Subirse al podio es resultado de un proceso con muchos cambios y disciplina
La campeona mundial, Antonella Bello, logró por segundo año consecutivo subirse al podio en la máxima competencia organizada por la Confederación Brasileña de Jiu Jitsu Esportivo. La paranaense es parte de la academia Vieyra, ubicada dentro del Club Patronato. EL DIARIO se comunicó con la atleta para conocer todos los detalles del título.
Con un día a día dividido entre maternidad, trabajo y entrenamientos arduos, deja todo de sí para competir. Causalmente, los frutos del esfuerzo están a la vista.
El año pasado logró ser primera en la categoría blanco, master 1 del medio pesado. Mientras que en este 2023, lo que significó su segunda participación, fue bronce en absoluto, y nuevamente campeona en la categoría azul, master 1 medio.
EL DIARIO se comunicó con Antonella Bello para conocer más de cerca su historia deportiva.
¿Cuándo y cómo se dio tu primer acercamiento a la disciplina?
-Mi hija Nina arrancó en 2018, la veía entrenar y su profe Irene me invitó a la clase que iba a empezar a dar sólo para chicas. Nunca había hecho deportes en mi vida y dije ‘¿por qué no?’. Necesitaba hacer algo, así que en 2019 arranqué y desde ahí no dejé. Las clases después las empezó a dar otro profe, se hicieron mixtas lo que tiene muchas ventajas, ya que entrenar con hombres te da otras cosas.
¿Cómo es tu día a día entre deporte y vida personal?
-Entreno jiu jitsu de lunes a sábados y aparte voy al gym. Siempre digo que mi día es un tetris, porque me divido en trabajar, entrenar y maternar. Por suerte tengo una hija, familia, amigos, compañeros maravillosos y sobre todo tengo a mi psicóloga, que ayudan a que todo sea posible.
La academia está hace años y se ve un apoyo del club. ¿Cómo describirías el ámbito respecto al aprendizaje y demás?
-Vieyra Jiu Jitsu es una parte muy importante en mi vida, agradecida a la vida el haber llegado a ese lugar. Eduardo Vieyra, un estudioso y el mejor en lo que hace como entrenador y deportista, y los profes Matias Orue y Primo son excelentes profesionales. Sin dudas el ambiente y el grupo humano que hay en Vieyra Jiujitsu, es maravilloso. Agradezco al Club Patronato, la Secretaría de deportes, nuestros sponsors y la gente que siempre nos apoya para solventar los gastos de competir.
Hace un tiempo decidieron darle un encare más profesional, ¿Cómo fue?
-Sí, con Tamara (Bolzán) arrancamos a competir a finales del 2021, ella fue quien me llevó y de ahí no hemos parado. Cambios son muchísimos, el trabajo psicológico es algo fundamental para mí, la alimentación, arrancar el gimnasio para trabajar la fuerza, intentar dejar el cigarrillo, los horarios de descanso, entre otras cosas.
¿Cómo son las prácticas?
-Son mixtas, entrenamos y luchamos con compañeras y compañeros de todos los cinturones, todos los pesos y edades. Las clases de competición son un poco más fuertes y somos menos los que vamos en ese horario, entonces hay más espacio. Todas las clases son buenísimas, se aprende muchísimo, y los profes todos tienen sus particularidades, se aprende mucho de cada uno.
Predominan los hombres, las mujeres somos pocas lamentablemente, algo que se ve en los torneos. En la academia, en total somos como 70 y mujeres seremos algo de 14.
¿Qué nivel deportivo tiene el Jiu Jitsu en la ciudad?
-El deporte está poco visibilizado, por suerte ahora se está conociendo más. El nivel es buenísimo, los profes están capacitados, particularmente en Vieyra hay buenos competidores y compañeros que no compiten pero que son excelentes luchadores.
Respecto al Mundial ¿Cómo viviste la competencia?
-Convengamos que arranca cuando un día Tamara me dice ‘vamos a competir’ y mi primera respuesta fue no. Después en 2021, hicimos todo para poder llegar.
En lo personal, la competición me abarca muchas cosas, no es subirme a un podio, es un proceso muy largo, cambios personales, disciplina y responsabilidad. Es muy cansador a veces, pero es algo que elegí y seguiré eligiendo hasta que ya no me dé el cuerpo o la cabeza.
El año pasado empezó a ser una posibilidad el Mundial. Todos los torneos me dan un poco de nervios y ansiedad, el mundial era como muy loco, pero era hacer lo que veníamos entrenando, no hay más que eso.
Es el segundo año que sos campeona mundial, ¿Qué tuvo este lauro de particular?
-La verdad que es el primer torneo en el que me sentí más tranquila en el momento de estar ahí. Antes de viajar fue de mucha ansiedad y ahí estuvieron los amigos, y el psicólogo del dojo que estuvo para contenerme.
Este viaje fue muy especial, de mucho crecimiento personal, emociones encontradas y aprendizajes.
Como a este mundial ya sabíamos que íbamos desde un principio, arrancamos el año pensando en eso. Allá en Brasil ya estábamos más cancheras, sabíamos donde era el lugar y como se manejaban dentro del torneo.
Este año también participaron de otros torneos, ¿Cómo es la competencia nacional?
-Participamos en siete, entre ellos el Master que particularmente me gusta mucho porque es más para nosotros los mayores. El Campeonato Argentino y el Argentina Open, que son los más importantes de Argentina, en lo deportivo nos fue muy bien. Siempre es bueno viajar, competir y estar con gente del ambiente.
Por último, ¿Qué proyectos hay para el 2024?
-En enero arrancamos la pretemporada. Veremos cómo está la situación económica, quisiéramos poder ir a todos los torneos que se vienen y al mundial también, por supuesto. Es un deporte que por suerte se hace más visible y quizás tengamos más posibilidades de ayudas económicas, ya que la gente es muy solidaria con nosotras. Y hablo en plural porque siempre vamos a todos lados con Tamara, en esto de la competición somos una, siempre trabajamos juntas en todo para poder competir.
