domingo , 24 noviembre 2024
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Carlos Aguirre: “De las experiencias suena mi música”

Carlos “Negro” Aguirre es pianista, guitarrista, cantante, autor y compositor, referente del folclore en Argentina. Fotos: Melina Londero
Carlos “Negro” Aguirre es pianista, guitarrista, cantante, autor y compositor, referente del folclore en Argentina. Creció en un hogar rodeado de música, y de niño comenzó a estudiar piano. Su carrera artística lo ha llevado a recorrer escenarios del país y del mundo, como lo está haciendo por estos días en Europa.

Carlos “Negro” Aguirre nació en Seguí, en una familia que gustaba de compartir música. A los cinco años comenzó a estudiar piano en su ciudad natal y la preparación continuó en Paraná, tras radicarse a los 14 años en la capital provincial. Se formó con grandes maestros, entre los que destaca a Graciela Reca, como “la profe”; y a “Gari” Di Prieto, como quien despertó su gusto por la composición. El paisaje del litoral y la lectura de Juan L. Ortíz, Carlos Mastronardi, Beatriz Vallejos, Italo Calvino y Julio Cortázar, entre muchos otros, asegura que le dieron herramientas para componer. En su casa-taller, en Bajada Grande, Aguirre recibió a BIEN! antes de emprender una gira que por estos días lo tiene cumpliendo actuaciones y masterclases en Madrid y Barcelona, tras haberse presentado en las Islas Canarias y en Portugal.  

—¿Cómo llegaste a la música?

—Tiene que ver mucho con mi familia, mis viejos eran muy melómanos. Tenían como una avidez por escuchar música, y todos los días era como el ritual de sentarse a escuchar un vinilo. Yo creo que fue una siembra muy grande de mis padres. Había una paleta muy grande de géneros, a mi mamá le gustaba mucho la música clásica y ópera; y mi viejo escuchaba mucho jazz, tangos y folclore. 

—¿Cuándo se inicia tu preparación?

—A los cinco años me preguntaron mis viejos si quería estudiar algo, pues me veían muy interesado, y les dije, piano. Empecé en Seguí con Vilma Cargniel, mi primera maestra, a quien adoro porque fue muy cariñosa conmigo. Supo entender mi momento, y sus programas para darme informaciones. Después empecé con Mary Picó de Díaz, de Paraná. A los 11 años conocí a Graciela Reca, que fue mi maestra, la más importante en la formación académica y de la exigencia, una persona súper estudiosa y muy entregada a sus alumnos. Fue muy fuerte el cambio con Graciela, a los pocos años ingresé en la Escuela de Música, donde también la tenía como docente. Ella es la profe y le tengo un agradecimiento eterno. Lógicamente, hubo un momento, como de cortocircuito porque yo empezaba a a tener una inclinación hacia la composición, y quizás Graciela me imaginaba más como concertista de piano, con un repertorio más de academia, el mismo modelo que al principio, yo creí que iba a seguir. 

—¿Cómo continuó la formación con esa necesidad de la composición?

—Cuando empezaron a surgir como esas necesidades expresivas de componer, me vino una crisis muy fuerte con todo el sistema educativo, que en ese momento estaba orientado más al intérprete y a quienes queríamos componer no nos daban tantas herramientas. Entonces, empecé como una búsqueda un poco más hacia otros profes, a tomar clases puntuales y a seguir sumando información. Tomé la manija del camino que quería hacer, eso ocasionó que me fuera de la facultad en Santa Fe. Me orienté más hacía un camino de generar mi propia música, que fue muy paulatino, despacito, porque no estaba sistematizado y no sabíamos muy bien con quién estudiar. Ahí se da el encuentro con Gari Di Pietro, un maestro, formador, quien también fue re importante para mí, porque se trataba de un compositor, que era como yo me imaginaba.

Yo vengo de esa generación, cuando empiezan un poco a desaparecer los sellos multinacionales en los comienzos de los 90, y empiezan a aflorar un montón de sellitos chiquitos. Nosotros no habíamos ni alcanzado a grabar. Nos hemos curtido de esa manera, que mí me encanta, porque a la vez vos tenés como la decisión de para qué lado querés ir, nadie te está diciendo

Pianista

—Tocás distintos instrumentos, ¿con cuál te sentís más a gusto?

—Me siento más pianista, después toco otras cosas. Toco la guitarra porque me encanta, pero no me siento guitarrista, pero me ha servido como herramienta para componer. En un momento, hubo una instancia muy hermosa con Eduardo Isaac, quien se acercó y me propuso componer algunas cosas, lo que me generó como un apuro bárbaro, porque no tengo tanto recorrido con el instrumento. Nos encontramos en su casa, me mostró un montón de obras de distintos compositores para que yo viera un poco el panorama de la guitarra actual y cosas se podían hacer con el instrumento, y así empecé como a escribir para guitarra. 

Pero también me gusta tocar otros instrumentos, por ejemplo, percusiones, la flauta, lo que me ayuda un montón al pensar en la composición. He tocado el bajo en alguna banda, pero no me considero bajista. En cambio, en el piano, sí hubo todo un trayecto un poco más largo, de abordar distintos repertorios. Todo esto tiene que ver con los proyectos que voy emprendiendo. Me siento más compositor que pianista, yo no me siento a estudiar un montón de horas diarias. Pero sí, estoy con la música todo el día.

Autogestión

“Yo vengo de esa generación, cuando empiezan un poco a desaparecer los sellos multinacionales en los comienzos de los 90, y empiezan a aflorar un montón de sellitos chiquitos. Nosotros no habíamos ni alcanzado a grabar. Nos hemos curtido de esa manera, que mí me encanta, porque a la vez vos tenés como la decisión de para qué lado querés ir, nadie te está diciendo”, remarcó Aguirre. Luego agregó: “Agradezco un montón ser parte de esa generación, que arrancó así y gestó como esta forma de funcionar que te lleva un montón de laburo, muchísimo esfuerzo pero te da independencia”. 

Por otra parte, cumplió 30 años el sello Shagrada Medra-Música de esta orilla, un catálogo de ediciones independientes, que gestaron en Paraná, Aguirre, Ramiro Gallo y Luis Barbiero. Este sello cuenta con discos de Aníbal Sampayo, Ernesto Méndez, Jorge Fandermole, y Eduardo Isaac entre otros, y además publica su primer disco, “Crema”, con la participación de varios artistas.

“En plena pandemia, surgió una distribuidora digital con ese sello, algo que nosotros hacemos ad honorem, no es una empresa, es un 

proyecto de militancia cultural que siempre abrazamos con ese espíritu, al que se fue sumando más gente, y ahora tenemos un ciclo en YouTube (https://www.youtube.com/c/shagradamedradigital), los miércoles cada quince días”. 

Almalegría

Aguirre lleva a cabo un proyecto musical que está vinculado con el mundo afro. Para esto en su casa-taller se reúnen músicos y representantes de la danza. “Compartimos los ensayos con mucha gente, es una experiencia muy rica, porque es muy diferente lo que sucede cuando uno está tocando si alguien que se está manifestando con el cuerpo. Todas esas experiencias después se unen, siento que todo eso empieza a sonar en la música que hago, de las experiencias o de las vivencias de los encuentros con otras personas. Creo que una de las cosas más hermosas de la música son las personas que vas conociendo, con quienes formas proyectos, se conforma una pequeña familia con la que compartís mucho tiempo”, dijo el artista. 

Actualmente, Aguirre integra el Sexteto de Guitarras y Almalegría. “Hacemos experiencias de convivencia, van surgiendo charlas, compartimos una lectura, vamos a ver el atardecer, cocinamos y van pasando otras cosas, es como que se afinan los vínculos”, expresó.

De gira

El “Negro” Aguirre está cerrando por estos días una gira por Europa, que lo llevó a Isla Gran Canarias, Isla Fuerteventura, Isla Canarias, Lisboa, Pamplona, Zaragoza, Madrid y Barcelona.

“Es una gira que yo la pienso como de siembra, porque hace mucho que no voy para allá, y se dio todo muy lindo con músicos amigos. En una época fui como bastante seguido a Europa, después por otros proyectos fui más para el lado de Latinoamérica y también a Japón”, contó.

Sobre la relación con el público en los escenarios internacionales, afirmó: “La música es el lenguaje universal, en un auditorio donde toda la gente habla otro idioma, comprueba cómo la música puede igual tender ese puente”, destacó. 

Cuidado ambiental

Desde hace años, el “Negro” Aguirre forma parte de la Multisectorial por los Humedales de Paraná y participa de las rondas de los martes. El artista ha asumido un compromiso de concientización sobre el cuidado del medioambiente y es coherente con lo que dice, en su casa de Bajada Grande, separa la basura, hace compostaje y desde hace casi tres años que no ingresan plásticos de un solo uso. 

“Para mí es una honra formar parte de este grupo porque es gente muy hermosa, con una preocupación muy grande y sin ninguna especulación política. Siento que esto ha ido ganando un lugar en mi vida. En los recitales cuento un poquito de esas actividades, instando a sumarse porque hace falta mucha gente y más concientización”, expresó.

Breve Bio

Carlos “Negro” Aguirre nació en Seguí (Entre Ríos) el 15 de julio de 1965. Es hijo de Vicente Aguirre y de Fanny Leonor Ramírez -ambos fallecidos. Tiene un hermano mayor, Osvaldo. 

Cursó la escuela primaria en Seguí, en la N° 61 Facundo Zubiría; y la secundaria en Comercio N° 1 de Paraná. Estudió en la Escuela de Música Constancio Carminio.

Sus gustos: “Uno es la música, y es un privilegio ser feliz con tu trabajo, hacer lo que te gusta y vivir de eso. Mi otra pasión son las plantas, me encantan y les dedico mucho tiempo”. 

Cuestiones pendientes: “Escribir en un formato más camarístico, de pequeña orquesta, una camerata de cuerdas. Abordar otros formatos porque son otros públicos, vivencias distintas”. 

Su desvelo: el cuidado del medioambiente. “Se nos ha formado en este sistema con la idea de que somos dueños de algo, y apenas somos convidados en este viaje que hace el planeta”. 

Sus discos: “Rojo”, 2004; “Caminos”, 2006. “Arrullos” junto con Francesca Ancarola, “Violeta”, en 2008; “Orillania”, en 2012. En 2014, junto al cantautor Coqui Ortiz, un disco de poesías del coplero Aledo Luis Meloni; “Calma” y “Serpentina”, en 2017; “La música del agua”, en 2019; “En el Jardín”, en 2020; y con el quinteto de guitarras “Va siendo tiempo”, en 2022.

En 2005 recibió el premio Konex, como mérito a las 100 personalidades de la década de la música popular argentina.

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