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Qué hay para ver: La verdad revuelta por toda la casa

Momentos aciagos suelen esconder verdades y potencias humanas insospechadas entre lo que cada uno puede elaborar. Los Insólitos Peces Gato (2013) retrata la historia minimalista de una familia disfuncional, que se enfrenta a la finitud como crisol y crisálida enclavada en lo cotidiano.

Victoria Elizalde | [email protected]

La ópera prima de la directora mexicana Claudia Sainte-Luce recobra experiencias pasadas que semantizan el presente como una manera de devolver a la sociedad la mirada humanizante del que está al lado, de honrar las pequeñas pero valerosas (y muchas veces crudas) decisiones de vida que revisten dignidad y comunidad. 

Insólito coincidir

Cuenta la historia de Claudia (Ximena Ayala), una joven en sus veinte enfrentando el desarraigo y la urgencia de sobrevivir en la ciudad de Guadalajara con un trabajo precario, esclavizante y con sus sueños raídos. Una noche al volver a casa algo le impide dormir y no cesa hasta que queda internada en un hospital, con una fuerte peritonitis que agudiza su soledad e infortunio. Allí una cortina antibacteriana resguarda su fragilidad pero deja permear las voces contiguas y los deslices de una familia peculiar que, sin sospecharlo, desencadena un antes y un después en la vida de Claudia.

Es Marta (Lisa Owen), tras la cortina, la mujer que se querella contra la muerte frente a una enfermedad severa. Acompañada por sus cuatro hijos de padres distintos, que van ensayando momento a momento cómo vivir y sobrevivir a eso, despierta -sin causas ni excusas-, una relación con Claudia que se va perfilando con el paso de los días fuera del hospital. Sucede una convivencia cotidiana, que a fin de cuentas se vuelve eterna. Son dos mujeres que se vuelven una suerte de pregunta (y respuesta) frente a la otra encarando su hora de la verdad en una trama de lazos maternos, fraternos, filiales sin esquemas prediseñados y poniendo en juego la chance de elegir qué prevalecerá.           

Las formas del relato

Con génesis minimalista, moderado, potente desde las micropoéticas (y patéticas) de lo cotidiano, el largometraje versa sobre las ausencias, el acecho de la muerte, el dolor y la soledad pero sin sensacionalismos, desde una retórica de las miradas, el humor, los gestos, y el mutuo reconocimiento sin palabras. La guionista y directora Claudia Sainte-Luce pone en relieve la fuerza de la elección acrisolada, de no sucumbir a los extremismos tecnológicos de la medicina a cambio de un minuto más, y de transitar el dolor a conciencia por una vida sensiblemente más dignificante y compartida porque así fue la historia que le tocó vivir. En ese clima la protagonista se deja llevar porque encuentra respuestas en los modos de relación que van sanando sus propias heridas. 

Las actuaciones traen lo necesario y denotan un intenso trabajo de dirección y construcción de un clima fraterno (con sus tensiones propias) que se percibe en la pantalla. La familia que se retrata es monoparental con la hermana mayor preocupada por las deudas, la del medio buscando consuelo en el más allá energético y mágico, la menor preocupada por la apariencia preadolescente -todas al borde del colapso emocional- y el menor, sensible, preguntón, curioso, muy pensante y espontáneo a la vez. A esa amalgama la madre adhiere una extraña, que poco a poco y sin darse cuenta ya es parte fundamental. El amor crudo y sin remilgos se teje entre dinámicas de lo esperable y al mismo tiempo del quiebre, con la posibilidad de la muerte al lado, cada día, pero a su vez emprendiendo lo cotidiano sin más. 

Atmósfera vital

La película está basada en una historia real, con tinte autobiográfico como un homenaje a la Marta real, que habilita las ligazones afectivas que cambian la vida de la Claudia real. Prima la necesidad de contar (y permitir que la vida de Marta, y de todas las -y los- martas, trascienda en otros a los cuales tal vez no podría llegar sin cine) antes que las ventas y los targets. Por ello, y según los testimonios del equipo de producción y postproducción, el proyecto y la energía de los personajes y realizadores se abre camino en festivales y circuitos de reproducción ganando claves adeptos, que se reconocen tocados por el modo de contar una historia extraordinariamente mínima y evocativa.   

Varias ruedas de entrevistas con los actores y realizadores post lanzamiento (Canal Catorce > Quiénes Hacen nuestro Cine T2 y CineNT.com > FICM 2013, Conferencia Los insólitos peces gatos 1) sostienen el carisma de la producción y se instalan como registro documental muy digno a la altura (e incluso más allá) del mundo diegético de la película, como un universo de secuelas que se retroalimentan y crean nuevas formas y recorridos. En ellas los protagonistas se brindan de un modo muy personal a la vulnerabilidad y el diálogo común sobre los temas sensibles que la película dispara. Como punto de cierre, los títulos finales se yerguen sobre narrativas fotográficas entre las que fluye una canción decantadora. Ellas perpetúan el movimiento de lo insondable después de la muerte, en quienes sigue vibrando la huella de un encuentro y un hogar.        

Los discursos de lo sensible

Wendy es el personaje de la hija del medio, interpretado por la Wendy Guillén, real, que en las entrevistas reflexiona la importancia de mirar al otro, en tanto que las cosas cobran existencia -sentido- con la mirada y uno mismo también cobra un poco de existencia en ese acto. Describe su paso por la película como en un juego de espejos entre reflejos de lo que ella percibe que pasó, lo que Claudia percibe que era y además la ficción que sobre ello se arma. Destaca de modo muy atinado que a fin de cuentas es una historia de amor, de cómo los seres humanos se quieren y que el hecho de hacer un pretendido bien siempre que haya ocasión es un poder muy fuerte, frecuentemente minimizado soslayando la importancia de pertenecer a un núcleo de reconocimiento y cuidado aunque se trate de los seres más solitarios. Insólitos, irreverentes seres que se empeñan en sostener cardumen, van hallándose familia, descubriendo las verdades revueltas entre lo micro, por toda la casa que ya es hogar.   

FICHA TÉCNICA

Título: Los Insólitos Peces Gato

País: México – Francia

Año: 2013

Guión y Dirección: Claudia Sainte-Luce

Fotografía: Agnès Godard.

Edición: Santiago Ricci.

Música: Madame Recamier.

Duración: 89 minutos

Género: Drama, comedia

Plataforma: Netflix

Clasificación: + 13

Entrevistas en YouTube: Canal Catorce > Quiénes Hacen nuestro Cine T2 y CineNT.com > FICM 2013, Conferencia Los insólitos peces gatos 1

a fin de cuentas es una historia de amor, de cómo los seres humanos se quieren

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