro de un auto a un río con la intención de fraguar un accidente. Allí murió Muñiz Barreto pero Fernández logró escapar y logró dejar un testimonio que fue imprescindible para reconstruir los hechos que se juzgaron.