Las condiciones del océano Pacífico están cambiando por lo que el fenómeno climático ya no sería ‘moderado’.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario alertó que las observaciones meteorológicas muestran “una variabilidad poco común” en el océano Pacífico que llevó a predecir que ahora “hay una probabilidad superior al 55 % de que persista al menos un fenómeno El Niño fuerte durante el trimestre enero/marzo de 2024”.
“‘El Niño muy fuerte, o súper Niño, pasó a ser un Niño fuerte’, decíamos a principios de julio. Y a finales de octubre, que ‘el Niño no será Fuerte sino Moderado’ y que el evento se estabilizaría finalmente. Pero no, las condiciones han vuelto a cambiar para el verano argentino 2024, período en el que se define la campaña gruesa nacional.
Hay dos cosas que llaman mucho la atención: la fuerte variabilidad que está presentando el evento y que incluso éste podría seguir fortaleciéndose ya que no se descarta la posibilidad de un Niño muy fuerte”, describió el consultor de la BCR, Alfredo Elorriaga.
De acuerdo a los informes de agencias meteorológicas internacionales “hay una probabilidad superior a 55% de que al menos un Niño fuerte persista durante enero/marzo de 2024. Y la probabilidad de que este evento se vuelva “históricamente fuerte” es del 35%”, agregó.
Elorraiaga aclaró que “los eventos Niño más fuertes aumentan la probabilidad de anomalías climáticas pero no necesariamente equivalen a impactos más fuertes”. Esto hace referencia a que hay otros factores aparte de la intensidad del Niño que moderan su influencia en Argentina. “Por eso siempre hablamos, entre otros, de la gran importancia que tiene el Atlántico en el clima en la región pampeana”, dice Elorriaga.
Por lo pronto, los cultivos tardíos tendrían cubiertas sus necesidades hídricas: “Se prevé que El Nino continúe durante el verano del hemisferio sur y hasta abril/junio (del 2024) con una probabilidad del 62%.
No obstante, el productor debe tener en cuenta que “El Niño” sigue vigente y se espera que se intensifique su actividad a medida que avancemos hacia diciembre y enero.
En febrero podría haber un retroceso, pero el Niño seguirá con niveles muy importantes que resultan mayores a los esperados hace un mes.
MEJORARON LOS CULTIVOS DE SOJA Y MAÍZ. Los distintos cultivos de verano -soja y maíz- registraron en las últimas semanas una mejoría generalizada por las lluvias producidas en diversas zonas productoras, lo que se tradujo en la existencia de una óptima humedad en los suelos, según el nuevo informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En el caso de la oleaginosa, las labores de implantación tuvieron un progreso de 7,7 puntos porcentuales (pp) durante la semana, con lo que ya se cubrió el 51,7% de las 17,3 millones de hectáreas de superficie proyectadas para el cultivo.
Según la BCBA, la incorporación de los planteos de primera ya casi finalizaron, mientras que los de segunda, “salvo excepciones sobre el norte entrerriano por excesos hídricos, ha resultado en un establecimiento óptimo”.
Asimismo, marcó que “las óptimas condiciones de humedad encuentran al 98 % de la soja implantada con una condición de cultivo de normal a excelente”.
Por otro lado, la siembra del maíz avanzó 8 pp durante los últimos siete días y se alcanzó a cubrir el 40,3% de las 7,1 millones de hectáreas previstas para el cereal.
La entidad bursátil destacó que el 36% del maíz implantado se encuentra en una condición entre buena a excelente a pesar de “los excesos hídricos en Entre Ríos y el sur de Buenos Aires que afectaron en casos puntuales la implantación”.
En cuanto a la cosecha de trigo, la recolección progresó 11,8 pp, y ya avanzó sobre el 48,2% de las 5,6 millones de hectáreas aptas, obteniendo un rinde promedio de 23,5 quintales por hectárea (qq/ha) y unas 6,35 millones de toneladas acumuladas hasta el momento.
Si bien “se sostienen los buenos resultados en los rendimientos en los núcleos norte y sur”, todavía hay incertidumbre respecto a la productividad que se pueda obtener en la región agrícola sur, cuestión por la cual la entidad mantuvo la estimación de producción en 14,7 millones de toneladas.
Por último, se dio por finalizada la siembra de girasol con 1,85 millones de hectáreas implantadas con una mejora generalizada en la condición del cultivo por la buena disponibilidad de humedad.