jueves , 21 noviembre 2024
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La historia de los que juntan la basura que va a parar al río

Alumnos y egresados de la Ecenaa hacen un lugar en su agenda y colaboran con la limpieza del río.

Un grupo de voluntarios utiliza sus embarcaciones para limpiar la costa del Paraná. Lo que más recolectan son botellas de plástico, que demoran cientos de años para degradarse.

Antonella Toso Gemelli

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Con las lluvias que se registraron durante los últimos días, aumentó la cantidad de basura que se deposita en el río Paraná debido a la crecida de los arroyos.

EL DIARIO dialogó con Pablo Taulada, profesor de canotaje, quien por decisión propia, limpia el río junto a alumnos y egresados de la ECENAA, que tiene sede en uno de los galpones de Puerto Nuevo.

– ¿Cada cuánto salen a hacer la limpieza del río?

– Siempre que vemos que hay basura, hacemos distintos recorridos, depende el día porque salimos y nos manejamos de acuerdo al viento. Cuando hay, tratamos de juntar y si vemos que hay demasiada basura, programamos un día y tratamos de hacerlo rápido porque si te dejas estar y pasan más de dos o tres días, con la correntada y el viento, esa basura se va.

– ¿Por qué lo hacen?

– Es una elección porque creo que es una parte de nuestro trabajo, del deporte, es como la oficina, nuestro lugar de ambiente. Lo vemos como cualquier persona que limpia su casa, su lugar de trabajo. No podes trabajar en un lugar sucio y desordenado. La realidad es que si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie, porque no hay un ente que lo regule, que lo limpie.

La mayoría es mucha habladuría pero no hay sectores para esto. Al río lo mantienen muy aislado, en sí Paraná le da mucho la espalda, lo usan para turismo y sacarle un rédito económico pero de a poquito lo están dejando de lado, es una lástima.

– ¿Cómo surge la necesidad o idea de limpiar el río? ¿Se les presentan dificultades para sus prácticas deportivas?

– No podemos estar así ni hacer nuestra tarea, nuestro deporte, ni tener nuestra convivencia en ese ambiente. Estamos todos los días en el agua, pasamos más tiempo en el río que en la tierra y no podemos vivir eso, estar con esa contaminación, entonces es una necesidad que le surge a cualquiera que se involucre en esto. Personalmente, trato de inculcárselo a mis alumnos porque no puede seguir así. En cuanto a complicaciones que se nos presentan, depende de la zona, por el Thompson es más complejo porque está el arroyo que está muy contaminado.

– ¿Quiénes te acompañan en la limpieza?

– Hay chicos de 11 a 17 años, generalmente lo hacemos los sábados que es el día más libre, entonces también se suma gente más grande que colabora. Anteriormente, cuando nuestra dársena estaba mejor, previo a la pandemia porque ahora se cerró por los camalotales, quedó más angosto y eso no se pudo sacar, salíamos en conjunto con los Amigos del Puerto, ellos organizaban la jornada, porque tienen un poco más de herramientas, bolsas y lanchas, y nosotros nos sumábamos.

Por distintos motivos, ahora lo hacemos solos, convocamos a algunas personas más para un día, tratamos de conseguir bolsas, guantes, cada uno lleva algo y limpiamos. Una vez lo hicimos con una empresa que nos daba las bolsas pero terminó siendo un curro, nos enteramos qué hacían con las botellas y no nos gustó.

Ellos sacaban mucho rédito y nosotros poníamos la mano de obra, pero acá nadie busca llenarse de plata ni hacer negocios. Si te involucras, es de lleno porque a medias no sirve, tampoco la foto que sacaste una botella del río y por eso sos el gran ambientalista. Lo que menos quiero es limpiar, sacar basura, hasta me pone mal porque quisiera pasear por el río, que los chicos y la gente conozca, pero es necesario hacerlo.

– ¿Qué es lo que más encuentran en el agua?

– Basura hay de todo tipo, claramente lo que más encontramos son botellas, es como la vedette, todo tipo de plásticos. Estos últimos días sacamos mucho telgopor, pero si hacemos una estadística, capaz encontramos nueve botellas y un pedazo de esto. Es triste pero el plástico hasta que se degrada pasa muchísimo tiempo y el telgopor que con el agua se desintegra, genera microplásticos y los peces comen eso. No nos damos cuenta pero los estamos matando.

– ¿A qué se debe tanta cantidad de basura en el río?

– Por el arroyo, de ahí sale todo, están todos contaminados, sucios, no hay control de nada y cada vez que se presenta una buena lluvia, sale todo eso al río, porque en definitiva todo desemboca allí. La gente no se da cuenta y no toma conciencia, los tres arroyos que tenemos cerca que son Las Viejas, Antoñico y Culantrillo salen al Paraná. Tampoco hay un control sobre eso. Esto de que estén a cielo abierto no me convence. Teniendo los contenedores a 50 o 100 metros, igual tiran al agua.

Considero que es una cuestión de educación, por más que hagamos el trabajo que hagamos, siento que si el abuelo tiró basura, el padre tiró basura, el hijo va a tirar basura. Llega un momento en el que hay que hacer un parate y enseñar, educar, concientizar de que no se puede seguir tirando. Pero a la gente realmente no le interesa, ni siquiera a quienes viven en zonas a la costa del río o del arroyo. Tal vez piensan que no les va a afectar y justamente son los más afectados. Las autoridades deberían actuar para que toda esa basura no llegue, algo va a pasar siempre, no se puede frenar al 100% pero sí se podría controlar un poco.

– ¿Cuáles son las zonas más complicadas?

– Toda la zona de la costa es la que detectamos con mayor cantidad de basura y también sobre el islote, ahí cae mucho. Toda la basura, por medio de la correntada y los remansos, termina parando siempre en estas zonas, muy pocas veces se ven flotando botellas, se estacionan ahí y se forman reservorios. Por ejemplo, en la zona del Club de Pescadores con la bajante anterior se armó casi una isla, no se ha limpiado nunca, así que tendremos que ir a limpiar porque cada vez hay más.

– ¿Qué le pedirías a la sociedad sobre esta problemática?

– A la sociedad le pediría que por lo menos no ensucie, ahí es donde todo inicia. Si tienen un papel, una botella, no cuesta nada guardarla y tirarla en un tacho después, es una cuestión de conciencia, de educación. ¿Cuál es la necesidad de tirarla al río? ¿No se dan cuenta que están contaminando y hay otras especies que se alimentan de eso?

Las mismas tortugas se ahogan con bolsas. Quieras o no, y aunque quede mal decirlo, estás matando especies, sin querer estás siendo un asesino, capaz no lo toman de esa manera porque parece que es una tontería pero están matando una tortuga, un pez que viene a comer lo que tiran. Hay que enseñarle educación a los hijos, sobre qué se hace y qué no.

También la gente relacionada con el ambiente, que está involucrada, ponga mano dura en el sentido del rigor, de multar, si ven que alguien está tirando basura, mínimamente hay que llamarle la atención o aplicar una multa.

Lo que viene

– ¿Cómo ves el futuro?

– Soy grande y quiero dejarles lo mejor a los chicos, que conozcan esto. Les estamos dejando lo peor, nuestra generación está matando todo. De casualidad pude conocer el pacú, pero hoy ya no existe más, no hay yacarés por la depredación y de a poquito los chicos están perdiendo todo eso, están perdiendo de conocer lugares, de vivir cosas.

Creo que ellos van a tener la oportunidad y el desafío de controlar esto, de llevarlo adelante que no es poca cosa. Hay que enseñarles y darles herramientas para que puedan hacer algo lindo, siempre educándolos desde la casa, desde la escuela e inculcándoles valores, explicándoles por qué no se puede hacer, que esto no es un capricho sino que tiene un motivo especial.

Además, hay que hacerlo didácticamente, con videos, dar más charlas. Todos debemos ser así, porque parece que uno porque lo hace, es un loco. Conozco mucha gente que está involucrada pero es de palabra y la palabra ya no existe. Tendría que haber un área que controle el río porque Prefectura Naval no puede con todo y es necesario un mayor control.

Paraná está muy de espaldas al río, lo tiene para fotos, cruzar, remar pero no se involucra y es triste, Muchos sacan réditos económicos del río pero no lo cuidan, y esa gente es la que más debería estar involucrada, trabajan con él y es nuestra postal. El que llega a Paraná, quiere ir a conocerlo y está todo contaminado. Desde el área que sea, municipal, provincial, ciudadano, hay que cuidarlo.

Escuela Municipal de Canotaje

Taulada también es profesor en la Escuela Municipal de Canotaje, dependiente de la Subsecretaría de Deporte Social de la Municipalidad de Paraná. Con las herramientas que desde allí brindan, en estos tres años post pandemia, también se han organizado jornadas de limpieza en las zonas de playas, como en el Balneario Thompson.

Las inscripciones están abiertas, se realizan en ECENAA y las clases gratuitas se dictan de lunes a viernes en el horario de 14 a 17 horas, dividido en dos grupos, de 11 a 14 años y de 15 a 17 años. El requisito para inscribirse es saber nadar y llenar una planilla con la autorización de los padres.

“El objetivo es hacer clases recreativas, darles contención e inculcar el respeto con el compañero y el río, se les enseña a andar en piragua, kayak, parte de emergencia, rescate asistido, canotaje, sobre el río, la limpieza, medioambiente, recorremos islas, arroyos, vamos río arriba y río abajo. Buscamos alejarlos de la calle, del celular, que se relacionen con la naturaleza y hagan amigos”, dijo.

En las zonas costeras y de islas suele encontrarse mayor cantidad de basura plástica.

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