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Rosana Pittia: “Llevo los libros en el corazón”

Rosana Pittia es la encargada de cuidar, administrar y seguir desarrollando la Librería del Ateneo de Paraná SRL. Fotos: Juliana Faggi.
Rosana Pittia creció rodeada de libros, entre lecturas de cuentos. Es la responsable de la Librería del Ateneo de Paraná SRL, que ya tiene medio siglo de historia en la capital provincial. Su tesón y el compromiso la llevaron a extender las redes del negocio, que ya tiene una sucursal en Crespo y otra en el shopping Paso del Paraná.

Rosana Pittia es la encargada de cuidar, administrar y seguir desarrollando la Librería del Ateneo de Paraná SRL, que comenzó hace más de 50 años. El negocio surgió de la sociedad que conformaron dos mujeres emprendedoras, su madre Mary y Lula, quienes recorrían la ciudad vendiendo libros para sostener a sus familias. A principios de los 70 abrieron una librería en la Galería del Seguro, frente a la plaza 1° de Mayo, donde está emplazado el Instituto del Seguro. Luego EL DIARIO les prestó un lugar de reuniones y de conferencias que supo recibir a personalidades de la región y del país, El Ateneo, en calle Buenos Aires 33. De este espacio, que actualmente ocupa un banco, tomaron su nombre y en el 2000 adquirieron el local, ubicado enfrente, en Buenos Aires 32, y se mudaron donde actualmente está instalada la casa central. Allí, Mary y Lula, —ambas ya fallecidas—, continuaron con el comercio, que en la actualidad está a cargo de Pittia. La librería que es un símbolo de la ciudad, continúa creciendo y ya cuenta con sucursales en Crespo y en el shopping Paso del Paraná.

—¿Cómo comienza la librería?
—Mi mamá queda viuda, muy joven, con dos hijos chicos y empieza a vender libros casa por casa, que era muy común en esa época. Vendía libros de medicina, de la editorial Salvat, que era muy famosa. Y en casi todos los lugares que visitaba se encontraba con otra señora, Lula, que hacía lo mismo y que por otras circunstancias también había quedado como cabeza de familia. Entonces, se dan cuenta que están compitiendo sobre lo mismo y deciden dividirse las zonas de Paraná. No tenían auto, recorrían todo caminando o en colectivo. La mayoría de los libreros empezó así, vendiendo libros de profesionales, casa por casa sin una librería física.

—¿Qué pasó cuando abren el primer negocio?
—Eso fue en 1972, 73, en la antigua Galería del Seguro, que ya no existe. Una de ellas se quedaba en la librería, mientras la otra salía a vender. Al tiempo, pudieron comprar un auto y empezaron a ir al interior a vender libros, a Diamante, Crespo, Libertador San Martín, Cerrito. Esa fue, para mí, la época de más expansión de la librería.

En El Ateneo
Desde principios de los 80, la librería de Lula de Fouces y Mary de Pittia ocupó un espacio en El Ateneo de EL DIARIO, en calle Buenos Aires, frente al local central que posee en la actualidad. El centro cultural supo recibir en su pequeño escenario al mismísimo Jorge Bergoglio, quien lo visitó en la década del 60, como sacerdote jesuita. Rosana expresó: “Era un lugar hermoso en el que jugué mucho y del cual tengo mis mejores recuerdos. Había un salón de actos con un piano de cola, donde se hacían muchos eventos. Era una librería diferente, la gente caminaba entre los libros. Así se fueron expandiendo, y nos mudamos acá en el año 2000, este local, —en calle Buenos Aires 32— es nuestro”, celebró Pittia.

Temáticas
Rosana contó que la venta ambulante comenzó con textos para profesionales. “En ese momento, la venta era para el profesional, primero de medicina y después agregaron de arquitectura, ingeniería y derecho. Luego se expandieron a las novelas y demás, y lo último que se agregó fueron los textos escolares, quizás por lo que más nos conocen hoy”, dijo Pittia. Inmediatamente, acotó: “Ahora los libros de profesionales son los que menos se venden, todo fue mutando mucho. Para esto, es fundamental, saber escuchar al cliente, tener lo que te están pidiendo”, comentó.

En el equipo de la librería
Rosana Pittia es licenciada en Diseño Gráfico, estudió en Santa Fe y al concluir la carrera se sumó a la librería. “Llego a la librería con 23 años, cuando me recibí porque mi mamá empezó con problemas serios de salud. A mí me encanta todo esto. Leo desde muy chiquita, me sentaba con un libro. la gente me pasaba al lado y seguía leyendo. Disfruto de estar acá con los libros, no debe haber un librero al que no le guste leer. Llevo los libros en el corazón. Veo una caja cerrada y quiero saber qué llegó. Se disfruta mucho, esto es lo que me gusta, ver libros. Una de las mejores cosas que me pueden pasar en la vida es ir a la Feria del libro en Buenos Aires, con plata para comprar libros”, confió a BIEN!

—¿Se lee en la actualidad?
—Sí, sí, se sigue leyendo. Leen mucho los chiquitos y los jóvenes de 20 a 30, que son nuestros mejores clientes, más las mujeres que los varones, aunque creo que siempre fue así. Desde los dos o tres años se interesan por los libros y lo vemos en la librería del shopping, donde los que más entran o piden a los padres para ingresar son chicos. Los adolescentes leen cosas de autores de su edad que siguen en redes sociales, y lo que les recomiendan los influencers literarios. Las chicas leen muchas novelas y los varones piden más ciencia ficción y educación financiera.
Me llama la atención cómo leen los jóvenes, me parece que tenemos alguna esperanza en nuestro país que está tan pobre, eso me pone muy bien. Me parece algo muy positivo.

—¿El libro digital compite con el libro en papel?
—Para mí no, los chicos leen en papel y los adultos ni hablar. Sin duda que sacó alguna parte del público lector, puede ser del sector de profesionales. Creo que el libro digital es más para el médico, el abogado, no para el resto. Me parece muy triste leer una novela en una pantalla, sólo la uso cuando me voy de viaje, pero no es lo mismo.

Nuevas sucursales
—Rosana ampliaron horizontes, primero en Crespo y hace poquito inauguraron una librería en el shopping Paso del Paraná, ¿cómo va todo eso?
—Va bien, este es el peor año para emprender. Los años electorales siempre son los más complejos, pero a nosotros nos gusta ser disruptivos, creíamos que había que crecer más y lo hicimos. La librería de Crespo es de uno de mis sobrinos. En realidad, todo lo que hay allí es de aquí, pero la librería es de él, como una franquicia. En la época de pandemia, él empezó a buscar hacer otra cosa porque no le estaba yendo bien con su emprendimiento, como a muchos; en cambio al sector de los libros nos fue muy bien porque la gente se volcó a leer. Abrimos y nos sorprendió Crespo, es una ciudad chiquita, ordenada, prolija, que consume. Nos fue bien, de entrada y nos sirvió para darnos cuenta que no era tan difícil para un librero abrir otra librería, una sucursal. Todo eso nos impulsó para abrir en el shopping, que es una inversión mucho más grande, en el que diría que es el peor de los últimos diez años. Pero había que hacerlo, había que dar ese paso y nos animamos y hasta ahora nos va bien. Nos gusta mucho, es otro público. Al local del shopping entra gente que nunca vi, del interior, del barrio, es una gran sorpresa.

Las ventas
“La gente elige más. Antes venía un buen lector y te compraba tres libros juntos, ahora miran y se deciden por uno. Creo que todos hemos perdido poder adquisitivo”, señaló Pittia.

—¿Cómo recomendar un libro a quien no se ha interesado por la lectura?
—Es difícil recomendarle a alguien que no lee, porque no sabemos qué le gusta. Así que hay que descubrir qué prefiere ante tanta diversidad de libros, de ciencia ficción, autoayuda, novelas policiales, románticas, etc.


Autores entrerrianos
La Librería del Ateneo de Paraná siempre reserva un lugar destacado en su salón para colocar las obras de los autores entrerrianos. “Siempre lo tenemos, también hacemos una vidriera de autores entrerrianos. Hay que apoyarlos y ese es nuestro granito, muchos ponen de su bolsillo porque su sueño es editar un libro, así que tratamos de acompañar”, afirmó Rosana.
En cuanto a las ventas, dijo: “En realidad, no se vende tanto, sólo algunos títulos o autores que por alguna razón son más conocidos. Pero, somos ya gestores culturales no solamente un negocio, así que buscamos acompañarlos”.


En las redes
La Librería del Ateneo del Paraná SRL está presente en las redes sociales. “Instagram es un canal más de venta, hay que tomarlo con absoluta seriedad y contestar en el día. Nosotros lo entendimos en la época de la pandemia que creció mucho. El WhatsApp ni hablar, es como una sucursal.
Instagram: @libreriadelateneo
Whatsapp de la librería: 3435702159
Web: www.libreriadelateneo.com.ar


Breve bio
Rosana Pittia nació en Paraná, el 22 de abril de 1967. Es hija de María del Carmen y de Alfieri Pittia, ambos fallecidos. Tiene un hermano mayor, Fabricio; y una hermana menor, Lorena. Está en pareja con Cachi.
Es Licenciada en Diseño Gráfico. Hace más de 30 años que se sumó a la librería. “Actualmente, tenemos un socio de la familia de Lula (Fouces), no soy la única dueña”, afirmó.
Equipo: “Yo me quedo tranquila con las chicas de la librería. Andan fantástico, tener un buen equipo es fundamental.
Sus géneros y autores preferidos: el policial negro, “El problema final”, de Arturo Pérez Reverte; y la novela contemporánea. Estaba leyendo a una autora irlandesa que me fascina, Maggie O’Farrell. Después me encanta cómo escribe Selva Almada”.

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