Según el informe de la Bolsa de Cereales para la campaña agrícola muestran una buena condición y estado fenológico.
El maíz de primera, el arroz y el girasol sembrados en Entre Ríos para la campaña agrícola 2023/24 muestran una buena condición y estado fenológico, destacó ayer la Bolsa de Cereales provincial.
El área destinada al maíz de primera es similar a la registrada en el ciclo pasado, de 378.900 hectáreas, de las cuales el 94% presentan buena y muy buena condición.
Los colaboradores destacan un impacto positivo originado por las lluvias, mientras que el 6% restante se mantiene en un estado regular, debido a la baja cantidad o heterogeneidad en el tamaño de las plantas en esos sectores.
La entidad bursátil destacó la “contrastante variación interanual en la condición” del cereal, ya que en la temporada pasada solamente el 52% del área se encontraba dentro de la condición buena a muy buena para la fecha.
Asimismo, el estado fenológico es muy amplio producto de escasas lluvias y la sequía instalada en el mes de septiembre en algunas zonas de Entre Ríos, que dificultaron la normal implantación.
El peor escenario correspondió al sector oeste (en los departamentos de Victoria, Paraná, Diamante y Nogoyá), donde las labores se paralizaron hasta mediados de octubre, y las lluvias de las últimas semanas impulsaron nuevamente la siembra.
Por eso, los lotes implantados en fechas muy tardías se encuentran desde tres a cinco hojas desarrolladas (V3 a V5) hasta sitios sembrados a fines de agosto que ya alcanzaron el grano lechoso (R3).
ARROZ
En tanto, la Bolsa entrerriana destacó que se sembraron 63.000 hectáreas con arroz, con un estado que va desde la fase de emergencia hasta el pleno macollaje, y con el 97% entre buena y muy buena condición fenológica.
La categoría regular (3%) se identificó en áreas con escasas plantas, por excesos de precipitaciones y agua, lo que obligará a la resiembra en muchos casos.
Además, los productores tienen retrasos en las labores producto de la falta de firmeza en el suelo por esos excesos de lluvia, mientras que lograron avanzar en los controles de malezas y refertilizaciones.
A pesar de las demoras, el cultivo presenta un estado nutricional satisfactorio en general y un buen desarrollo.
GIRASOL
La implantación en Entre Ríos cayó un 70% y en el ciclo 2023/24 la superficie sembrada abarca unas 5.000 hectáreas, principalmente por la sequía registrada entre septiembre y octubre sobre la costa del río Paraná (el 70% del área total), que limitó las labores.
El estado fenológico de la oleaginosa va desde botón floral a floración, no se reportan problemas sanitarios y la condición general del cultivo se califica de buena a muy buena.
Por otro lado, el organismo informó que se implantaron un total de 20.000 hectáreas con brasicáceas, de las cuales 11.000 (55%) corresponden a la colza, otras 7.000 (35%) a carinata y las 2.000 restantes (10%) a camelina.
De ese total, se logró cosechar el 80%, con un rendimiento promedio de 1.500 kilos por hectárea, por lo que se espera una producción cercana a las 30.000 toneladas.
SE ESPERA UN 10% MÁS DE LO PROYECTADO
Las lluvias le dieron un empujón al trigo
Las lluvias que cayeron en las últimas horas le dieron un empujón al trigo y desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectaron que habrá 300.000 toneladas extra de este cultivo, es decir, un 10% más de lo que esperaba hace un mes.
El análisis realizado por Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristian Russo, de la BCR, precisó que “el 60% levantado consolida las gratas sorpresas que salen de las cosechadoras”, y destacó que “el rinde triguero pasa de 27 a 30 quintales por hectárea”.
“La gran noticia en la región núcleo esta semana viene de la mano de la cosecha de trigo, que está superando las expectativas de los productores. Inicialmente, se esperaba un rendimiento de alrededor de 27 quintales por hectárea (qq/ha), pero el 60% de la superficie triguera cosechada ha reportado rendimientos superiores, elevando la estimación de producción a 2,7 millones de toneladas”, subrayó el informe.
Señaló que “esta inesperada mejora que, traducida en números, plantea 300.000 toneladas más, se atribuye, en parte, a las lluvias registradas a finales de octubre, aunque también se reconoce la influencia de factores genéticos, ambientales y tecnológicos”.
“Lo que son buenas noticias en una parte de la región núcleo tiene su contracara en el norte y noroeste bonaerense, donde la incertidumbre reina debido a la posibilidad de heladas y sequía, lo que podría afectar negativamente los rendimientos”, advirtieron los analistas.
En Carlos Pellegrini (centro-sur santafecino) dicen que “fue un año en que no hubo reservas de agua en el perfil y no llovió lo suficiente; seguimos sorprendidos y muy contentos con esto que ha sucedido”.
Allí, terminaron de cosechar con un rinde promedio de 20 qq/ha, que resultan entre 5 y 10 quintales más que lo proyectado, pero, un 5% del trigo no pudo cosecharse por la falta de agua.
Otros sectores de rindes superadores son los alrededores de San Pedro y Baradero, en la provincia de Buenos Aires.