Las plataformas digitales no son solo para los jóvenes críticos literarios. Editores, periodistas, escritores y hasta libreros aportan sus conocimientos para aconsejar lecturas a los amantes de las letras de todas las edades.
El fortalecimiento de la tecnología generó que las redes sociales fueran el medio en que surgieron influencers dispuestos a compartir sus preferencias literarias. En todos los casos eran adolescentes o jóvenes proponiendo lecturas para esa misma franja etaria.
Sin embargo, una nueva generación de “influencers” se afianza en las redes o los medios tradicionales con propuestas para un público más amplio. Por lo general, con amplios conocimientos literarios, recurren a los canales de YouTube, cuentas de Instagram o micros y podcast en las radios. Aquí, una recorrida por algunos nombres que marcan tendencias en el terreno literario.
“Yo no apunto al público ‘young adult’ sino a otro más amplio”, aclara Ignacio Iraola, ex director de Editorial Planeta y actual integrante de la Fundación El Libro. Diariamente Iraola propone en una serie de micros denominados El pescador de libros, con recomendaciones para las más diversas edades. “Me niego a ser booktuber o influencer para pibes de 20. Si tuviese que apelar a una comparación, diría que soy una boquilla Minidifusor de las que se usaban para fumar hace años y apunto al público por encima de los 25 años”, bromea y cuenta que aceptó sumarse a la radio “porque tiene una llegada tremenda, muy potente y muy dirigida a la cultura”, argumenta.
“Yo mismo tengo amigos a los que escucho porque sé que me recomiendan bien. Hay que educar al soberano“, asegura y ejemplifica con Dakota, de Fernando Rabih. “Unas diez personas me dijeron que lo compraron después de escucharme hablar de él”, asegura. Respecto de sus propias preferencias, Nacho cuenta que tiene confianza ciega en su amigo Rodrigo Fresán: “Siempre me aconseja bien. Y noté que a cada uno le propone una lectura según su gusto. en mi caso me reveló ‘Havana room’, de Colin Harrison”.
PÚBLICO AMPLIO
Hace un mes Romina Calderaro convirtió los consejos y los títulos que solía secretearles a sus alumnas del taller literario, en videos que sube semanalmente a su canal de Youtube @RominaPuroCuento. En ellos ha elogiado, entre otros, Infierno, del fenómeno literario Carmen Mola, pero también Escribir un silencio, de la argentina Claudia Piñeiro, y La gracia, del francés Thibault de Montaigu.
“Mis recomendaciones apuntan a cualquier persona que ame leer, no a un público intelectual o académico. Lo que me gusta del canal es poder compartir mis reflexiones y sensaciones de un libro que me gustó con otros lectores, porque hay tantos libros como personas que los leen y a nadie le pasa o siente lo mismo con un texto”, explica Calderaro.
En sus talleres de lectura -que realiza desde hace más de siete años-, la periodista detectó en sus alumnas una necesidad muy fuerte de compartir con otros las interpretaciones sobre un texto. “En redes pasa lo mismo: hay una necesidad de generar comunidad con otros para poder hablar de lo mismo, en este caso, un libro. En tiempos en los que la pandemia nos dejó tan roto el lazo social, la lectura compartida y el arte en general me parecen un canal para compensar la oscuridad que tiene muchas veces la vida. Como dijo Alejandro Dolina, ‘El arte es hijo de la falta’. Por eso -concluye- también amo de los libros que transforman en bella hasta la tristeza más honda y que ordenan el caos que es la vida.”