La fascinación que la imagen ejerce sobre los seres humanos es innegable. Como también lo es el impacto que las tecnologías de información y comunicación tienen en el modo de relacionarse de las personas. Esa influencia alcanza incluso extremos que llevan a la dependencia de los dispositivos móviles, que acaparan por completo a su usuario. Mientras la vida fluye y se expresa de mil formas, estallando de colores en la primavera, la realidad paralela que las tecnologías proponen en el mundo de lo virtual, genera nuevos modos de evasión y desconexión que dificultan a las personas disfrutar de una ronda de mates o simplemente del canto de los pájaros, un paisaje o un atardecer junto al río.